El Ibex 35 ha sufrido este lunes una nueva jornada negra, con lo que continúa la senda bajista con la que se ha caracterizado este 2012. El selectivo español ha caído un 2,76% hasta situarse en la cota de los 6.846 puntos, el nivel más bajo desde 2003. En lo que va de año, el índice madrileño ha perdido un 20,08% lo que le convierte en el peor de las grandes bolsas mundiales, seguido por el Merval, el índice argentino.
En el mercado de deuda, la prima de riesgo –el diferencial entre la rentabilidad que ofrecen los bonos españoles a diez años con respecto al bund alemán- se ha situado al cierre del mercado bursátil en los 432 puntos y la rentabilidad ha repuntado hasta el 5,98%, lo que podría plantear dificultades en la subasta de letras de tres y seis meses que celebra mañana en Tesoro Público.
El resto de grandes plazas europeas han tenido durante la jornada la misma tendencia bajista que la española. La "inestabilidad política" en la Eurozona parece haber hecho mella en los inversores. Por un lado, no se sabe qué pasará en Francia, especialmente si el candidato socialista, François Hollande, confirma en la segunda vuelta su victoria del domingo. Por otro lado, la dimisión del primer ministro holandés ante las dificultades para acometer nuevos recortes en su país, tampoco ha ayudado a la estabilidad de los mercados.
De hecho, este lunes en Europa hubo resultados peores, ya que Milán bajó el 3,83%; Fráncfort, al 3,36%; el índice Euro Stoxx 50, el 2,87%; París, el 2,83%; y Londres, el 1,85%.
A todo esto se han unido las malas previsiones de crecimiento presentadas por el FMI la semana pasada y que se han visto confirmadas por el informe que el Banco de España ha publicado este lunes. Según este organismo, la economía española se contrajo un 0,4% entre enero y marzo de este año, por lo que entra oficialmente en recesión (dos trimestres consecutivos de caídas). Si a todo esto se suman los problemas de empresas españolas estratégicas, como Repsol, el cóctel resultante está siendo difícil de digerir por los mercados. Además, esta semana presentan resultados los principales bancos españoles y los analistas no tienen buenas expectativas.
Un 20% en cuatro meses
La bolsa española ha sufrido este lunes su sexta mayor caída del año. En los primeros cuatro meses del 2012, el selectivo se ha devaluado un 20,08%, caída que le convierte en el peor índice de entre las principales bolsas del mundo. En los últimos doce meses, el indicador ha cedido más de un 30% de su valor.
En este particular ranking de los peores índices de 2012 (en el siguiente gráfico pueden verse algunos de los mayores mercados del planeta), al principal indicador de la bolsa española le sigue el selectivo argentino, Merval, con una pérdida de valor en lo que va de año del 8,94%. Tras ellos, aunque a más de diez puntos por debajo de la caída de la bolsa española se sitúan las caídas de los indicadores de Portugal e Italia con un descenso del 7,49% y el 6,81%. En el extremo contrario, los parqués indio, chino, japonés y alemán han disfrutado en estos primeros cuatro meses del año de la confianza de los inversores.
La jornada
Este lunes, todos los grandes valores bajaron: Repsol, el 5,97%; Iberdrola, el 2,78%; Telefónica, el 2,76%; BBVA, el 1,92%, y Banco Santander, el 1,54%. Sacyr Vallehermoso lideró las pérdidas del IBEX y de la bolsa con una bajada del 12,45%, seguida de ACS, que cedió el 10,09%, y de FCC, que descendió el 5,97%. Sólo una compañía del selectivo consiguió ganancias en esta jornada: fue Indra, que subió el 0,34%, en tanto que la menor bajada es del 0,6%.
Después de Sacyr, en el mercado continuo destacó la caída del 10,58% de Vértice 360, mientras que Zeltia comandó las subidas, el 13,26%, después de anunciar avances en el desarrollo de un fármaco contra el cáncer en los Estados Unidos.
La rentabilidad de la deuda española a largo plazo subía cuatro centésimas y se situaba antes del cierre en el 5,98 por ciento, mientras que el rendimiento de los títulos germanos bajaba seis centésimas y quedaba en el 1,64 por ciento.
El efectivo negociado se ha situado en 2.932 millones de euros, de los que cerca de 800 millones fueron intermediados por inversores institucionales.