UPyD es un partido con un perfil político muy definido. Rosa Díez, con pocos medios pero mucha imaginación, ha conseguido colar en el debate público temas que hasta entonces eran casi tabú. La formación magenta ha sido contundente en sus críticas a los nacionalismos, la cesión continua de competencias a las comunidades autónomas o la tibieza ante el terrorismo etarra.
En el plano económico, sus planteamientos son, por ahora, algo menos conocidos. Ante la falta de medios, para hacerse un hueco, también deben recurrir a la imaginación y a tocar temas intocables para los partidos mayoritarios. Álvaro Anchuelo, catedrático de Economía Aplicada en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, es uno de sus cinco diputados y el responsable de su área económica. Libre Mercado estuvo con él hace unos días para hacer un repaso por las principales propuestas de su formación.
- Su partido tiene un perfil político muy definido, pero quizás en el plano económico sus propuestas son menos conocidas. ¿De qué pie cojea UPyD: socialdemocracia o liberalismo?
- Es muy difícil definir en una frase nuestras propuestas. Si se refiere a nuestra filosofía, somos un partido partidario del libre mercado, pero no lo idealizamos. Pensamos que en determinadas situaciones falla y que tiene que tener una corrección pública.
- En temas políticos, podríamos decir que UPyD se sitúa entre los dos grandes partidos. Los votantes menos conservadores del PP y los menos izquierdistas del PSOE se sienten cómodos con muchos de sus planteamientos, ¿es igual en economía?
- No nos gustan las etiquetas. Preferimos que nos sitúen en función de nuestras propuestas. No tenemos esa aversión que tiene el PSOE hacia el mercado, pero tampoco ese papel que le da el PP, como si nunca se equivocara. Si hay falta de información de los consumidores o monopolios o una gran diferencia en la distribución de la renta, creemos que tiene que intervenir el poder público. Parte de esa simpatía que usted comenta nace en que nosotros hemos hecho mucho hincapié en las raíces institucionales de la crisis y en el papel de las comunidades autónomas en lo que ha ocurrido. Fuimos los primeros que lo dijimos y la realidad nos ha dado la razón.
ESTABILIDAD PRESUPUESTARIA
- Quizás ésta sea la cuestión más candente en estos momentos y también el tema en el que el mensaje económico de UPyD es más conocido.
- Cuando era un tema tabú, nosotros fuimos los primeros que hablamos de despilfarro, duplicidades y del problema que las autonomías suponían para la unidad de mercado. Ahora está incorporado al discurso público, pero cuando empezamos nos descalificaban. Nosotros somos partidarios de la descentralización, pero creemos que se ha hecho mal. Se han creado unas estructuras administrativas y unos entes que van mucho más allá de las competencias asignadas. Son casi como 17 mini-estados. Por ejemplo, se han creado casi 4.000 entes que no están sometidos a control. Y no sólo es el tamaño y el gasto, sino que a menudo actúan de forma descoordinada, entre ellas y con la administración central. Ahora se está empezando a corregir, pero lentamente y a rachas. Habría que hacerlo con más celeridad. La pregunta es ¿cómo hemos llegado a esto? Nosotros creemos que tiene que haber un control previo de los presupuestos autonómicos, que no se quede en una multa en el futuro si fallan. Al igual que hace España con la UE, se tendrían que enviar previamente al Gobierno central para que los supervise.
- El Gobierno está convencido de que la Ley de Estabilidad Presupuestaria pondrá coto a los excesos autonómicos en materia de déficit, ¿ustedes creen que se queda corta?
- Supone un avance respecto a la situación anterior, porque hay penalizaciones y una exigencia mayor de información. Por eso nosotros la apoyamos. En nuestra opinión, se podía haber ido más allá con controles previos. La experiencia europea nos ha enseñado que cuando se deja todo para el final y una administración tiene problemas, pues en ese momento multarla es aún más complicado.
- ¿Qué les parecería una reforma que avanzase en el camino del federalismo fiscal?
- Creemos que hay que ir a una reforma de la Constitución que delimite claramente las competencias entre los diferentes niveles de la administración, para que el sistema no esté permanentemente abierto. También hay que revisar el sistema de financiación autonómica, calculando bien el cupo vasco como paso previo a su integración en el sistema común. Luego, habría que llegar a una verdadera corresponsabilidad fiscal, que las autonomías asuman la impopularidad de recaudar, y no como hasta ahora, que se han centrado sólo en el lado del gasto. Somos partidarios de una España federal, pero con una distribución clara de competencias y de instrumentos recaudatorios.
- He visto en su programa la propuesta de un presupuesto de base cero. Nosotros creemos que éste debería ser el comienzo de la recuperación de las cuentas públicas. Pero, ¿piensan que es realista desde un punto de vista político?.. porque habría muchos entes y organismos que podrían desaparecer.
- La filosofía habitual es incrementalista. Yo tengo un presupuesto y lo reduzco o lo subo un 5% cada año. En un presupuesto de base cero, hay que analizar partida por partida. Habría que hacer una reevaluación de todo el sector público. Esto es difícil y lento, pero es necesario para hacer un recorte selectivo, porque si no, pasa lo de siempre y se hacen recortes de brochazo gordo, como en los últimos Presupuestos, en los que se recortan partidas fundamentales y otras, que quizás se deberían suprimir, se mantienen.
REFORMA FINANCIERA
- Pasemos a la reforma financiera. En una de las propuestas de UPyD se habla de recapitalizar las entidades viables y liquidar las inviables,... ¿cómo se haría?
- Nosotros fuimos los primeros que dijimos que las cajas estaban politizadas, controladas por las CCAA, y que eso condicionaba su comportamiento. Los problemas inmobiliarios son comunes a bancos y cajas, pero mientras que los bancos son viables, las cajas no lo son. Una de las razones por las que se ha tardado tanto en actuar es porque se quería mantener el poder autonómico en las cajas. Respecto al saneamiento del problema financiero. Hasta ahora lo que se ha hecho es calcular cuánto se puede aflorar de las pérdidas, en función de lo que se puede asumir. Esto ha provocado una gran desconfianza. Ahora hay que cambiar el procedimiento, no ver cuánto puede aflorar, sino ver cuál es el tamaño real del agujero y cómo se le puede hacer frente.
- ¿Y la última reforma es suficiente?
- Creo que no. Se ha vuelto a actuar igual. El paso definitivo será cuando lleguen estos evaluadores externos y ofrezcan su opinión. En cualquier caso, nos parece lamentable que se haya perdido la confianza en el Banco de España y en las instituciones españolas. La pregunta es quién va a pagar esa situación. Idealmente, las propias entidades. Si no, será necesario un apoyo público que se devuelva en el futuro. Y si eso no basta, que no tenemos información para saberlo, sería bueno reconocerlo pronto y pedir ayuda al Fondo Europeo. Esto tiene que ir unido a la asunción de responsabilidades, no puede ser que se hundan cajas, se comercialicen preferentes, se saquen acciones de Bankia diciendo que la situación es diferente a la que hay y nadie asuma responsabilidades.
- ¿Ustedes creen que los préstamos que se han hecho se van a devolver?
- Parece un insulto a la inteligencia de los españoles que tanto el anterior Gobierno como el actual digan que esto no va a tener un coste público. Elena Salgado nos dijo que íbamos a hacer un gran negocio prestando a la banca al 8% y Luis de Guindos nos dice que vamos a hacer un gran negocio prestando al 10%. Pero el problema es si esos créditos se van a devolver; por qué, si es tan buen negocio, nadie en el mercado quiere prestarles ese dinero. Creemos que al final esto tendrá un coste de decenas de miles de millones. La cuestión es cuánto y cuándo se va a explicar esto a los ciudadanos.
- ¿Por qué parece que nadie puede perder dinero en la banca? ¿Es que alguien que tiene deuda subordinada no puede perder dinero? ¿Por qué no recapitalizar las entidades a través de sus acreedores?
- Nosotros hemos defendido esta posición ortodoxa desde el inicio. Sólo los depositantes deben estar protegidos. Pero los accionistas, si la entidad va mal, tienen que perder dinero. Y los que tienen un crédito, si con los activos no se pueden cubrir los pasivos, pues tendrán que asumir las pérdidas, como en cualquier entidad que quiebra. El problema es que esta filosofía, que se pudo aplicar al comienzo de la crisis, no se ha aplicado y ahora es mucho más complicado. Tras estos años, el principal acreedor de la banca es el propio Estado. Pero ése es el enfoque correcto, no puede ser que se socialicen las pérdidas.
REFORMA FISCAL
- Pasemos a la parte de impuestos. En el programa de UPyD se habla mucho de fraude fiscal...
- España tiene una economía sumergida que ronda el 22-23% del PIB, con lo que se podrían recaudar 7-8 puntos del PIB, unos 70.000 millones de euros. Evidentemente, no vamos a acabar con toda la economía sumergida, pero si la reducimos a la mitad, poniéndonos en niveles similares a los de otros países europeos, podrían ser 3-4 puntos del PIB de recaudación. No se va a conseguir si no se intenta. Nosotros pedimos cosas tan obvias como que se potencia la Agencia Tributaria, que según los últimos Presupuestos Generales del Estado va a sufrir un recorte de personal.
- Los estudios dicen que la presión fiscal es baja, pero la percepción de muchos ciudadanos es de que les están friendo a impuestos...
- Seguramente las dos percepciones son ciertas: la presión fiscal total es baja, pero para algunos sectores es muy alta. Existe un problema de elusión fiscal: es decir, dentro de la legalidad, hay algunas personas que pagan muy pocos impuestos porque se aprovechan de todas las posibilidades. Por eso, lo que no puede ser es que se aprieten más las clavijas a quienes ya están dentro del sistema y están haciendo un gran esfuerzo. Haría falta una reforma fiscal de verdad que redistribuyese la carga de forma más equitativa.
- El Impuesto de Sociedades es un buen ejemplo de esto. El tipo general es bastante alto, pero el tipo efectivo es muy bajo, porque muchas empresas se acogen a todo tipo de deducciones, lo que provoca muchas injusticias con aquellos que no tienen estas posibilidades.
- Exactamente. Ésa es la ventaja de eliminar las deducciones, que se puede recaudar más sin subir los tipos e incluso bajándolos con carácter general. Además se conseguiría simplificar mucho la gestión del impuesto.
- ¿Cree que se va a subir el IVA?
- No tengo ninguna duda de que se va a subir, pero sobre todo por los apuros fiscales. El problema es que no deberían tomarse las decisiones por apuros recaudatorios sino con un diseño general del sistema. Además, sería bueno que los agentes económicos (particulares y empresarios) tuvieran claro el panorama.
REFORMA LABORAL
- La última gran reforma del Gobierno es la laboral. En este aspecto es quizás donde UPyD ha puesto más reparos.
- Nosotros la habríamos hecho de otra manera. Nos diferenciamos de PSOE e IU en que no idealizamos el sistema anterior. Creemos que ese sistema necesitaba una importante reforma, a la vista están los resultados. Pero esta reforma sigue el mismo camino de las anteriores, que es ir precarizando los contratos de trabajo y creando un sistema dual, entre indefinidos y precarios. Esto condiciona mucho el funcionamiento de la economía, porque los empresarios no van a formar a sus trabajadores sabiendo que sólo van a estar unos meses.
Por eso, queríamos introducir el contrato único indefinido, con el que por defecto todos los contratos son indefinidos, con una indemnización que fuese aumentando paulatinamente con el paso del tiempo. De esta manera, los trabajadores entrarían con una indemnización similar a la de los actuales temporales, pero a los pocos años se convertirían en lo que ahora es un indefinido. Hoy en día entran como temporales, siguen ahí y nunca salen de la trampa de la temporalidad.
La otra objeción a la reforma laboral es que en los temas de negociación colectiva se ha pasado de frenada. Hemos pasado de un modelo en el que los sindicatos tenían derecho de veto y el empresario no podía tomar decisiones, a un modelo en el que decisiones fundamentales (como las bajadas de salarios) las va a tomar el empresario unilateralmente con muy pocos requisitos (pérdidas futuras o caída de ingresos). Nosotros hemos introducido enmiendas para equilibrar esto y que sean necesarios más requisitos para que el empresario pueda tomar estas decisiones. Hemos propuesto que las medidas tengan un carácter temporal (duren tres años) y que afecten también a quienes están tomando esta decisión, porque hemos visto muchas veces que directivos que han abierto procesos de despido se han subido los bonus a la semana siguiente.
- Personas muy cercanas al PP se posicionaron a favor del contrato único cuando estaban en la oposición. ¿Les ha explicado el Gobierno por qué no se ha tomado en cuenta finalmente?
- Es una propuesta con un aval intelectual muy importante. Nosotros como partido lo hemos recogido de la sociedad porque viene con el aval de la mayoría de los expertos en temas laborales. La propia Comisión Europea, el propio ministro de Guindos hasta que fue desmentido por sus colegas, etc... A veces se ha atacado desde los sindicatos diciendo que convierte a todos los trabajadores en temporales, pero es todo lo contrario. Ofrece una carrera laboral estable y unas perspectivas de futuro. Un trabajador que no sabe si va a estar ocho meses después en la empresa, cómo va a identificarse con la empresa y cómo va a planificar su vida personal.
- La reforma laboral no ha tocado nada respecto a las políticas activas de empleo y el sistema de prestaciones de desempleo.
- El tema de las políticas activas de empleo es muy importante porque en los actuales Presupuestos han sufrido un recorte muy importante (un 21%). Creemos que es un grave error. Tenemos un tipo de paro que requiere formación porque la mitad de estos parados son de larga duración y necesitan reciclarse y formarse, porque están perdiendo habilidades. Y lo mismo podría decirse de los jóvenes o de los ex trabajadores de la construcción. Que en esas condiciones se recorte esta partida es un grave error. Mientras, este Gobierno ha decidido gastarse el dinero en bonificar la contratación indefinida, algo que con el contrato único del que hablábamos antes ya no habría que hacer. Son unos 4.000 millones al año. Y las políticas de bonificación son muy ineficientes, porque más que crear empleo desvían el empleo hacia los contratos bonificados.
- Pero las políticas activas de empleo tienen muy mala prensa (nosotros, por ejemplo, las hemos criticado mucho), porque son muy caras e ineficientes.
- Claro, habría que reformarlas, porque los cursos que se dan no son de gran calidad y deberían adaptarse a las necesidades de los parados. Pero lo que no puede utilizarse como excusa es que están funcionando mal. Lo que habría que hacer es reformarlas y reforzarlas. Tampoco deberían estar cerradas a que sólo las ofrezcan sindicatos o empresarios.
REFORMA DE LAS PENSIONES
- Respecto a la reforma de las pensiones. ¿Cree que es sostenible el actual sistema?
- Nosotros propusimos aumentar la edad de jubilación por dos vías que no se han explotado lo suficiente. Lo primero es acercar la edad real de jubilación a la legal. Somos contrarios a las prejubilaciones que tienen un coste público para el sistema de desempleo y de la Seguridad Social (en la línea de la enmienda Telefónica). También creemos que si a los trabajadores se les incentivase en forma de una mayor pensión, muchos querrían trabajar unos años más.
- Sí, pero hay estudios que dicen que incluso aumentando la edad de jubilación o ampliando el cálculo de la base de cotización, el sistema quebrará en 2040 ó 2050. Y cada vez más la pensión pasa de ser un derecho contributivo (tanto aportas tanto recibes), a ser un derecho asistencial (te doy un subsidio por ser jubilado).
- El sistema de capitalización como filosofía es muy interesante. Pero el problema es que es muy difícil la transición, no partimos de cero. Pero la idea de que tiene que haber una relación entre lo que se cotiza y se recibe parece evidente.
- Otra cuestión importante en el tema de las pensiones tiene que ver con el Fondo de Reserva de la Seguridad Social. Pero casi el 90% de su capital están invertidos en deuda pública española. Esto nos parece muy grave. Es como hacerse trampas al solitario. Se dice a los pensionistas: "No os preocupéis, incluso aunque haya problemas, sierre habrá dinero para pagaros, con el Fondo". ¡Pero si el deudor es el propio Estado! Si tiene dificultades para otras cosas, tampoco podrá afrontar ésta.
- El Fondo es una forma de engañar una vez más a los ciudadanos. Se dice que tiene 60.000 o 70.000 millones y eso parece una cifra muy grande, pero en realidad serviría para pagar las pensiones menos de un año. Cuando el PP estaba en la oposición decía esto mismo, pero ahora asegura que los ciudadanos deberían estar plenamente tranquilos. Además, este Fondo debería ser mucho mayor porque ha habido muchos años de superávit y no se ha dotado lo suficiente. Además, efectivamente, tiene una concentración de riesgo muy grande en deuda pública española. Se ha utilizado como una forma de financiar al Gobierno. Se debería haber gestionado con criterios de diversificación de riesgos. Tampoco deberíamos demonizar la deuda española en un fondo español, pero sí debería haber una proporción más razonable. También habríamos sido partidarios de dotarlos con una mayor generosidad, pero ahora los superávit se han terminado.