El matiz de Rajoy hace cuatro días explicando que España no acudirá "a fecha de hoy" al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera para recapitalizar la banca hizo saltar las alarmas en el sector bancario.
De hecho, según informa el diario El Mundo, es precisamente esta idea la que se está barajando en Moncloa debido a que el sistema financiero español va a necesitar otros 30.000 millones de euros adicionales a los a los 19.000 que acaba de solicitar Bankia.
Las entidades beneficiarias de la inminente inyección de dinero público serían Banco de Valencia, Novagalicia y Calalunya Caixa, o lo que es lo mismo, las que no pueden hacer frente a los nuevos requerimientos de la reestructuración. De esta cuantía, 10.000 millones irían destinados al saneamiento de estas entidades y 20.000, a elevar sus niveles de capital.
En total, 50.000 millones que se les queda grande tanto al Frob como al Tesoro y por eso el Gobierno contempla la posibilidad de solicitar las ayudas al Fondo Europeo o incluso al FMI, sobre todo, si esta concesión no implica ningún nuevo mecanismo de control sobre España, como apuntan las mismas fuentes.
Desde el Palacio Elíseo, Rajoy se esmeró en defender la solvencia de las entidades financieras españolas e incidió en lanzar el mensaje de que la banca española no se puede poner en tela de juicio "porque no lo está", un argumento que no convenció a casi nadie.