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Rajoy se enroca ante las voces que piden una reforma del Estado

Pese al llamamiento de Aznar y Aguirre, Rajoy descarta cambios en el modelo autonómico. No habla de Sanidad. El Gobierno admite otra jornada "negra".

El Gobierno encajó otra jornada negra en todos los sentidos. No solo es que las medidas anunciadas de urgencia el lunes, mediante una nota de prensa, no hayan servido para calmar a los mercados, sino que España regresa a la zona de máximo riesgo. La imagen de un Mariano Rajoy acorralado por los periodistas sin querer responder y optando por emprender otro camino fue la puntilla a veinticuatro horas de estrés y desmoralización generalizada.

"Lunes negro, martes negro", admitía un asesor gubernamental, corroborando el pesimismo en el Ejecutivo. Los nervios fueron más que palpables. De nuevo, las principales Oficinas de Moncloa -la económica y la de exteriores- se afanaron por transmitir discretamente mensajes de confianza en el país y su deuda. Una vez más, sonaron los teléfonos con destino Bruselas o Berlín. Pero, al final del día, el selectivo Ibex35 se desplomaba y la prima de riesgo se situaba en los 435 puntos básicos.

En el centro del huracán político y financiero el modelo autonómico y las dudas de que algunas regiones, como Andalucía y Cataluña, puedan cumplir con el objetivo de déficit. El miedo a un incumplimiento es señalado por los analistas como una de las claves del hundimiento de la confianza en España. Y organismos como el FMI y la Comisión Europea han señalado el sistema autonómico como uno de los culpables de la situación actual. El pasado viernes, Ollie Rehn apuntó que la gestión "sólida" de las finanzas autonómicas es fundamental para recuperar la credibilidad perdida.

Dentro de nuestro país, también crecen las voces que piden cambios en un sistema cuyos excesos se están revelando como insostenibles. Este martes, Esperanza Aguirre y José María Aznar entraron de lleno en la cuestión y reclamaron abrir un debate serio para localizar el problema. Ponerle "el cascabel al gato", como en su día dijo el expresidente, que, desde Cádiz, advirtió que la prima de riesgo es "consecuencia" del actual concepto de "nación".

Por su parte, la líder madrileña le dijo personalmente a Rajoy lo que pensaba, en una reunión "cordial" pero "directa" celebrada en el palacio presidencial. Aguirre solicitó una devolución de Sanidad, Justicia y Educación al Gobierno central, pero el jefe del Ejecutivo rehuyó entrar ni tan siquiera en la cuestión. "No es de la idea de que le marquen los tiempos. El Gobierno hará una reforma del sistema desde dentro del sistema", expuso un portavoz, al término del encuentro.

En este sentido, Moncloa se esforzó en recordar la política contra las duplicidades y las triplicidades ya emprendida, y que tiene junio como fecha tope. También destacó esos 10.000 millones de euros de ahorro, que vendrán por la vía de la Educación y la Sanidad, partidas cedidas casi en exclusiva a las comunidades. Pero, principalmente, se pidió tiempo para que el Ejecutivo pueda recoger lo sembrado.

Eso sí, en el Senado, el propio Rajoy quiso marcar las líneas rojas: "Ni se plantea ni se discute" un debate sobre el Estado autonómico que, afirmó, está "consagrado" en la Constitución que los españoles en 1978. "Otra cosa es que haya que cambiar muchas cosas porque, hoy por hoy, las cosas no funcionan", añadieron desde su equipo.

Era la primera vez que el presidente aparecía en público desde que el pasado miércoles, cuando tuvo un acto político en Antequera para arropar a Javier Arenas. La expectación fue acorde a la gravedad de la situación. Pero Rajoy sólo habló en el hemiciclo, en el marco de la sesión de control. Entonces, dijo que combatir el déficit "es una de las prioridades básicas y capitales en el que todos los españoles nos jugamos mucho". En el Gobierno se insiste: España cumplirá con el 3% para 2013, y así se comunica una y otra vez a la UE.

Añadió que el elevado déficit obliga a pedir financiación a los mercados, "que lo pueden dar o no te lo pueden dar" o imponer "un tipo inasumible". Por eso, destacó, es necesario "un importante esfuerzo que debemos hacer todos, el Gobierno de España pero también las comunidades autónomas, porque España se juega buena parte de su futuro".

En los pasillos, muchas preguntas sobre por dónde meterá la tijera el Gobierno en Educación y Justicia. Sobre cuál es el mensaje que quiere transmitir el presidente para calmar los ánimos. Sin embargo, Rajoy optó por salir por el garaje. Desde Moncloa emplazan a este miércoles, cuando el presidente explicará las medidas en el plenario del Grupo Popular en el Congreso, en un circuito cerrado en el que no se admiten preguntas. De puertas para adentro, de nuevo la sensación de una jornada "aciaga" con deficiencias en la información. "Hemos repetido los errores, a la vista está", se reconocen desde importantes sectores del Gobierno.

Ahora bien, hablar de intervención son palabras mayores, prohibidas. En ello coincidieron los ministros Luis de Guindos y Cristóbal Montoro, muy distantes en otras muchas cosas. Ya sin micrófonos delante, el Gobierno asegura que está "convencido" de que Bruselas no se tirará a esa piscina. "La información de la que disponemos es clara en ese sentido. Estamos sufriendo un ataque especulativo con rasgos políticos, pero la UE confía en nuestras políticas", según las fuentes consultadas. El presidente cree que el rumbo marcado es el correcto. Y se exhorta: "Llevamos poco más de cien días en el Gobierno. Las medidas, dolorosas pero necesarias, darán sus frutos en el medio plazo".

Por ello, si algo quiere mejorar de inmediato el Ejecutivo es la comunicación, como paso previo a una relajación paulatina de las circunstancias. Y es que, avanzan en Moncloa, el Consejo de Ministros del viernes aprobará medidas extraordinarias con el plus de que los Presupuestos Generales del Estado aún siguen únicamente en el papel. Pero, este martes, fue una nueva ocasión perdida con un presidente casi a la carrera.

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