Si a muchos les pareció que la visita de Sheldon Adelson a Alcorcón el pasado fin de semana colocaba a la ciudad madrileña en el disparadero para ser elegida como sede de Eurovegas, ahora será Cataluña la que de un paso al frente en la guerra de nervios que parecen mantener ambos ejecutivos regionales.
Y es que, tal y como ha podido saber Libertad Digital de fuentes de toda solvencia, alrededor del próximo día 19 una delegación al más alto nivel del ejecutivo autonómico estará en Las Vegas para reunirse con los más altos responsables de Las Vegas Sands Corporation. De hecho, el 19 era fecha prevista en un principio para el viaje, pero podría sufrir modificaciones por problemas de agenda del propio Adelson.
En la reunión estarán, al menos, los consejeros de Ordenación y Territorio, Lluís Miquel Recoder i Miralles; y de Economía y Conocimiento, Andreu Mas-Colell.
Sin embargo, tal y como ocurrió con la visita del pasado fin de semana del magnate del ocio, esta reunión no tiene un significado especial dentro del largo y complejo proceso negociador a tres bandas que se está desarrollando y cuyo resultado final se debería conocer a finales de este mismo mes de mayo
El Prat sigue en la lucha
Por otra parte, estas mismas fuentes han asegurado a Libertad Digital que los terrenos que en un principio se habrían propuesto a Las Vegas Sands en las cercanías de El Prat siguen en la pugna para acoger el complejo, aunque la Generalidad haya además propuesto otras parcelas en Montcada y Reixach, un municipio también cercano a Barcelona pues está sólo a 14 kilómetros de la ciudad Condal.
Las razones de este cambio eran la proximidad al aeropuerto de El Prat de los terrenos, lo que impedía que la empresa promotora elevase la altura de sus edificios hasta las 50 plantas que, en principio, tendrán los gigantescos hoteles de 3.000 habitaciones.
Sin embargo, Las Vegas Sands no ha descartado definitivamente ninguno de los cuatro terrenos que se le han ofrecido (dos en Madrid y estos dos en Barcelona) y en virtud de la idoneidad considerada en conjunto se podrían acometer cambios en el proyecto inicial, por ejemplo, rebajar la altura final de los edificios.