Dr Rallo : Entiendo su posicion porque leo sus articulos los que me parecen irrebatibles en su logica economica.
Resumiendo
Ud pretende que los bancos no sean "rescatados" con dinero del BCU (que terminaran pagando todos los españoles) sino convertir forzosamente en acciones toda la deuda, Es decir el gobierno podría hacer un rescate de los bancos a costa de los acreedores, ( lo logico)
Sin embargo el ejecutivo no ha movido un dedo en esa direccion sino que insiste en dar un "estimulo monetario" (rescate de Bruselas) a quienes debieron cesar sus actividades por incompetentes,
Con respecto a la reestructuracion de la deuda ni siquiera el Sr Velarde dijo que de eliminar las absurdas y dispendiosas autonomias se ahorria mas de 47.000 millones (el incremento de la deuda publica de estos verdaderos engendros politicos en plena crisis)
Pero no olvide que este gobierno sigue siendo tan colectivista y demagogico como el PSOE, muy a pesar de sus mandantes. Los impuestos que aplican, cada vez mayores, los destinan al mantenimiento de su inescrupulosa e irresponsable juerga politica.
Aparte de los convincentes argumentos -al menos para un profano- queda en evidencia una vez más que Juan Ramón Rallo es más que un gran economista y profesor.
Su respuesta a la crítica algo descarnada de Juan Velarde comienza con la elegancia de llamarle "colega y amigo", términos ausentes en el texto de Velarde, y tras unos argumentos precisos, termina rebuscando amigablemente las coincidencias con el mismo.
Por si fuera poco, en ningún momento olvida que en la generación a la que pertenece Juan Velarde, el nombre a secas no es suficiente: "Réplica a D. Juan Velarde", "mi colega y amigo Juan Velarde", "crítica que Don Juan Velarde", "el profesor Velarde", ...
Con gente como él, uno se reconcilia con el ser español. ¡Gracias!
Totalmente de acuerdo con el Sr. Rallo, el debate resulta muy interesante y seguro no termina en este articulo, pero por otra parte y es lo más preocupante para mi, el gobierno no esta acertando en las medidas para salir de la crisis y el tiempo y la capacidad de maniobra se acaban.
El Sr.Rallo podría estar equivocado, pero el no tiene que tomar las medidas y si el gobierno al que le queda un cartucho y una vez quemado este con el rescate, sino le sale bien el tiro habrá creado una nueva crisis que sumaremos a las actuales y cuyas consecuencias pagaremos el pueblo mientras sus políticos permanecerán con sus privilegios ajenos al desastre causado
"Pero, en efecto, coincido con el profesor Velarde en que el cambio de mentalidad que hace falta en nuestras sociedades es mucho más amplio: austeridad pública de verdad centrada en el gasto, aumento del ahorro familiar y empresarial, liberalizaciones privadas mucho más intensas y reestructuraciones sensatas de aquella deuda impagable".
Proyectado (esto es, llevado) a la realidad, quiere decir que estamos j*didos. Porque la austeridad pública es una quimera (ni desde Europa parece estar en los planes de los supuestos interventores), con lo cual sólo queda -piensan- subida de impuestos -esto es, más paro, más economía de supervivencia y sumergida, y menos recaudación final- menguando la capacidad de ahorro -y la viabilidad de proyectos empresariales-, las liberalizaciones tampoco (¿dónde meterían a todos sus enchufados?), y reestructuraciones sensatas, como dice el adjetivo, son absolutamente imposibles (¿hay algo sensato en los parásitos que nos están matando?).
La argumentación de Velarde es pobre y escasa, como si no tuviera mucho que argumentar. Además habla de tres peticiones de principios que invalidan la conclusión de Rallo. ¿Qué entiende por peticiones de principio? El artículo de Juan Ramón parte de tres razones, tres motivos más que fundamentados en su réplica, para argumentar el error del rescate.
En la primera argumentación, también desde el punto de vista económico el error es el mismo: socialismo y keynesianismo que carga la responsabilidad de los dueños y acreedores sobre los contribuyentes.
En la segunda argumentación Velarde habla de un coste que resultó ser nada menos que del 4% de PIB que tuvo que pagar el contribuyente, o sea que llama coste (que debe recaer sobre la empresa o los acreedores) a lo que fue un robo.
En la tercera argumentación, resulta que ya estamos en la insolvencia como demuestran las inyecciones líquidas habidas desde mayo de 2010.
¿2.000 € más en mi pasivo, el coste por cabeza de este préstamo cuyo destino final son unos bancos ruinosos, por un negocio en el que no tengo ningún beneficio ni participación, es un sofisma?
¡Qué interesante debate! Me recuerda, aunque tratando otro tema, a las controversias que hubo entre César y Moa sobre el franquismo y sobre protestantismo-catolicismo. Sólo que aquí Rallo ocuparía el lugar de Moa y Velarde el de César. Más o menos a la misma altura cada uno de mi comparación.
Leí la crítica de Velarde al artículo de Rallo y me pareció flojo, muy flojo. Y de ninguna manera el texto de Rallo contenía "peticiones de principio", como le reprocha Velarde, sino hechos constatables y comprobables.