El Gobierno de Mariano Rajoy está ultimando una ley ómnibus que podría aprobarse en las próximas semanas y que se enmarca en las reformas que está llevando el Ejecutivo desde que llegó al poder. Entre sus compromisos ha quedado claro que no se aprobarán nuevas reducciones en el sueldo de los funcionarios como la que llevó a cabo en 2010 el Ejecutivo socialista. Sin embargo, sí habrá cambios en la función pública.
Según informa La Razón, a la extensión de la jornada laboral hasta las 37,5 horas habría que sumar la revisión de los complementos que están actualmente en vigor tales como la reducción de los días por asuntos propios, conocidos como "moscosos" o la revisión de los trienios, que podrían transformarse en quinquenios.
Del mismo modo, el Gobierno también quiere aumentar a toda costa la productividad de los funcionarios y que se avance en el trabajo por objetivos, la flexibilidad o la movilidad.
Sin embargo, el Ejecutivo sigue sin plantear despidos como se han producido en otros países de la Unión Europea, aunque sí que va a ser clave el aumento de la productividad como objetivo prioritario.