Las clasistas ideas sobre la conveniencia de explotar a los más emprendedores, aparte de ser radicalmente injustas, chocan de frente con la realidad: la explotación no puede ser indefinida ni ilimitada, no se puede ultraproteger a todos los empleados ni imponer genéricos contratos leoninos que favorezcan a todo aspirante a trabajador por cuenta ajena. No, puesto que si obstaculizamos el aumento de producción, lo que unos se lleven de más será a costa de otros. Por lo tanto, la explotación que soporta el empresario inevitablemente se convierte en la explotación que unos trabajadores privilegiados ejercen sobre otros que terminan condenados al desempleo. Esta es la consecuencia de un mercado laboral intervenido por los sindicatos y la izquierda: además del desastre económico generalizado, sus principales víctimas no son los empresarios sino los trabajadores forzados al paro y a la clandestinidad.
Imbuidos en la absurda mentira marxista de la explotación burguesa de la clase obrera (como si alguna mafia empresarial pudiese imponer a punta de pistola condiciones a todo aquel que quisiera trabajar, impidiéndole llegar a acuerdos más beneficiosos con un empresario particular), inadvertimos la auténtica explotación socialista del sector más emprendedor y creativo de la sociedad (una muy real mafia sindical impone a punta de pistola, mediante leyes laborales opresivas, condiciones estándar a todo aquel que quiera contratar, impidiéndole llegar a acuerdos más beneficiosos con un trabajador particular). La prueba de que no existe el primer tipo de explotación es que no hay cinco millones de empresarios buscando como locos trabajadores que contratar en regla. La prueba de que existe la segunda es que hay más de cinco millones de trabajadores buscando empleo; situación que perjudica en general a todo el mundo y confirma en particular que, al final, la explotación acaba siendo de unos trabajadores privilegiados sobre otros desfavorecidos.
Steel:
Eres groseramente falaz. Un sofista poco hábil o un impostor, ya que facilitas la réplica y el descrédito de lo que aparentas defender.
Las diez razones de Rallo se resumen en la denuncia de manifiestos PRIVILEGIOS derivados de la coacción sistémica que sufre el mercado laboral. Simplista no, hace falta ser muy cínico, enredador y deshonesto para insinuar que la única alternativa a los privilegios es la generalización del agravio y la miseria que estos provocan. Es difícil encontrar un argumento más impúdico y tramposo que el tuyo: “corregir los privilegios disfrutados por algunos es pretender que todos estemos igual de mal que quienes sufren el agravio comparativo”. Primero, cualquier privilegio es rechazable en sí mismo como la esencial manifestación de injusticia que supone, incluso aunque no perjudicase de manera obvia a nadie. Segundo, no existe privilegio sin el correspondiente quebranto del derecho ajeno, es decir, que no esté labrado sobre la servidumbre y desventaja de otros.
Tus “porlotantos” (A se come lo de B; por lo tanto, lo mejor es que ambos se mueran de hambre) son desquiciadas conclusiones que tú te inventas y atribuyes a otros a fin de distorsionar con arterías unos argumentos que no puedes rebatir. Las insidias a base de desfigurar el discurso contrario tienen un corto recorrido y son muy contraproducentes; serías más convincente si trataras de justificar directamente los privilegios y la coacción.
Javiwinn:
¿A qué trabajador se le obliga en este país a hacer lo que no quiere o se le impide lo que la ley no prohíbe? Existe una radical diferencia entre A, que los demás no estén a nuestra disposición pagándonos lo que deseamos, y B, que alguien interfiera violentamente en tu vida. Despedir a un trabajador, aunque sea con una mano delante y otra detrás, no es coaccionarle, si no se incumple el contrato voluntariamente aceptado.
Sr Rallo :
Podrían Vds. hacer una comparativa de precios España-Paises UE, en temas como la energia, ADSL, y algun parámetro más, para poder ver que tenemos un de los paises más caros de occidente.
Sobre la igualdad de los trabajadores:
http://etrusk.blogspot.com.es/2010/01/igualdad-de-...
Pues sí, Sr. profesor, aún así, y después de leer esas "súper duras 10 razones" que expone usted, y aún sin reforma laboral, en este país, y en miles de empresas, sobre todo pequeñas, a los trabajadores, se les amenaza, se les falta el respeto, se despiden a trabajadores indefinidos, con una mano delante y otra detrás, aunque a usted no le parezca, bajo la excusa de "perdidas" de las empresas, y no contamos con el despilfarro por parte de muchos empresarios, de no invertir sus beneficios pasados en formación o mejora del bienestar de las condiciones laborales. Seguimos viendo como se está al margen de la ley, esa ley antigua que usted critica, amenazando a los trabajadores, desempeñando funciones más allá de su categoría, empleando a personas sin contrato, e incluso inmigrantes sin papeles, horas extras encubiertas, facturas en dinero b, etc, etc, y todo eso antes de la reforma. A parte de todas estas razones, que vemos los "curritos" de pie todos los días y que ahora vemos como todos estos empresarios, cada día se jactan más y más, que nos aconsejaría usted. ¿Denunciar? No me diga eso. A todos: "Bienvenidos al Mundo Real".
Sr. J. R. Rallo, como siempre es un placer leerle, claro y conciso.
Un saludo.
Que la reforma laboral probablemente debiera ser más inconcreta (esto es, igual no imponer un mínimo por despido, pero sí obligar a que quede claramente especificado; al final igual todo acabaría teniendo que pasar por terceras empresas que se encargasen de la gestión de la contratación). Y las cotizaciones sociales debería pagarlas el trabajador (dejando claro en un anexo los porcentajes que se aplican en el momento de la firma, y durante unos cuantos meses haciendo hincapié en la equivalencia con el salario bruto "normal"). Y muchas otras cosas.
Pero no perdamos de vista que cuanta más miseria hay (y menos conocimiento, por ejemplo de las condiciones de contratación; las empresas rápidamente cogen experiencia, o tienen su asesor/departamento, algo en lo que se benefician de la economía de escala, el trabajador no), más fácil es aprovecharse de la gente, y que esos "buenos empresarios" tratarán de sacar el mayor beneficio posible.
Después de todo, ya se puede comprobar el "buen hacer" en cosas como los contratos de telefonía (y últimamente de luz y gas, que hay una de estafas que asusta, en cuanto te das media vuelta te han cambiado de compañía), y también se puede ver las "defensas" del consumidor (y gracias a las asociaciones de consumidores y la parte de consumo de las aapp, que si no...). Pues nada, visto eso, extendamos esas prácticas tan satisfactorias a los contratos de trabajo.
Y eso, es un país pseudo-tercermundista como este...
Hombre, siendo tan simplistas, se puede decir:
1. Por lo tanto, ultraprecaricemos a todos.
2. Por lo tanto, despidamos a los mayores de 50, que además lo más probable es que no vuelvan a encontrar trabajo.
3. (... que no quiere decir que el antiguo cobre mucho.) Por lo tanto, rebajemos el sueldo a todos los trabajadores.
4. Por lo tanto, dejemos que manden a los trabajadores a Laponia, un mes, y al siguiente, al Sáhara.
5. (???) Por lo tanto, encarezcamos el despido (vaya, pero si eso es lo contrario a lo que hace la reforma).
6. Por lo tanto, despido libre (y gratis, claro, a pesar del punto 5; además, todos estos cambios de condiciones a peor, sin ninguna contraprestación al trabajador, que se encontrará cobrando menos, cotizando menos y por ello con copagos varios, sin ningún tipo de seguro de desempleo, etc.).
7. Por ello, deshagámonos de cualquier tipo de control sobre las condiciones de trabajo.
8. (... también los empresarios, si les interesa, cuando la negociación es en una profunda crisis y se pasa a una expansión artificial.) Lo mismo del punto 7.
9. Por lo tanto, que los salarios de los trabajadores se desmoronen, también cuando la empresa siga sacando sus buenos beneficios (por cierto, el empresario "es bueno" porque arriesga su capital, etc., y por eso se lleva la mayor parte de los beneficios; ¿ahora se pretenden que los trabajadores arriesguen al mismo nivel -o incluso más, si lo quieren mirar bien- y que el pastel se lo siga llevando el empresario?).
10. Lo mismo del 7.
También es fundamental desmontar el extendido bulo de que la asimetría de necesidad y conocimientos entre las partes (yo tengo el agua y tú la sed y además ignoras mis necesidades, con lo que no puedes presionarme) hace necesaria la coacción para equilibrar la balanza, es decir, para facilitar la vida al más necesitado obligando a los demás a satisfacerle. Esto es un disparate de tan colosales dimensiones que debería entenderlo hasta un chimpancé. Por reducción al absurdo, establecer que a más necesidad más legitimidad para esclavizar a los demás supone incentivar una carrera hacia la pasividad absoluta, dado que cuanto más necesitados estemos más poder tendremos sobre los otros. Ridículo. Por otra parte, no se entiende cómo si la necesidad prevalece, alguien quiera ocultarla: es incongruente aducir a un tiempo asimetría de necesidad e información para justificar la coacción.
La libre concurrencia de oferentes y demandantes garantiza que ningún agente pueda controlar los precios. Por definición, el abuso es incompatible con un mercado libre cuya esencia es la ausencia de coacción, única piedra de toque para valorar la injusticia. Es el monopolio coactivo ejercido por los sindicatos el causante de que muchos trabajadores no puedan vender sus servicios, en beneficio de otros que así pueden venderlos excesivamente caros, aunque también acaben perjudicados por la ruina general que esta irracionalidad instaura.