Debe abordarse este ajuste a la mayor brevedad. Que otros 130.000 individuos dejen de trabajar no debe oscurecer la oportunidad que la mayor eficacia ofrece cara al futuro. Si mientras tanto, alguno de ellos muere de hambre o, desesperado, se suicida; también habrá de entenderse como eficaz colaboración a la solución del paro y de la crisis.
¡ADELANTE!... con los faroles.
¡Eso, eso! Sigamos despidiendo gente en vez de recortar salarios. A ver si así llegamos antes a la guerra.
(IRONÍA):
Porque, claro, la gente que se queda fuera del sistema tiene por costumbre no votar a partidos antisistema y reírle las gracias a los demás. Y, también, la gente sin trabajo, cuando hace manifestaciones, acostumbra a sentirse muy sensible por las dificultes que les crea a otros trabajadores: "yo no tengo trabajo, pero me preocupa mucho que el prójimo lo pierda". Es lo que suelen pensar.