Bankia será un "banco público". Así lo ha definido Luis de Guindos este miércoles por la tarde en la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados. El ministro comparecía para explicar la nacionalización de BFA-Bankia y ha ofrecido dos grandes titulares: el Estado inyectará, a través del Frob, "todo el capital" que necesite la entidad para sanearse definitivamente y los actuales gestores tendrán que dejar paso a un equipo de "profesionales de reconocido prestigio" que dirigirán el grupo desde ahora.
La toma de "control" por parte del Estado tendrá lugar en tres pasos. Para empezar, se convertirá en acciones el préstamo que el Frob hizo en su momento a BFA a través de convertibles. Son 4.465 millones de euros de dinero público que se prestaron en 2010. Ahora, visto que la entidad no puede devolver el crédito, pasa a ser propietario de la mayoría del capital. ¿De qué porcentaje? Todavía no se puede saber. Primero habrá que saber cuánto vale BFA. Con esa información, se determinará el peso de esos 4.465 millones. En cualquier caso, De Guindos ha asegurado que será un porcentaje muy mayoritario (vamos, que a las siete cajas fundadores apenas les quedará una mínima parte de la propiedad de la entidad).
Una vez que el Estado haya entrado en el capital de BFA, tendrá lugar una ampliación de capital de Bankia a la que también acudirá el Frob. En estos momentos, la participación de BFA en el banco alcanza el 45% del total. Con esta ampliación de capital, lo normal (así lo cree De Guindos) es que esta cifra quede muy por encima del 50%. El resultado es que las dos entidades, matriz y filial, estarán en manos públicas. Eso sí, el ministro ha asegurado que “se respetará el derecho de suscripción preferente” de los actuales accionistas, por si quieren acudir a la ampliación.
Por último, llegará la inyección de capital directa en el balance de las dos entidades, para sanearlo de una vez por todas. De Guindos ha dicho que de esta manera, lo que hará el Estado es "recapitalizar un banco público", para mejorar su solvencia y poder luego venderlo, con “beneficios para el contribuyente”, ha asegurado el ministro. Porque el fin de toda esta operación, para De Guindos, es vender en un futuro más o menos lejano la entidad ya limpia y sin que el conjunto de la operación haya costado un euro al erario público. De Guindos ha asegurado que este esquema es “la única manera” de que el Frob sanee la entidad, controle proceso y se asegure la recuperación de los fondos públicos ya empleados.
La pregunta es cuánto dinero necesita en estos momentos BFA-Bankia. De Guindos ha hablado de 9.000 millones, pero eso no quiere decir que ésa sea la cantidad final que vaya a aportar el Estado. Podría ser más o menos. El nuevo equipo directivo tendrá que presentar un "plan de viabilidad" que incluya todas las necesidades de capital. Por un lado, De Guindos ha señalado que necesitarán 7.100 millones de euros en concepto de provisiones para sanear el ladrillo. Además, necesitará 1.900 millones de euros extra de capital para cumplir los últimos requerimientos aprobados por el Gobierno.
La suma de estas dos cifras da esos 9.000 millones que necesita Bankia ahora mismo. Ahora, habrá que ver cuánto puede conseguir por sí misma. El resto, teóricamente, tendrá que ser aportado por el Estado. Y eso para empezar; luego, para sanear el banco podrían ser necesarios más fondos. Se habla de hasta 20.000 millones. La clave estará en si esa inyección de fondos permitirá vender dentro de unos años la entidad con beneficios.
Eso sí, antes de llegar este momento, habrá que dar muchos pasos intermedios. Para empezar, De Guindos ha anunciado que se llevará a cabo la sustitución de los actuales gestores de la entidad por "profesionales de reconocido prestigio". Es decir, los políticos y demás miembros del Consejo de BFA tienen los días contados. En su opinión, éste es "un requisito fundamental para atraer inversores".