El Tesoro Público español tenía hoy una dura prueba. Acudía al mercado para colocar bonos y obligaciones. Tenía como objetivo captar entre 2.500 y 3.500 millones. Finalmente, se ha quedado en el tramo bajo tras colocar 2.589 y a tipos más altos que la última vez.
Los inversores y analistas tenían la vista puesta en esta colocación por varios motivos. El primero de ellos, porque muchos veían en esta cita el primer gran examen de los Presupuestos Generales del Estado y en segundo lugar, porque el BCE ha cerrado el grifo y no ha acudido a la subasta.
El resultado no ha sido bueno. En concreto el Tesoro ha colocado 973 millones en bonos con cupón del 4,25% y vencimiento a 31 de octubre de 2016. El tipo de interés medio se ha elevado al 4,319% desde el 3,376% anterior. Asimismo, ha colocado 1.127 millones en obligaciones con cupón del 4,40% y vencimiento a 31 de enero de 2015. En este caso, el tipo de interés medio ha escalado al 2,890% desde el 2,440%.
Sin el apoyo del BCE, los inversores han mantenido una postura más conservadora con respecto a la deuda pública española y han optado por solicitar intereses más altos para invertir. Esto ha disparado la prima de riesgo que roza los 400 puntos básicos. Lo que significa que el bono español a 10 años se distancia del alemán –referencia en Europa como la deuda pública más solvente-.
Además, las declaraciones del presidente del BCE, Mario Draghi, no han colaborado a amainar la tormenta que ya se cernía sobre el crédito de España. Así las cosas, Draghi ha lanzado un mensaje envenenado al afirmar este miércoles que los mercados financieros esperan que algunos gobiernos de la zona euro apliquen reformas, entre las que citó expresamente la necesidad de acabar con la dualidad existente en algunos mercados laborales. En este sentido, se refirió en varias ocasiones a España y Grecia, por ser los países con mayor tasa de desempleo.
Además, señaló que "los recientes acontecimientos son un ejemplo de que los mercados esperan reformas y piden a los gobiernos que las apliquen", dijo el presidente del BCE al ser cuestionado por el resultado de la subasta del Tesoro Público español.
Poco después de las declaraciones del banquero central, el Ibex 35 caía a plomo por segunda semana consecutiva. Al cierre se dejaba un 2,09% después de que ayer cayera un 2,71%. En sólo dos días se ha dejado casi un 5% y pierde el nivel de los 7.700 puntos. En cualquier caso, el día ha sido aciago en las principales bolsas europeas. Frankfurt, París y Londres han cerrado con caídas superiores al 2%.
Así pues, con la prima de riesgo en el entorno de los 400 puntos básicos, el Ibex en mínimos y 5,38 millones de parados –como conocimos ayer- la situación pinta mal para España. De momento, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha anunciado que seguirá en el proceso de reformas. Este mismo miércoles, el propio ministro de Economía, Luis de Guindos, continuaba con su ronda de contactos en medios de comunicación extranjeros, y anunciaba en Reuters que acelerará aún más el proceso de consolidación del sistema financiero.