(continuación) Hasta 1997-1998, cuando las unidades 440 sin transformar abandonaron Madrid, se procuraba que los trenes a Segovia fueran de este tipo, pues el confort de sus asientos los hacía aptos para las 2 horas que dura el viaje. Sin embargo, a partir de entonces comenzaron a utilizarse trenes modernos de las series 446, 447, 450 (dos pisos) y 440R, todos dotados de los asientos que hoy conocemos en los trenes de cercanías. ¿Qué ocurrió? Que 2 horas sentado en esos asientos no lo aguanta nadie, y la ocupación en el trayecto completo cayó de forma notable, aunque en trayectos intermedios la demanda se mantuvo con cierta dignidad. El viajero se pasó preferentemente al autobús, más barato, con más servicio y menos tiempo, pues el autobús no efectúa parada hasta Collado Villalba, mientras que el tren va parando en todas las poblaciones intermedias.
(continúa)
(continuación) Durante años se ha discutido si el servicio por la vía convencional debía prestarlo Cercanías como tal, lo cual implicaría una menor frecuencia de paso, o Regionales, con trenes específicamente adaptados para este tipo de tráficos. Nadie se decidió por la fórmula definitiva, hasta el punto de que en ocasiones este servicio ha sido explotado oficialmente por Cercanías como servicio parcial de cercanías, y últimamente se ha vuelto a la fórmula de regionales cadenciados, es decir, trenes de cercanías dentro del núcleo y regionales fuera de él. Y, como se dice habitualmente, "entre unos y otros, la casa sin barrer". Cuando llegó el AVE, lo que he dicho en mis anteriores comentarios, se intentó presionar al viajero para que utilizara los trenes Avant quitando los dos trenes con mayor demanda por la vía convencional. No obstante, los viajeros se rebelaron, y Renfe se vio obligada a reponer, solamente en días laborables, un tren lanzadera que llega a Cercedilla sobre las 8 de la mañana y a los 5 minutos se vuelve para Segovia, en un intento de solventar el perjuicio creado a los 10.000 habitantes del municipio de El Espinar (que algutina al propio pueblo del mismo nombre y a las pedanías de La Estación y San Rafael, aparte de la urbanización de Los Ángeles de San Rafael) por la decisión adoptada. Solución que propongo a la señora Ministra:
-Opción 1: integración total de la línea hasta Segovia en el núcleo de Cercanías, con aumento del número de servicios al día y mejora del interiorismo de los trenes para hacer más confortable y atractivo el tren respecto al autobús.
-Opción 2: separación total del núcleo de Cercanías, eliminando paradas dentro del mismo para no sobrecargar los tiempos de viajes y utilización de trenes adecuados para trenes regionales.
En ningún caso debe optarse por la supresión del servicio ferroviario sin antes acometerse un estudio en profundidad de lo que podría lograrse si se mejora el servicio actual en esas líneas "deficitarias" (adquisición de material adaptado a las necesidades de este tipo de líneas, mejora en los tiempos de viaje y confort al viajero, etc.). Bajo ningún concepto debe optarse por lo más fácil: eliminar el servicio para que se forren los concesionarios del servicio de carretera. Eso sería matar al perro para acabar con la rabia.
Oye!!, 1MA, eso de que el pasajero va más cómodo en autobús que en tren no te lo crees ni tú.
No se como lo harán en otros países, pero aquí, el ministerio de fomento, casi siempre tiene a un ministro sin puñetera idea de como gestionar los ferrocarriles, y además, siempre nombran a dedo de presidente de RENFE (o presidenta, como Mercé Sala), al primer imbécil con tres carreras y un par de másters que por no tener no ha tenido ni el ibertren cuando era niño (quizás tuvo el scalextric), de ahí siempre las medidas equivocadas que perjudican al ferrocarril, a los viajeros, y que solo favorecen el transporte por carretera.
viajo por el extranjero en tren, y da gusto, pero aquí venga a comprar trenes que no hacen falta y venga a vender o destruir trenes que sí hacen falta.
¡¡Ineptos!!
Que pongan Guaguas, como esas que hay en sudamerica que llevan gente hasta en el techo, pintadas de veinte colores chillones, y un chofer con una botella de Ron entre las piernas y la palanca de cambios, con gente sudorosa en su interior, y de vez en cuando algún que otro rifi-rafe que acabe en tiroteo.
Fomento informa que un autobus de colores, recogera a todos los diputados cuando haya sesion plenaria, bueno a los que quieran asistir, asi nos ahorramos coches oficiales.
Fomento informa que al pueblo español, desde mileuristas a jubiletas, le pueden ir dando por donde el colon pasa a llamarse recto y este pasa a llamarse ano.
Fomento informa que estos autobuses para el vulgo, en absoluto iran por autopista o autovias, a inhalar gasoleo venezolano por las nacionales, y si se despeñan, o un camion de repsol equivoca la maniobra, prometen asistir en sus coches oficiales a nuestro sepelio.
Acertadísima medida. Esos trenes casi vacíos suponen un gasto muy grande.
Oye alterego, tenemos derecho a los trenes si los pagamos. Que te quiten a ti las carreteras.
Seguiran prestando el servicio gratuiti de bicicletas en Cercanias?
No estoy de acuerdo con la medida. Muchos no tenemos ni podemos permitirnos coche y el transporte público es nuestra salvación para trabajar, estudiar, visitar a familiares, etc. Los servicios van desapareciendo pero los impuestos siguen igual o suben. ¿Estaba mal el planteamiento hasta ahora?
Propongo una solución a la señora Pastor (por si algún colaborador suyo lee esto y decide comentárselo), un caso concreto, con una situación extrapolable a otros servicios: el corredor por la vía convencional Madrid - Segovia, que es el que más conozco. Hasta 1989, un total de 13 trenes por sentido y día unían ambas capitales, el servicio entonces se denominaba "Tranvía", pues la actual segregación entre trenes de cercanías y regionales (segregación en cuanto a frecuencias, en cuanto al material móvil mejor no hablar) no existía, las líneas de Ávila y Segovia se consideraban como de cercanías y la finalidad del servicio era unir estas dos capitales de provincia y las poblaciones intermedias con Madrid. En aquel entonces circulaban las unidades 440, los legendarios trenes azules y amarillos con sus no menos recordadas (y mullidas) butacas de skay. En 1989 se creó el núcleo de Cercanías Madrid como lo conocemos hoy, y el sectarismo de los socialistas, entonces en el poder de la Comunidad de Madrid, hizo que Ávila y Segovia se quedaran sin el servicio de Cercanías de Madrid sencillamente porque Castilla y León era del PP, al contrario que Guadalajara, que como estaba Pepe Bono, Leguina en este caso sí quiso beneficiar a la capital alcarreña. Así, los trenes de Ávila y Segovia quedaron, a partir de El Escorial y Cercedilla respectivamente, bajo la UN de Regionales, quien no tardó en llegar a un acuerdo con Cercanías para explotar los trenes a ambas capitales como una prolongación de los trenes de cercanías, utilizándose el mismo tren, que se limitaba a continuar recorrido; aparte de la reducción de la frecuencia (pasaron a circular solamente 1 de cada 3 trenes hasta y desde la capital segoviana) esto no supuso un cambio para el viajero, pues los trenes empleados eran los mismos, los de la serie 440, que por aquel entonces comenzaron a mutar su decoración exterior.
(continúa)