No entiendo lo que significa una autoridad fiscal europea. Sigo con la inevitable comparación con los Estados Unidos. Allí los estados son soberanos salvo en aquellas competencias que la Constitución les prohibe. No les es permitido mantener relaciones internacionales, ni establecer aduanas exteriores o interiores, ni acuñar moneda y por tanto deben carecer de política monetaria, que corresponde a la Unión. Pero pueden endeudarse hasta los límites que sus propias finanzar les permiten. La Unión no establece avales a la deuda de los estados, cada palo aguanta su vela. En la actualidad el riesgo de impago de deuda de algunos estados como Illinois es muy alto, superior incluso al de España. Si un estado no puede pagar su deuda, el tio Sam no tiene por qué acudir en su ayuda. Será el propio estado el que deba ajustar sus gastos a sus ingresos, reduciendo aquellos o aumentando estos hasta los límites que sus ciudadanos puedan tolerar. No tienen sentido las transferencias fiscales entre Unión y Estados, salvo en el caso de proyectos conjuntos como puede ser el caso de carreteras interestatales con uso militar alternativo. Los ciudadanos deben pagar sus impuestos federales, estatales y locales directamente a las respectivas administraciones.
Vale, eso puede estar muy bien. Pero antes tendrán que reponder
¿cómo elegimos a nuestros representantes en las instituciones europeas?
Porque no es descartable que buena parte de los problemas que ahora padecemos los hayan desencadenado los burócratas de Bruselas -a los que nadie a elegido-. ¿Quien a elegido a Draghi? ¿Y a Joaquín Almunia? ¿Son los más capaces al servicio de la Unión política, económica y social de todos los europeos? ¿O son los que mejor hacen politica de partido al servicio de su país?
Muchas dudas todavía y mucho camino por recorrer en muy poco tiempo.
Sin ir más lejos ¿alguien sabe quien es el presidente de Europa? ¿O cuando serán las próximas elecciones para elegir presidente europeo? ¿Qué poderes tiene? ¿Cuantos años dura su mandato?
En fin, falta mucho por hacer y el reloj corre en contra de los intereses de los europeos.