"La salida de Grecia es un hecho". Según fuentes de la UE y el BCE consultadas por la prensa germana, el país heleno está sentenciado, ya que Atenas no tiene intención de cumplir las condiciones exigidas por la troika -Comisión Europea, Banco central Europeo (BCE) y Fondo Monetario Internacional (FMI)- en el segundo plan de rescate. El Eurogrupo y el propio BCE ya están trabajando en planes de contingencia para afrontar esta situación y evitar un efecto contagio al resto de países periféricos.
Por ello, una de las preguntas clave que circula en estos momentos en el mercado es la siguiente: ¿qué harán las instituciones europeas si, finalmente, Grecia sale, del euro? Grandes bancos y agencias de calificación han comenzado a emitir sus diagnósticos, arrojando una conclusión común: el abandono heleno se traducirá en una de las mayores intervenciones monetarias y financieras de la historia.
Citigroup, por ejemplo, se atreve a pronosticar que la salida de Grecia tendrá lugar a principios de 2013 y que la extensión de la inestabilidad a otros países de la zona euro será "inevitable". Para evitar el contagio, se pondrían en marcha diversas medidas: el BCE reduciría los tipos de interés hasta el 0,5% -desde el 1% actual-, volvería a inyectar liquidez ilimitada a la banca y reanudaría la compra de bonos; Bruselas trabajaría en un segundo plan de rescate para Irlanda y Portugal, así como algún tipo de programa especial de ayuda a España e Italia; también se aprobaría un plan de rescate bancario a nivel comunitario y un fondo de garantía de depósitos común a fin de evitar una fuga masiva de depósitos.
Por su parte, la agencia de calificación de riegos Fitch también cree que el BCE procedería a una "significativa inyección de liquidez" a las entidades financieras para evitar los riesgos de contagio. Sin embargo, el menú más completo de posibles intervenciones lo ofrece JPMorgan, cuyas claves serían las siguientes:
1. Bajada de tipos: el BCE reduciría una vez más el tipo de interés oficial en la zona euro, hasta situarlo en un nuevo mínimo histórico, por debajo del 1%.
2. Compra masiva de deuda periférica: el BCE, incumpliendo de forma soterrada sus propios estatutos, puso en marcha un programa extraordinario de compra de bonos públicos en mayo de 2010. Desde entonces, la entidad monetaria ha acumulado en su balance unos 215.000 millones de euros en deuda griega, irlandesa, lusa, española e italiana. La salida de Grecia reactivaría de forma sustancial la compra de deuda para rebajar la prima de riesgo de los países en problemas.
3. Nuevas inyecciones de liquidez: tras las dos subastas extraordinarias de liquidez del BCE, aportando más de 1 billón de euros a tres años a la banca europea desde el pasado noviembre, la entidad monetaria volvería a aplicar los famosos LTRO, con la posibilidad de ampliar los plazos (más de tres años) y la cuantía (más de 1 billón de euros).
4. Liquidez extraordinaria a nivel nacional: asimismo, otra de las posibles medidas consistiría en extender los programas de liquidez extraordinaria a nivel nacional (bajo el título de ELA) a otros países con problemas financieros. Este recurso, aplicado por Irlanda y Grecia, consiste en que el banco central de cada país pueda prestar dinero a corto plazo a sus bancos a cambio de un colateral (activos que sirven de aval) de ínfima calidad -no aceptados por el BCE-.
5. Garantizar los depósitos: Bruselas avanzaría en la creación de un Fondo de Garantía de Depósitos a nivel comunitario, aunque JPMorgan considera que esta opción "no parece muy probable en a corto o medio plazo".
6. Ampliación de los fondos de rescate: Bruselas avanzaría en la ampliación de los fondos de rescate europeos para poder prestar más ayuda los estados miembros en problemas.
7. Prohibición de cortos: las autoridades comunitarias prohibirá una vez más ciertas operaciones bursátiles con el objetivo de frenar los desplomes en bolsa, limitando las ventas en corto al descubierto sobre acciones bancarias y deuda pública.
8. Planes de estímulo: la entidad norteamericana tampoco descarta la aprobación de programas de estímulo a nivel comunitario (más gasto público), tal y como defendió el presidente francés, François Hollande, en la cumbre europea del pasado miércoles.
9. Eurobonos: se podría avanza en su creación, si bien parece "poco probable" que salga a corto plazo.
10. El FMI, al rescate: muy posiblemente, el FMI podría incrementar su participación en el rescate de países europeos, bien incrementando la cuantía de sus aportaciones a los planes ya en marcha, bien suministrando liquidez adicional a países concretos, como España o Italia.
11. Líneas swap de la FED: y a todo ello habría que sumar nuevos préstamos en dólares a coste reducido por parte de la Reserva Federal de EEUU a la banca europea, tal y como ya aconteció el pasado septiembre.
12. Más monetización de deuda en EEUU: por último, el agravamiento crisis del euro serviría de excusa a la FED para poner en marcha un nuevo programa de estímulo monetario en EEUU (Quantitative Easing 3), consistente en que su banco central compre más deuda pública y bancaria.