El ministro de Asuntos Exteriores ha pronunciado una conferencia en el Campus Faes, donde ha disertado, fundamentalmente, sobre el futuro del euro y el momento "fundacional" que atraviesa la Unión Europea.
El responsable de la diplomacia española ha vuelto ha criticar el plan de crecimiento aprobado por Bruselas, asegurando que la dotación es insuficiente. "Los 13.000 millones aprobados son una broma" y comparó la situación con "una gran empresa que no aguanta las cargas financieras le dan un dinerito para renovar la fachada, está muy bien pero no les va a sacar de esa situación", valoró. Por otro lado, consideró que España no debe invertir esa cantidad "en más infraestructuras" porque ya estamos "suficientemente dotados" y ahora "lo que hay que hacer es pagarla" y crear "mecanismo de financiación" de la pequeña y mediana empresa, para crear empleo.
José Manuel García-Margallo ha vuelto a insistir en la idea de que la Unión Europea, aunque atraviesa circunstancias "inquietantes" se encuentra, sin duda alguna, en un "momento fundacional" en el que se están sentando las bases de una "nueva Europa", e incluso más allá: "Empieza un mundo cuyos rasgos sólo empezamos a adivinar", apuntó. "Las instituciones [europeas] no han servido para aliviar las tensiones, ni los mecanismos de rescate han evitado el contagio, no han servido de nada", lo cual redobla la urgencia de la refundación de la Unión.
El proyecto de la "Nueva Europa"
¿Y cómo será la nueva Europa? García-Margallo ha reiterado su plan, que pasar por convertir el proyecto europeo en "un matrimonio como los de antes, de comunión de vida, y no una chapuza de fin de semana".
En líneas generales, el proyecto que ha desgranado se sustenta sobre varios pilares: la verdadera integración económica, bancaria y financiera; que el BCE inyecte más capital, y que la entidad resuelva los problemas de deuda que sobrevuelan a varios países como España.
Asimismo, ha vuelto a alertar de lo que conllevará el plan: "Obligará a ceder toneladas gigantescas de soberanía, que pasarán de unas manos a otras", indicó. Margallo contestó a las voces más críticas, que se resisten a la cesión de competencias: "No se puede soplar y sorber al mismo tiempo", dijo, "si queremos una intergración financiera, presupuestaria, económica y política, esto exige ir pensando en un modelo de distribución de soberanías y competencias completamente diferente al que tenemos", aseveró.
Consumada la integración bancaria y fiscal, podrá pasarse a la siguiente fase, cuando "tengamos la convergencia y no haya dudas de que vamos a compartir nuestra fortuna con unos insensatos que se lo juegan en el casino", bromeó Margallo. Ese siguiente paso será cambiar los Tratados. En ese largo plazo, "tendremos que imaginar una estructura federal con dos cámaras", explicó el ministro, "tendrá un presidente, elegido por sufragio universal" y una cámara de representación popular. Aún así, insistió en que los "detalles" del plan tendrán que "discutirse en el futuro".
Margallo consideró que al eliminar el actual sistema de sanciones administrativas -que juzga "fracasadas"- en pos de una integración fiscal, lanzará un mensaje muy claro: "El que no sea virtuoso no tendrá acceso al reino de los cielos, no tendrá acceso a los fondos", señaló, citando el caso de Grecia.
Aviso a Reino Unido
Por otro lado, el ministro de Exteriores también ha reaccionado al anuncio de Reino Unido que ha expresado su intención de cerrar sus fronteras a los ciudadanos de países que "atraviesen dificultades" como Grecia.
Margallo no quiso ser excesivamente incisivo con Reino Unido, pero si le avisó que "en este momento de refundación" el país tiene "la obligación de decidir si estará en esta nueva Europa, que es muco más Europa que ahora". El ministro de Asuntos Exteriores aseguró que una vez Reino Unido "decida si quiere estar o no" en este barco "en el que todos vamos a compartir la misma suerte", afrontará "unas consecuencias u otras si deciden no integrarse".
En su opinión "Reino Unido es un país importante" y quiere "que esté en el nuevo proyecto" pero "es obvio que si entra en esa Europa tiene que asumir los compromisos y las obligaciones como todos los demás". Margalló zanjó el asunto asegurando que "se ha acabado la Europa a la carta, y vamos a la Europa de menú único".