Grotesco espectáculo el de estos austriacos que creen haber descubierto los principios inmutables que rigen la eficiencia económica. Pretensión tan descabellada como la de Marx que creía haber encontrado el motor de la historia. Utopía tan peligrosa una como otra, sólo que la marxista se intentó, la otra esperemos que no.
Para estos anarcocapitalistas el Mercado es la institución sagrada, el principio y el fin de todas las cosas. Todo vale si es en transacciones libremente acordadas. Esto abre el camino a las mayores aberraciones: ¿Tráfico de órganos? Por qué no, si es voluntario. ¿Canibalismo? Y si yo quiero venderme para degustación de gourmets degenerados quién debería impedirlo. ¿Trabajo infantil? Por qué no si reporta ingresos a la familia. ¿Prostitución infantil? Ya hubo un marianista que la defendió con "sólidos" argumentos. ¿Seguridad? Nada de leyes coercitivas estatales, seguridad privada, y el que no pueda pagarla que se acoja a protección o a economías de escala.
Claro, los marianistas basan su doctrinas en sólidos análisis científicos, en la contrastación empírica de las hipótesis (pasadas por el tamiz de la propia teoría) y bla, bla, bla... Por eso a veces nos encontramos con que uno de los estándartes del Juan de Mariana, José Carlos Rodríguez, defendiera a Irlanda como modelo virtuoso de liberalismo en 2006!! Una perlita del artículo: " Irlanda ha ido ganando posiciones en los dos índices de libertad económica, hasta alcanzar la tercera posición en el de la Heritage y el WSJ y el noveno en el de los institutos Fraser y Cato.". O un Manuel Llamas que define a ese grupúsculo llamado P-Lib (que aboga entre otras cosas por la total liberalización de las drogas) como al Tea Party español
Esto es lo que nos ofrecen los marianistas, la mayoría de ellos colocados en universidades públicas, por cierto. Y no duden que de llegar a realizarse su utopía sería tan sangrienta, dañina y ponzoñosa como la marxista.
Por suerte tienen pocas posibilidades.
He leido a "Jekill" y se ve que es un socialista pata negra que habla a través de clichés. ¿Que le dices a una persona tan desinformada en temas económicos y en el liberalismo? Bueno, por si le sirve de algo le diré:
1) El sector financiero es el sector más intervenido y por eso se ha creado la burbuja financiera, por expandir el crédito a bajo interés por encima del ahorro voluntario, al existir bancos centrales que dictan las políticas a la banca y por permitir que esta banca privada utilice el recurso del coeficiente de caja fraccionario, que desde la Antigüedad fue una práctica fraudulenta y sancionada penalmente (caso Law en Francia en el s. XVIII y otros). Que ¿Quienes ahorran con mil euros? Todos podemos ahorrar mucho o poco, incluso los que viven con mil euros. Es una cuestión de establecer prioridades en tu vida del gasto.
2) El liberalismo, quita lo de neo, sólo dice: libertades individuales por encima de las demás y protección a la vida, al daño a otro y a la propiedad privada. Nace con Locke en el s. XVII y cuando nace el socialismo, lo hace de la mano de Rousseau y su Contrato Social, un filósofo admirador de Locke y del liberalismo. Pero claro, todo se desvirtuó para engañar al personal poco ilustrado.
Enhorabuena por el premio y por el discurso. Se podrá decir más alto pero no más claro.
Enhorabuena.
Ha faltado mencionar lo del "coeficiente de caja del 100%". Hay un señor llamado James Grant que opina que no es necesario el sistema de reserva completa (full reserve).
Hay quien compara la incapacidad española para devaluar la moneda con la rigidez del patrón oro, que, como es bien sabido, creó graves crisis en el siglo XIX y a comienzos del XX. Pienso que si el euro es demasiado rígido, podríamos empezar a acuñar monedas con plastilina, e imprimir billetes en finísimas láminas de plástico, de grosor inferior a 50 micras. O también podríamos usar seda: ya me imagino los bancos centrales convertidos en granjas de gusanos de seda y arañitas, y a los funcionarios trabajando como indios para recolectar y devanar estos preciados filamentos.
Jekill:
Las regulaciones tienen efectos adversos que nadie es capaz de anticipar. La historia nos enseña como los gobiernos inventan leyes para cambiar el comportamiento de la gente y la gente buscando maneras de saltarse la ley o aprovecharse de ella.
La solución a las crisis de este tipo nunca será mas regulación, al contrario, sus efectos serian impredecibles. Es mucho mas justo y sencillo volver a un sistema cuya única regulación sea el respeto a la vida, los contratos y la propiedad privada. Donde el dinero sea lo que siempre fue y que los gobiernos ni los bancos puedan alterar su valor creándolo de la nada.
Esa sería la ligadura necesaria y suficiente para que no existan burbujas especulativas financieras y negocios que se derrumban masivamente.
Yo creo que basta con tener rectitud de intención para entender lo que dice Juan Ramón Rallo.
Rallo afirma lo que muchas personas tenemos cada vez más claro: El intervencionismo del Estado rampante desde la Revolución Francesa es la causa no sólo de las repetidas crisis económicas, sino incluso de las dos dos guerras mundiales y de las mayores barbaridades de que hemos sido capaces los hombres.
Y es que, abandonada la senda moral, que es lo que implica la legitimación del uso de la fuerza para que unos pocos decidan sobre la riqueza de todos, se puede llegar a cualquier cosa. Ese pensamiento estatista está en la base del comunismo y del nazismo, por ejemplo.
El mercado no es sino un espacio en el que sus agentes interactúan libremente. No tiene ojos, ni patas, ni cerebro. No tiene intenciones, ni buenas ni malas. Es absurdo culpar "al mercado" de las crisis, las injusticias o la pobreza.
Vamos a ver Jekill, que no te enteras.
Te voy a poner un ejemplo: un mercado de abastos en el que todos los comerciantes, todos los puestos, venden patatas. Todas las patatas son idénticas, tienen el mismo tamaño y el mismo peso. Por la mañana, en el apertura del mercado, llega un Sr. y dice: hoy las patatas se venden a -pongamos- 2 euros el kilo.
¿Te parece un mercado desregulado o un mercado intervenido? Pues ese mercado es el mercado financiero. Una mañana Trichet o Bernanke se levantan y dicen: "Hoy el dinero vale...". Todos los izquierdosos seguís con el mantra de la desregulación del mercado financiero y los "sanguinarios especuladores" para explicar una crisis que tiene su origen en todo lo contrario, esto es, en el intervencionismo y en la falta de libertad económica, entre otras.
Si dejarais los dogmatismos a un lado y pensarais lo que dicen Rallo y los que como él piensan, verías las cosas de un modo diferente.
Por cierto, y ante la posibilidad de que se te pase por la cabeza contraatacar con el bipartidismo, que ya te veo venir. El PP se ha revelado como un partido fuertemente socialdemócrata, esto es, lo que debería ser el PSOE (que se ha revelado como fuertemente marxista).
Campeón. Que eres un pedazo de campeón.
"Luego no deja de tener miga la idea de que hay que aumentar la tasa de ahorro: ¿quién puede ahorrar dado el elevadísimo endeudamiento de la sociedad española?"
Dice uno. ¿Y qué alternativa científica se le ocurre? Ud. no. Pero seguro que hay gente con ahorros. Otra cosa es que la asusten.
Enhorabuena al Sr. Rallo.
Qué gracia, tradicionalmente era el marxismo el que reivindicaba la condición científica de sus asertos, ahora es el neoliberalismo el que hace lo propio, con lo cual pretende situar sus propuestas al margen de la discusión (¿cómo vamos a impugnar una teoría científica?). Luego no deja de tener miga la idea de que hay que aumentar la tasa de ahorro: ¿quién puede ahorrar dado el elevadísimo endeudamiento de la sociedad española? Por último la cantilena de menos estado más mercado ya huele, ¿de verdad pretende convencernos de que la crisis internacional que sufrimos es consecuencia del intervencionismo? Vaya, yo creía que era exactamente lo contrario, de la falta de regulación y de controles. Por cierto Junguer, ¿en la España de Franco había más libertad? ¡Cielo santo, las cosas que dicen algunos!.
Buen argumento Salemslo.
La crisis fue creada por las creativas formas del saltarse esa regulación, con la única premisa de mantener beneficios.