El Gobierno intenta por todos los medios recuperar la confianza perdida en un día en el que los mercados volvieron a castigar con extrema dureza al país. Con el diferencial con el bono alemán alcanzando los 443 puntos, el máximo desde el mes de noviembre, y la Bolsa de Madrid sin vestir de verde, las gestiones pasan por salvar las dos subastas de deuda que se celebran esta semana, y que preocupan de forma extrema.
Así pues, las alarmas volvieron a encenderse en lo que ya parece una tradición de los lunes. Desde Moncloa se insiste en que el camino emprendido es el correcto, y se pide tiempo para que las reformas empiecen a dar sus frutos. Recuerdan que no hace ni cinco meses desde que Mariano Rajoy accediera al poder para gestionar la “desastrosa herencia” socialista. En este sentido, el presidente volvió a liderar la respuesta a las inclemencias financieras mientras que su interlocutor clave en Europa, el ministro Luis de Guindos, iniciaba una mini-gira que le está llevando a París, Dusseldorf y Francfort para reunirse con inversores.
El jefe del Ejecutivo envió mensajes de calado en un cuidadísimo escenario; ante importantes empresarios españoles, que, afirmó José Manuel Entrecanales –nuevo presidente del Instituto de Empresa Familia (IEF) y de Acciona-, le apoyarán porque las medidas en camino “son necesarias” y van “en la buena dirección”.
Precisamente, el primer estoque de Rajoy fue para advertir que queda mucho camino por recorrer. Que “estamos en el kilómetro uno” de las reformas, que continuarán hasta el último día de legislatura. De hecho, su Gobierno sigue trabajando en el que se vino a denominar la segunda oleada de las mismas, y que afecta principalmente a Sanidad y Educación, con un ahorro previsto de 10.000 millones de euros. El adelgazamiento de la administración pública es otra de las patas clave del plan.
“No es agradable tomar según qué medidas, pero los españoles nos han elegido para que las cosas cambien”, defendió, apuntalando su respaldo por parte de la ciudadanía, independientemente de que la posibilidad de un pacto de Estado con el PSOE quede cada día más lejos. En este sentido, recibió la ayuda de María Dolores de Cospedal, que criticó que los socialistas “no estén trabajando por el bien” de España “porque hablan de consenso pero luego rompen pactos”, en relación a la aprobación Ley de Estabilidad Presupuestaria.
El presidente también protestó públicamente por las críticas, internas y externas, que ha recibido España, hundiéndola en los mercados. Fue contundente: "Nadie, ni gobernantes ni instituciones, dentro ni fuera de nuestro país, deben dudar, ni sembrar dudas, sobre el compromiso de España con el euro y la integración política europea", sentenció.
En relación a lo anterior, Rajoy insistió con ahínco en que el compromiso con los objetivos de déficit público llegará a todos los niveles. A nivel estatal, pero también autonómico. “Si las administraciones han sido responsables del descontrol del déficit, ahora todas serán responsables de su control”, enfatizó. De hecho, recordó, el Ejecutivo ya ha articulado instrumentos para proceder a la intervención de alguna región si ésta no cumple con lo establecido. El presidente amenazó con hacerlo, si bien no dio nombres. “No hay alternativa”, se justificó.
En la asamblea del Instituto de Empresa Familiar,también rechazó las críticas recibidas en los últimos días asegurando que “lo que hacemos no responde a ninguna improvisación”. “Es obvio que nos hemos visto obligados a tomar medidas extraordinariamente duras porque así lo exigen las circunstancias”, y por ello “no vamos a dejar de hacer todo lo necesario para hacer frente a las dificultades actuales”, aclaró.
En conclusión, afirmó Rajoy en una extensa intervención -de cerca de una hora- y muy medida, la situación no es fácil y todavía podría traer “sobresaltos”, en voz de un asesor. De hecho, aún constará ver las primeras luces, añaden estas mismas fuentes, más aún después de que el órdago argentino se haya consumado. “Tenemos que hacer dos o tres cosas a la vez”, aseveró Rajoy, en relación a un posible freno del crecimiento por los ajustes. Sea como fuere, remató Rajoy, “no tenemos otra alternativa” que salir del bache económico.