Después de que el Gobierno de Evo Morales se adjudicara el control de la filial de Red Eléctrica Española en Bolivia, el ministro de Hidrocarburos y Energía, Juan José Sosa, aludió que "con la nacionalización de aumentaremos las inversiones, tenemos asegurados para este año más de 200 millones de dólares y se priorizará cerrar el anillo energético en nueve departamentos", según el periódico boliviano Cambio.
Por el momento, el Gobierno boliviano tan sólo ofrece unos 30 millones de euros en forma de justiprecio por la expropiación de la compañía. "Vamos a partir de lo que pagaron en el momento de la privatización" (unos 40 millones de dólares). Según Alaín Bothorel, responsable de Asuntos Políticos y Comerciales de la Delegación de la Unión Europea en Bolivia, "sabemos que no pasará como en Argentina, porque hay un marco legal que garantiza que la empresa y los accionistas, van a tener un reembolso justo y responsable".
Pero, con independencia de la indemnización que, finalmente, se acuerde, la medida ha sido acogida con gran entusiasmo entre algunos medios bolivianos. Así, Cambio defiende en su editorial a Evo Morales: "Las nacionalizaciones oxigenan el proceso y proyectan un horizonte mucho más vigoroso para el Estado, para la construcción de una sociedad más equitativa y justa que resuelva las apremiantes contingencias que aún provocan la pobreza y el desequilibrio entre ricos y pobres. La lucha es larga y el camino recién está comenzando".
Y, con ocasión del Día de los Trabajadores, concluye de la siguiente forma: "El Gobierno avanza y avanza bien. Este 1 de mayo, como los anteriores cuando tuvimos como acción visionaria otras nacionalizaciones, alienta y proyecta un horizonte promisorio para el pueblo".