España está demostrando que “es capaz de hacer lo que tiene que hacer”. Aún más, que está acometiendo un amplio paquete de reformas y va a “perseverar” en este sentido. La pelota, a ojos del Partido Popular, está en el tejado de las instituciones europeas. “Una vez España y los españoles están cumpliendo, que también desde Bruselas se dé respuesta”, expuso con claridad notoria María Dolores de Cospedal, al término del Comité de Dirección. Y si los primeros cumplen y los segundos también -al menos, eso esperan quienes necesitan de su ayuda-, la respuesta es seca: “No habrá intervención”.
A la secretaria general del PP se le preguntó de forma muy concreta: “¿Puede rechazar de forma tajante que España no va a ser rescatada?”, a lo que ella contestó sin ambigüedades que “de ninguna manera” se está planteando el rescate. Que, en la actualidad, no está encima de la mesa ni hay planes para el mismo, lo que no significa que no los hubiera en el pasado. De hecho, no desmintió que Alemania se lo sugiriera a José Luis Rodríguez Zapatero cuando éste era presidente, pese a que también se le abordó sobre el asunto.
Para los populares, la diferencia entre Zapatero y Mariano Rajoy es abismal. El primero no cumplió hasta que la ola de la crisis le atrapó literalmente, una vez se dio cuenta de que tenía que actuar lo hizo mal y corrigiéndose continuamente y, para rematar, mintió a las autoridades comunitarias sobre el déficit real del Estado. Por el contrario, exponen, el Gobierno tiene como mantra decir la verdad pese a un escenario cuasi apocalíptico en el que hasta un portavoz tan cualificado como José María Beneyto sostuvo que “no hay que excluir la intervención”, si bien después se enmarcaron en comentarios personales que no llevan detrás las siglas del partido.
Tan complicado es el panorama que si algún mensaje quiso vender la número dos de la formación es que también hay “algunas noticias buenas”. Seguía la estela del propio presidente, que el sábado ante empresarios rechazó que el país estuviera al borde del precipicio. Cospedal se acogió a las personas que han conseguido un puesto de trabajo en los últimos tres meses, los datos de la seguridad social o al contundente dato de que se crearon 120 empresas al día en mayo. Cerraba el grupo de buenas nuevas que las comunidades empiezan a cumplir con el déficit y que el plan de proveedores está dando sus frutos, y de qué manera. Pero entonces, con el turno de preguntas, llegó el jarro de agua fría y los titulares negativos lo ocuparon todo.
Cospedal admitió que las reformas llevan su tiempo. “Es evidente que no dan su fruto de forma inmediata”, pero insistió en Europa sabe que se está haciendo todo lo comprometido. “Si nosotros hacemos las cosas como las tenemos que hacer y la UE se comporta como esperamos, nosotros somos capaces”, argumentó. Pero, ¿y si no se comporta como esperan? “España es capaz de salir adelante por sí misma. Somos capaces de hacerlo nosotros mismos. Las instituciones europeas tienen que responder con un país que está cumpliendo”, añadió, sin querer barajar un escenario tan aterrador.
Por varias veces, la secretaria general -una de las personas en las que más confía Rajoy- dijo que hay que “perseverar” en las reformas. No dio más detalles. Se le preguntó por el IVA, pero no quiso mojarse. Sí que recordó la reducción de duplicidades y solapamientos, en el marco de la reforma del Estado que se está negociando con el PSOE, y que será dada a conocer en las próximas semanas.
Negó hacer “hipótesis de hipótesis” porque “no nos lleva a ningún lado”. Rechazó pronunciarse sobre palabras “sacadas de contexto”, en relación de Beneyto. El mensaje que quiso lanzar es un podemos más contundente que nunca, apoyado por los datos de desempleo. Pero sin muchas estridencias, pues el escenario sigue siendo -confiesan en privado- muy negro, con la prima de riesgo desbocada. Sobre Bankia, ninguna novedad, salvo para afirmar que el PP no descarta la investigación, pero una vez pasado el chaparrón. Cospedal quiso remachar que “sin prisa pero sin pausa” España empieza a dar muestras de recuperación.