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Emilio J. González

La hora de los técnicos

Linde sabe cómo tratar con el BCE o el FMI, algo muy importante en estos momentos de crisis en donde ambas instituciones, sobre todo la primera, pueden jugar un papel muy importante en su solución.

Luis Linde llega al puesto de gobernador del Banco de España en uno de los momentos más difíciles de la historia de la entidad. Durante el mandato de Miguel Ángel Fernández Ordóñez esta institución ha pasado de ser considerada el mejor supervisor del mundo del sistema bancario a tener el prestigio propio del banco central de una república bananera. Bajo el mandato de Mafo, el Banco de España, en lugar de haber evitado que se produjera la crisis del sistema financiero, a través de las medidas que había puesto en marcha su predecesor en el cargo, Jaime Caruana, se convirtió en una de las causas del problema, al retirar dichas medidas. Después, no supo actuar como el supervisor del sistema bancario que es en todo lo relativo a los riesgos relacionados con el ladrillo en que estaban incurriendo las cajas de ahorros y, además, se dedicó a reducir la plantilla de inspectores. En resumen, Mafo ha dejado a la institución como un solar y con su prestigio por los suelos. Es muy difícil hacer tanto daño en tan poco tiempo, pero Fernández Ordóñez lo ha conseguido.

Linde, por tanto, tiene ante sí una tarea muy importante. Necesita, en primer lugar, recomponer la credibilidad de la institución porque esta es una pieza fundamental para que la economía española recupere su credibilidad. Para ello tendrá que actuar con mucho tino en todo lo que le toque al Banco de España en relación con la recapitalización y reestructuración del sistema bancario español. A su favor tiene que es un hombre de la casa, que la conoce bien y sabe perfectamente dónde tiene que tocar y dónde no. Su larga y prestigiosa trayectoria profesional también juega a su favor. Y, lo que es más importante, se trata de una persona políticamente independiente, que no está vinculada ni con el PP ni con el PSOE, con lo que cabe esperar de él que en todo momento diga y haga lo que debe decir y hacer un gobernador de un banco central, con independencia de lo que piense el Gobierno, algo muy importante en estos momentos en los que parece que la única solución para la banca española es su rescate europeo, una posibilidad que, hasta ahora, el Ejecutivo rechaza de plano.

Linde también es un hombre de prestigio internacional. De hecho, en su momento formó parte de la terna de nombres para elegir al consejero español en el Banco Central Europeo cuando se creó la entidad en 1997. Y, en su trayectoria profesional, dentro y fuera del Banco de España, ha trabajado muchos años en todo lo relativo a los asuntos internacionales. Linde, por tanto, sabe cómo tratar con el BCE o el FMI, algo muy importante en estos momentos de crisis en donde ambas instituciones, sobre todo la primera, pueden jugar un papel muy importante en su solución.

En resumen, sobre el papel, Linde puede ser un buen gobernador. No es un político, como Mafo, sino un técnico, que es lo que necesitamos en estos momentos al frente del Banco de España, después de que los políticos hayan destrozado nuestro sistema financiero y hayan dejado al Banco de España como un solar.

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