¿Qué piensa hacer el Gobierno español en relación con el sistema crediticio? Llevamos ya cuatro meses de legislatura y, con la excepción del decreto sobre valoración de activos inmobiliarios, todavía no hay nada claro. Primero se decía que se iba a crear un banco malo al que transferir los activos inmobiliarios, luego se dijo que no, y ahora volvemos otra vez a la idea inicial. También se ha anunciado una nueva oleada de fusiones en el sector pero todavía no se atisba movimiento alguno al respecto en el horizonte. No es de extrañar, por tanto, que el Banco Central Europeo acabe de dar un toque a nuestro país para que el Ejecutivo empiece, de una vez por todas, a resolver los problemas de la banca.
El saneamiento del sistema crediticio es un elemento fundamental para poder superar la crisis. Mientras el crédito a empresas y familias no vuelva a fluir no podremos alcanzar niveles razonables de crecimiento económico que permitan generar puestos de trabajo y, entre ambos, empezar a aportar a los presupuestos públicos esos ingresos tributarios que, sumados a la imperiosa necesidad de recortar de forma drástica el gasto público en todos los niveles de la Administración, permita cerrar de una vez por todas la grave crisis fiscal que atenaza el funcionamiento normal de la economía española. Para poner en orden al sistema bancario, el Gobierno, como he dicho, ahora habla de nuevas fusiones entre entidades y de crear un banco malo. Sin embargo, la gran cuestión, que no es otra que la recapitalización de la banca, sigue en el aire. Y mientras bancos y cajas no reconstruyan su estructura de capital, no circulará el crédito. En consecuencia, la recapitalización de la banca se constituye en el elemento fundamental para sanear el sistema financiero.
En este sentido, el Gobierno dice que no va a inyectar dinero público en los bancos. Cabe entender, entonces, que los planes del Ejecutivo pasan porque sean los propios bancos quienes aporten esos recursos, bien con cargo a sus beneficios, si es que los tienen, bien consiguiéndolos en los mercados, si es que consiguen que los inversores se fíen de muchos de ellos, que lo dudo. Supongo, por tanto, que lo que pretende el Gabinete es una recapitalización a través de la no distribución de beneficios. Sin embargo, este proceso puede ser muy largo y costoso, entre otras cosas porque los beneficios dependen, en buena medida, de los créditos que se concedan y si no hay dinero para ellos, difícilmente se obtendrán beneficios. Lo suyo, por tanto, sería una inyección de capital público en forma de préstamos. ¿Por qué no lo hace el Gobierno? Es cierto que si tiene que reducir el déficit no tiene dinero para ello. Es igualmente cierto que, para el Ejecutivo, obtener esos recursos emitiendo deuda puede ser muy caro, tal y como están en estos momentos los mercados con España. Sin embargo, el Gabinete puede pedir esos recursos prestados al Fondo Europeo de Estabilización Financiera, que está para eso, que cuenta con la máxima clasificación crediticia y que puede conseguir esos recursos pagando un interés muy inferior al que está colocando el Tesoro la deuda pública española. Entonces, ¿por qué no utilizar este recurso? ¿Por miedo a que le acusen de que España está intervenida? Si ya lo está de forma oficiosa. Por tanto, no veo razón alguna para prolongar más una situación tan perjudicial para la economía española como la de la recapitalización de la banca.