La última semana de mayo de 2012 será recordada durante mucho tiempo en los mercados financieros. A pesar de que los últimos años han sido tremendamente convulsos, resulta complicado encontrar cinco jornadas seguidas llenas de tantas noticias, altos y bajos, rumores y movimientos políticos al más alto nivel. El resultado en los mercados ha sido un desplome casi continuo. El miedo se ha apoderado de los inversores.
España ha sido el foco de atención durante todos estos días. Los rumores sobre su salida del euro se suceden, pese a los desmentidos oficiales. Y todo el mundo sabe que la moneda única, probablemente tampoco la UE, no resistiría una caída de esa magnitud.
Todo empezó con Bankia: todo lo ocurrido en estos días viene de largo, pero quizás fue entre el jueves y el sábado de la semana pasada cuando se precipitaron los acontecimientos. Bankia pedía al Estado 19.000 millones de euros extra para su recapitalización. Aunque el mercado ya había descontado que la situación de esta entidad era muy mala, los datos reales eran pésimos. Y el problema no era sólo el coste de salvar Bankia, sino que haciendo una extrapolación a todo el sistema financiero daba unas cifras aterradoras. Si ya hay dudas sobre si España podrá pagar todas sus deudas, no hay nada más que pensar en lo que ocurriría si fuera necesario inyectar 100.000 o 150.000 millones de euros en los bancos.
El Ibex se hunde, la prima se dispara: todo esto ha tenido un reflejo directo tanto en el Ibex como en la prima de riesgo. El principal índice de la bolsa madrileña ha perdido un 7% y ha estado a punto de caer por debajo de los 6.000 puntos, un nivel que alcanzó por primera vez a comienzos de 1997. Con este descenso, acumula una caída del 29% en lo que llevamos de año. Mientras, la prima de riesgo tomaba el camino contrario y se disparaba. La deuda alemana se ha convertido en un valor refugio al mismo tiempo que los inversores huían de las periféricas. El resultado ha sido que el diferencial en el coste entre el bund aleman y el bono hispano ha pasado de los 494 puntos a estar por encima de los 540, aunque acabó cerrando en 533, con una rentabilidad del 6,52%.
La partida de ajedrez: mientras todo esto sucedía en los mercados, en los despachos se gestaba una interesante partida de ajedrez de cuyo resultado dependerá el futuro del Viejo Continente. Hay que asumir que, en principio, a nadie la interesa que el euro se rompa. Eso no le vendría bien ni a Alemania, ni a España y ni siquiera a Grecia (aunque este país ya es casi un caso perdido). En esto hay consenso en Madrid, Berlín y Roma, pero lo que no tienen tan claro es cómo seguir avanzando en el proyecto común,
Desde el sur de Europa, lo que se pretende es que Alemania afloje el bolsillo. En el caso de España, el objetivo prioritario en estos momentos es que el BCE articule algún tipo de mecanismo para rescatar a su banca. Mientras tanto, Merkel lucha para evitarlo. El informe que la Comisión Europea publicó el miércoles fue muy duro con el Gobierno español, casi una enmienda a la totalidad de su política económica. La postura de Alemania, la CE y el BCE es que no habrá más dinero mientras España no haga las reformas que necesita su economía. Incluso, este viernes Montoro y Monti han insinuado que sus países podrían salir del euro si no tienen el dinero que quieren. Parece un farol, pero a estas alturas de la partida, nadie puede estar seguro de hasta dónde serán capaces de llegar.
La semana en los parqués
El Ibex 35 ha caído un 0,41% este viernes y ha cerrado esta semana negra en la que se ha dejado un 7,51%, su peor dato desde agosto de 2011. En lo que va de año el selectivo ha perdido un 29,20% y sólo en mayo se ha dejado un 13,1%.
Trece valores han logrado salvarse de los números rojos. Sacyr era el que más ganaba (3,03%) seguido de Acerinox (1,61%) y Caixabank (1,54%). El farolillo rojo de la sesión ha sido FCC (-6,75%) seguido de Dia (-4,35%) y Acciona (-3,39%).
En el Viejo Continente, las principales bolsas han seguido la misma tendencia que la española y el Dax alemán ha sido el más bajista con una caída del 3,42%. El Cac40 de París por su parte ha cerrado con una bajada del 2,21% y el FTSE londinense se ha dejado un 1,14%.