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Rajoy se revuelve ante los "bulos" y pide esperar a los informes

El Gobierno mantuvo el pulso: no habrá cifra de rescate sin los informes de FMI y evaluadores. Rechazó las "especulaciones" y "bulos" interesados.

Mariano Rajoy no logró terminar la semana tranquilo. Hasta el viernes, todo había transcurrido sin apenas sobresaltos, con la prima de riesgo en descenso y la Bolsa recuperándose de forma constante. Pero entonces volvieron los ataques, en forma de filtraciones a los más prestigiosos medios internacionales anunciando un inminente rescate de la banca española. La fecha, el sábado, y la fórmula, una videoconferencia entre los diferentes estados miembros en la que se emplazaría al Gobierno a aceptar la ayuda comunitaria. Como telón de fondo, las elecciones en Grecia, una auténtica bomba de relojería, que podría provocar un efecto dominó en España.

El Gobierno no desmintió de forma tajante, rotunda, que este fin de semana se vaya a articular algún tipo de salvamento financiero. Pero no lo hizo, aseguraron las fuentes consultadas, porque Soraya Sáenz de Santamaría no puede dedicarse a refutar informaciones de uno u otro medio o agencia que se basan en fuentes sin nombres ni apellidos. De hecho, añadieron, tal extremo sí que provino de los dos lugares desde donde se habría dado pie a especular sobre tal posibilidad; esto es, Bruselas y Berlín.

La vicepresidenta evitó en todo momento dejarse llevar por el furor informativo, con todos los medios digitales -citando a Reuters y Bloomerg- hablando de una teleconferencia del Eurogrupo para tomar una decisión, y se ciñó a la agenda preconcebida por el Gobierno, que pasa por que el Fondo Monetario Internacional y los evaluadores externos contratados a tal efecto presenten sus informes sobre los balances de las entidades. Hasta que no estén "las cifras", el Ejecutivo asegura que no moverá ficha.

Pero, ¿cuándo podrían estar listas? A última hora de la aciaga jornada, fuentes gubernamentales admitían que el informe del FMI podría presentarse “el viernes por la noche”, pero no en el caso de las auditorías. “Como mucho, el lunes”, se atrevía a apuntar un colaborador de Moncloa. Oficialmente, eso sí, no se dio fecha ni de uno ni de otro. Simplemente se enunció solemnemente que no habría jugada por parte de España hasta que ambas piezas estuviera bien colocadas.

"Tenemos que respetar los procedimientos antes de abordar las cifras. Por eso, una vez se conozca con aproximación las cifras, el Gobierno señalará su decisión al respecto", expuso la portavoz del Gobierno, que no se movió del guión diseñado. Siempre balones fuera: "Estamos a la espera de las cifras que tiene que darnos el sistema financiero", recalcó en otra respuesta.

Comunicaciones discretas con Berlín y Bruselas

El Gobierno mandó este mismo recado en los circuitos internacionales habituales. De nuevo, los teléfonos echaron humo y se mantuvieron despachos telefónicos con Berlín, Bruselas y las sedes de los socios europeos. “Queremos hacer las cosas bien. Somos un país serio. En cuanto tengamos las cifras exactas actuaremos, pero no antes. No debe ser así. Lo peor para el país sería un baile de cifras”, argumentaron desde Moncloa.

Sáenz de Santamaría no quiso ser tajante. No dio fechas. Mantuvo el suspense porque "los tiempos de Bruselas son distintos a los de Madrid", según un asesor. La única respuesta que puede dar España, arguyó en varias ocasiones, es seguir cumpliendo con el plan de reformas y mantener intactos sus compromisos.

Sobre el fondo de la cuestión, la necesidad o no de que la banca requiera ayuda comunitaria, todo se dejó abierto de par en par. En voz de la vicepresidenta, "no hay decisiones tomadas", lo que varía mucho de la tajante negación, hace dos lunes, de Mariano Rajoy en la sede nacional del PP. Entonces dijo que "en absoluto" sería necesario el rescate. Oficiosamente, nadie niega ya que éste es el camino, pero que se quiere esperar a oficializarlo y poner el acento en que no sería una ayuda al Estado sino a la banca. Un matiz clave, según el Gobierno.

Por no querer mojarse, la portavoz incluyó hasta un guiño temporal -“En este momento”- a su negación de una cita por videoconferencia al más alto nivel, como prácticamente todos los medios internacionales dan por descontado. Bruselas sí lo desmintió.

Respuesta a “bulos” e “indicios”

En el Ejecutivo existe la percepción generalizada de que es objeto de "ataques" muy calculados y que, en consecuencia, no puede responder constantemente a "especulaciones". Y esta semana hubo una catarata de ellas inundando las portadas de media Europa sobre la situación del sistema financiero español. Sáenz de Santamaría resumió esta situación: "Este Gobierno se dedica a gobernar. No puedo estar todo el día en la negación, en los bulos, indicios y desmentidos. Informo de los acuerdos del Consejo de Ministros y de las cifras cuando se conocen y cuando tienen base. Apelo a la responsabilidad y a la veracidad con la que se hace su trabajo", sentenció.

Frente a esos "bulos", la portavoz situó los espaldarazos públicos realizados desde muy distintas instituciones internacionales, ésta vez sí con nombres y apellidos: "Han puesto en valor y han reconocido el esfuerzo que están haciendo los españoles", por ejemplo con el cumplimiento del objetivo de déficit o del programa de reformas -por ejemplo, el de las administraciones públicas, que según avanzó va por buen camino-.

Todo ello, en un contexto complicadísimo: "Somos conscientes del momento crucial en el futuro de la UE. Tenemos que trabajar todos porque es una encrucijada", afirmó sin medias tintas. Un esfuerzo de todos, se encargó de remachar, no sin volver a repetir la unidad fiscal y bancaria como fórmula de salvación, así como la constitución de un fondo de garantías de depósitos y seguir trabajando en la unidad de mercado.

A la salida de la vicepresidenta de la sala de prensa, todo eran dudas. Su decisión de evitar frases dilapidarias cogió con el pie cambiado, y dio alas a quienes sí ven una posibilidad de rescate financiero inminente. El Gobierno insistió en el mensaje a lo largo de toda la tarde: no se comentan "especulaciones" y la única hoja de ruta la dio a conocer, en la víspera, Rajoy. Esto es, primero FMI y evaluadores y después una cifra en firme de cuánto dinero necesita el sector. ¿Estará todo listo para dentro de unas horas? Oficialmente se dice que es poco probable, pero en un contexto de velocidad sin límite que volvió a sobrepasar al Ejecutivo.

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