Javier Jover no es el típico chico de 23 años. Licenciado en Marketing y ADE, este madrileño creó su primera empresa con 19 años y en la actualidad ya lleva tres negocios a sus espaldas.
Capeasmadrid fue su primer proyecto, se trata de una empresa dedicada a la organización de capeas que actúa como intermediaria entre las fincas y los clientes de la Comunidad de Madrid. Su puesta en marcha no fue nada fácil, pero ahora esta empresa ya posee su propia finca y ha logrado posicionarse entre los números uno del sector. El joven Javier no teme a la crisis, no le asusta la desorbitada tasa de paro juvenil, no necesita subvenciones. "No tengo miedo al futuro", asegura en una entrevista a Libre Mercado.
Pregunta (P): ¿Cómo surgió la idea de crear Capeasmadrid?
Respuesta (R): Cuando estaba en el colegio. Siempre he sido el encargado de las cenas y los viajes que hacía con mi grupo de amigos y en segundo de bachillerato organicé una capea para celebrar el final de curso, que salió muy bien. A partir de ahí, varios amigos me volvieron a solicitar que les gestionase más de estos eventos hasta que se me ocurrió poner un anuncio en internet prestando mis servicios a todo el mundo.
Como tuvo una buena acogida, en 2008 un amigo y yo formamos la empresa. Durante casi dos años los beneficios fueron cero, de hecho al ver que no ganábamos nada, este amigo decidió abandonar a los pocos meses, y yo seguí solo por mi cuenta y riesgo.
P: ¿Cómo ha ido evolucionando el negocio?
R: Al principio eran todo gastos, yo estaba pidiendo continuamente favores a todo el mundo, hasta que los encargos empezaron a aumentar: fui trabajando con más fincas, creé la página web y ya pude apretar un poco más a los proveedores hasta que afloraron los primeros beneficios. Ahora nos hemos quedado con una de las fincas y poco a poco vamos invirtiendo en ella para mejorar sus instalaciones.
P: ¿Recibiste el apoyo de tu entorno cuando decidiste embarcarte en este proyecto?
R: No del todo. Mi padre me apoyó mucho, pero a mi madre la idea no le convencía. Siempre me decía: No sabes dónde te metes, te van a engañar. Mis amigos al principio tampoco confiaban en mí, pensaban que era una "pájara" que me había dado y que pronto lo iba a abandonar.
P: ¿Cómo financiaste la primera inversión?
R: Al principio tuve que pedir ayuda a mi familia, aunque ya les he devuelto ese préstamo. Después la empresa comenzó a autofinanciarse. Es una suerte que no haya tenido que acudir a ningún banco para pedir un crédito.
P: ¿Cuánto dinero necesitó esta empresa el primer año?
R: Entre 20.000 y 25.000 euros. Un total de 3.000 para la SL, 2.000 en gastos de gestoría y el resto para la página web y para alquilar las fincas.
P: ¿A qué problemas te has tenido que enfrentar por tu corta edad?
R: A que los proveedores me pidan avales de todo tipo, a tener que hacer muchos de los pagos por adelantado, a presupuestos inflados y desorbitados, a que muchos proveedores me dejen colgado... Y a los clientes, que muchas veces preguntan ¿pero no va a haber alguien más que supervise esto?, y yo a veces les digo que sí, pero que no ha podido venir porque sino se echan para atrás y tampoco gano nada diciendo que soy el dueño de mi empresa.
P: ¿Tanta desconfianza existe hacia una persona joven para tener que ocultar que eres el propietario?
R: Sí, es que muchas veces no lo puedo decir. Si estoy negociando un contrato de una cantidad importante de dinero, donde los presentes están dejando en mis manos esa gran responsabilidad, ellos mismos dan por hecho que yo no soy el que tiene la última palabra. Me dicen: Bueno tú estas cosas consúltaselas con tu jefe y luego nos llamas. Yo les doy la razón y punto, o muchas veces soy yo mismo el que lo disfrazo para que no desconfíen.
P: ¿Cómo describirías el mercado de las capeas en Madrid?
R: Hay muchísima competencia. Ahora un gran número de fincas, que tenían los ganaderos muertas de risa, se están introduciendo en el sector. Hay demasiada guerra de precios y muchas veces por querer ajustar tanto se pierde calidad.
P: ¿Es difícil ejercer de jefe cuando tus empleados son bastante más mayores que tú?
R: Por supuesto, ésa es una de las cosas que más me cuesta. Durante los eventos tengo a mi cargo entre 15 a 20 personas y dar órdenes a personas más mayores es difícil porque muchas veces les molesta y piensan mira el niñato éste que me va a decir a mí lo que tengo que hacer.
P: ¿Alguna vez has pensado en tirar la toalla?
R: En caliente sí, sobre todo al principio cuando no tenía ningún tipo de ingreso y encima sabía que si cometía un error podía perder el dinero. Tenía que trabajar sin parar de lunes a domingo porque como no disponía de recursos humanos ocupaba todos los puestos de trabajo de la empresa: el dueño, el director comercial, el asesor financiero, el comercial, el secretario... A veces acababa muy quemado.
R: ¿A qué cosas propias de un chico de tu edad has tenido que renunciar por este proyecto?
R: A salir por la noche sobre todo, y eso cuando estás en la universidad cuesta. Muchas veces me tiraba 15 fines de semana sin hacer prácticamente nada, sólo trabajar. También me ha limitado muchísimo geográficamente. Si me quería escapar un fin de semana no podía ser muy lejos de Madrid por si pasaba algo y tenía que volver.
P: ¿Por qué los jóvenes españoles no se atreven a lanzarse?
R: Yo no me creo más inteligente que el resto, ni mucho menos, pero lo que sí me creo es más trabajador. He montado una empresa porque he trabajado mucho y he asumido una serie de responsabilidades, que quizá no son las adecuadas para mi edad, pero las he asumido.
Muchas veces me he preguntado si estoy perdiendo mi juventud para estar sometido a esta tensión, para tratar temas que son propios de personas de cuarenta años... Pero, a día de hoy, la respuesta es que sí compensa, tanto personal como económicamente.
R: ¿Qué le recomendarías a los jóvenes que todavía no se han decidido a crear su negocio?
R: Qué tengan confianza en sí mismos. Está muy bien oír la opinión de la gente, pero tienen que creer en su idea. Que se esfuercen, que sean valientes, y que si se proponen sacar un negocio adelante no paren hasta que lo consigan. Ahora, la juventud se echa las manos a la cabeza con cualquier cosa, excusándose en que el Gobierno no les ayuda o en que están las cosas muy mal. Tienen que ser ellos los que luchen por salir adelante.
P: ¿Qué futuro le espera a Capeasmadrid?
R: Creo que va a seguir funcionando sin ningún problema, seguiremos creciendo e innovando. Ahora tengo una nueva socia y no tengo ningún miedo al futuro.