El problema del Estado no es que deba 750.000 millones: es que tiene que devolver 100.000 millones cada año... y no es capaz. Es más, lo último que hemos demostrado al mundo es que no somos capaces ni de reducir el déficit (la deuda de cada año) en más de 5.000 millones, y eso con todo el apoyo posible por parte del BCE y nuestros socios comunitarios.
Y eso sin contar todas las triquiñuelas que estamos haciendo, colocando déficit en los epígrafes de déficit no computable para las normas contables de la UE. Para que se entienda, el año pasado nos endeudamos -netamente- por valor de 125.000 millones, pero para la UE solo computan 90.000 millones. Este año, según el BE, estamos haciéndolo aún peor.
A parte del asunto de los bancos centrales, en España el exceso de deuda privada se debió en buena parte a la práctica confiscación del suelo por los ayuntamientos y comunidades autónomas, pues al restringir el suelo edificable dispararon el precio de la vivienda y crearon en la población y en los inversores un "pánico comprador".
No es cierto que España tenga exceso de deuda pública (70% del PIB, inferior a la media europea, muy inferior a la de Alemania, Francia Italia...). Es cierto que hemos incurrido en los últimos años en un exceso de déficit presupuestario. Pero esto es distinto a aquello. Conviene considerarlo para no confundir.
A "deoses", para su información académica, el déficit presupuestario de hoy es la deuda de mañana. Si hoy tenemos un 70% del PIB de deuda y en el 2006 era de un 37% es por los déficit acumulados entre el 2008 y 2011. Deuda y déficit son cosas distintas pero estrechamente vinculadas.