Las dudas sobre nuestro sistema financiero se han acentuado. El rescate bancario solicitado por el Gobierno, lejos de calmar los mercados financieros, ha planteado nuevas dudas entre los depositantes, ahorradores e inversores. Algunos consumidores se plantean qué deben hacer si su banco es rescatado. No obstante, aunque ya se ha hecho público el primer informe de valoración de la banca española elaborado por el FMI, todavía quedan los de los analistas externos.
¿Qué ocurre en EEUU?
Desde la caída de Lehman Brothers en 2008, más de 400 bancos estadounidenses han quebrado. El cierre de una entidad se ha convertido para los norteamericanos en algo relativamente habitual, y aunque suele generar algunos nervios son más por la ansiedad de recuperar el dinero cuanto antes que por miedo a perderlo.
Según publica idealista.com, la mayoría de los bancos que operan en Estados Unidos son miembros de una asociación que se conoce como Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC), equivalente al fondo de garantía de depósitos en España.
Las cuentas de los clientes cuyos bancos son miembros del FDIC están garantizadas hasta los 250.000 dólares por cuenta. En 2008, tras el estallido de la crisis, la cobertura pasó de cubrir 100.000 a 250.000 dólares. No todos los bancos están obligados a formar parte de este organismo, pero es algo que saben los consumidores y que les hace valorar en qué entidad depositan sus ahorros.
Los rumores sobre la mala situación de un banco, de una posible quiebra, hacen que la gente se ponga nerviosa y se pueda llegar a producir un pánico bancario. La gente, por ese miedo a una posible quiebra del banco donde ha depositado sus ahorros, corre a sacarlo y es ese pánico, esa fuga de capitales, la que puede precipitar que el banco realmente quiebre.
Ninguna entidad, aunque sea fuerte, tiene el dinero disponible de todos sus depositantes. A partir de enero de este año, el coeficiente de caja, es decir, el porcentaje de los depósitos que los bancos españoles debe mantener como reservas legales se ha reducido del 2% al 1%, lo que da una idea de la cantidad disponible que cada banco comercial tiene para hacer frente a un pánico bancario de este tipo.
Estas situaciones hicieron que en plena crisis financiera grandes bancos estadounidenses se vendieran a otros más fuertes. De hecho, es el FDIC el que actúa como intermediario entre los bancos que tengan riesgo de quiebra y trata de negociar para que otros los compren. El organismo intenta que estas operaciones produzcan el menor perjuicio posible a sus depositantes, y en muchos casos los propios clientes de la entidad vendida ni se dan cuenta de la operación.