Los rumores de un inminente rescate se han sucedido este viernes, alimentados primero por despachos de agencia y después por las declaraciones políticas. Todo comenzó con una información de la agencia Reuters que anunciaba que el rescate del sector financiero llegaría este fin de semana, tras una teleconferencia de ministros de finanzas de la eurozona que tendrá lugar el sábado. La agencia volvía a citar fuentes anónimas y tras sus últimos patinazos, parecía que se trataba de un nuevo bulo. De hecho, en un principio las fuentes oficiales españolas se resistían a aceptar este escenario y pedían que no se hiciera caso de "rumores" sin fundamento. Sin embargo, al poco tiempo se sumó otra agencia, Bloomberg, y por la tarde lo colocaban en portada las principales cabeceras de información económica del planeta. Tanto el Financial Times como The Wall Street Journal aseguraban que en la videoconferencia prevista para este fin de semana, la Comisión forzará al Gobierno de Mariano Rajoy a aceptar la ayuda europea.
La reacción oficial llegó en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. La vicepresidenta dijo que no está "decidido" y que están pendientes de las auditorías. Soraya Sáenz de Santamaría afirmó que no estaba prevista ninguna reunión "formal" del Eurogrupo y que no habría novedades hasta que no se conozcan las cifras de los informes del FMI y las auditoras sobre la banca española.
Dichas cifras, sin embargo, podrían terminar conociéndose más pronto de lo que se pensaba. En principio, el FMI tenía prevista la entrega de su informe para el lunes, pero fuentes de Moncloa ya admiten que podría adelantarse a este viernes. Por otro lado, el estudio de Oliver Wyman y Roland Berger estaba previsto para el próximo día 21, pero ya se habla de que se entregará un borrador este mismo sábado. Si los cálculos de unos y otros se adelantan, como ya se da por hecho, entonces el Gobierno perderá su última excusa para negarse al rescate (del que no se conocen las cifras).
En paralelo, las presiones internacionales al Gobierno español se han multiplicado para que pida el rescate de su sector bancario. Un ejemplo es la afirmación que hacía esta tarde el vicepresidente del Banco Central Europeo, Victor Constancio. Preguntado sobre si la solicitud de rescate se puede poner en marcha esta mismo sábado, Constancio dijo que "todo es posible" y confirmó que "las conversaciones están en curso", pero dejó claro que "es el Gobierno español quien debe pedirlo. Incluso, Barack Obama pedía este mismo viernes que se hiciese algo con las entidades europeas en dificultades.
La Comisión Europea no quiere que el rescate de España llegue en la recta final de la campaña para las nuevas elecciones en Grecia, previstas para el próximo fin de semana.
A esto se une que cada día aumentan las cantidades que se prevé que se necesitarán para salvar a la banca española. Este jueves ya se filtró que, según el FMI, la cifra oscilaría entre 40.000 y 80.000 millones de euros, con la primera cantidad como cifra de trabajo en el escenario base.
Las cuentas públicas españolas tendrían muy complicado en un escenario como el actual absorber esta cantidad. Por eso, en Bruselas ya se da por seguro que habrá rescate bancario y la intención es acelerar lo inevitable. En el Gobierno, la intención era esperar unas semanas, al menos hasta que fuera público el informe completo de las auditoras contratadas. Desde Moncloa siempre han sido contrarios a esta opción, por la pérdida de soberanía que implicaría para España, que se vería obligada a aceptar las condiciones impuestas desde Bruselas.