Este lunes, el diario El Mundo desvela algunas de las claves de la negociación que el sábado llevó al rescate de la banca española. Esas dos horas y medias, el Ejecutivo español negoció con el Eurogrupo sobre una premisa básica: que no sólo se estaba jugando el futuro de nuestro país, sino del euro en su conjunto.
La reunión se produjo antes de lo previsto, ya que en principio estaba fijada para el día 21, pero el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, y el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, presionaron durante la semana pasada para resolver el problema antes de las elecciones griegas.
El Gobierno español aceptó la nueva fecha, y se le comunicó a Christine Lagarde para que el FMI hiciera público su informe antes de lo previsto, en el que se estimaban unas necesidades de financiación de en torno a los 40.000 millones de euros.
De Guindos estuvo en contacto con sus colegas europeos los días antes, y Rajoy con los primeros ministros europeos, y también con Obama, que le hizo llegar que EEUU ayudaría a España en todo momento.
El sábado, según El Mundo, la partida se jugó "en dos tableros". Por un lado, De Guindos hablaba en su despacho por teleconferencia con sus colegas de la UE, y por otro Rajoy mantenía contactos con sus pares europeos.
En un momento dado, rotas las negociaciones, De Guindos le transmitió a Rajoy la dificultad del momento. El presidente del Gobierno contestó a través de un mensaje de texto, en el que le dijo: "Aguanta. Somos la cuarta potencia europea. España no es Uganda".
Entonces, De Guindos recurrió a su particular arma de destrucción masiva, según El Mundo: "Si ustedes quieren forzar el rescate de España, vayan preparando 500.000 millones de euros y otros 700.000 para Italia, que tendrá que ser rescatada después que nosotros".