Bueno, resulta que El Sr. Montoro se ha convertido en un habliche. Se nota mucho, mucho, que está mal mandado y peor dirigido.
Bueno, resulta que El Sr. Montoro se ha convertido en un habliche. Se nota mucho, mucho, que está mal mandado y peor dirigido.
Todo esta polémica sobre las autonomías desenfoca el problema, desde mi punto de vista. Parece que -¡por fin!- hemos alcanzado un consenso bastante sólido sobre que esta crisis significa que vamos a vivir mucho peor. El siguiente paso está en decidir quiénes van a sufrir más ese ajuste.
Al principio decidimos que todo ajuste se haría despidiendo gente: ¿mejor que unos pocos lo pierdan tod que que todos perdamos un poco? ¡Bueno! Es una opción. Traerá otros problemas, pero, de momento vamos tirando.
Ahora, como ya el número de parados amenaza guerra, nos decantamos por recortar los salarios, pero de forma selectiva. Estos salarios son justos (normalemte el mío), no se recortan; estos salarios son injustos (normalmente los de los demás), sí se recortan. ¡Bueno! Es una opción. Traerá otros problemas, pero, de momento vamos tirando.
Todo recorte del gasto -autonómico, central, municipal, diputacional o extraterrestre- es el sueldo de alguien. ¿Que dicho sueldo es una "mamandurria"? De acuerdo. Recortemos ese gasto. ¡Si es que es obligado, no queda otra...! Pero, ¿dónde van a trabajar esos señores a partir de ahora? ¿En mi empresa? ¿A cambio de recortarme a mí el sueldo? ¿O que se queden en el paro 4 o 5 años -es decir, para siempre- mientras vemos si esto se recupera solo? ¡Bueno! Es una opción. A ver qué pasa. Así sabremos qué porcentaje de paro es capaz de soportar España.