Tras su ausencia clamorosa ante los medios de comunicación el pasado sábado, el día más crítico para la supervivencia de la economía española en la historia reciente, el presidente del gobierno se vio obligado este domingo a dar la cara ante la prensa minutos antes de marcharse a una cita trascendental para el país como era el primer partido de la selección española en la Eurocopa de Fútbol.
El presidente tiene todo el derecho a organizar su agenda protocolaria en la forma que estime conveniente, pero ya que decide salir a la palestra para dar explicaciones sobre el rescate financiero consumado el día anterior, hubiera sido muy de agradecer que tratara a los españoles como adultos capaces de comprender la gravedad de la situación y no como menores de edad a los que hay que hurtarles la verdad con el uso abusivo del eufemismo.
Se ponga como se ponga y diga lo que diga D. Mariano Rajoy Brey, España es desde el sábado un país rescatado. Ni su sistema financiero es capaz de sanear el tremendo agujero provocado por la gestión nefasta de sus políticos al frente de las cajas de ahorro ni el Estado dispone de capacidad para reflotar a estas instituciones financieras, muchas de las cuales se encuentran en situación terminal. El gobierno de España se vio obligado a solicitar ese rescate, ante el riesgo cierto de la quiebra del Estado en caso de que nuestro desastre bancario hubiera tenido que ser solventado con sus propios recursos, y lo que cabe dilucidar en estos momentos es hasta qué punto esa "ayuda financiera", en palabras de Rajoy y su voluntarioso ministro de Economía, va a afectar al contribuyente español.
Eso es lo que Rajoy debería haber explicado con todo detalle el mismo día en que se produjo el rescate de nuestra banca, porque hasta el momento todo son conjeturas sobre el impacto que ese préstamo de hasta 100.000 millones de euros va a tener en las cuentas públicas y privadas de la nación. Como explicamos ayer, estamos ante un incremento de la deuda pública de nada menos que el nueve por ciento del Producto Interior Bruto del país, cuyos intereses, por más que sean inferiores a la media del mercado, habrá que satisfacer de una u otra manera. El gobierno insiste en parcelar este rescate como si se tratara de una burbuja aislada que se refinanciará a sí misma, algo muy difícil de creer en una economía moderna cuya administración ya tiene graves problemas para acceder a un crédito exterior que, además, va a incrementarse de forma notable en cuanto los fondos europeos comiencen a llegar al FROB.
Los españoles necesitan que sus representantes les cuenten la verdad en un asunto crucial para sus intereses como este rescate en toda regla de nuestras finanzas. Es lo que prometió repetidamente Rajoy antes de llegar al poder y algo en lo que ha insistido en los últimos meses, cuando afirmaba que lo primero que ha de hacer un ejecutivo responsable es contar toda la verdad sobre la situación real del país. Rajoy insistía ayer en que "El gobierno sabe lo que hay que hacer para salir de la crisis". Pues que lo explique y, a poder ser, sin maquillar el mensaje con embelecos semánticos. Estamos esperando.