Es una verdadera pena que Argentina pudiendo ser una potencia económica de primer orden esté siendo anclada por las redes del socialismo. Pasa lo que en todas partes, que los ciudadanos protestan por tonterías como aquí el 29M, pero no protestan en lo fundamental que es que nadie debería dirigir nuestras vidas en base a imposiciones si llevamos una vida honrada.
Nos sobran aldeanos acomodados que no están dispuestos a soltar la TETA
De qué sirve ayudar a las personas de los países en desarrollo, para que aprendan a ganarse la vida, en vez de depender de la comida que les mandan los pobres de los países ricos; si luego no les dejamos vender su mercancía poniendo la escusa de que es muy barata.
Progres pónganse de acuerdo, ahora en vez de darle las ayudas a los ricos de los países pobres, de verdad estamos haciendo que la gente sea autosuficiente, pero si queremos ser solidarios, no se puede ser hipócritas. Con la globalización y enseñando a la gente a buscarse la vida, ganamos todos, cuanto más baratos y mejores sean los productos mejor para todos y el que tenga que ganarse la vida haciendo otra cosa, que se busque darnos algo por lo que estemos dispuestos a pagar y si se hace rico porque nos da algo estupendo a un precio excepcional, mejor para todos.
El Sr.Barranco tiene una mentalidad aldeana muy popular en España (parece que durante los 40 años de franquismo no han aprendido nada).
Estimado Sr. Rodríguez Braun,
En primer lugar, le agradezco su aportación con otro punto de vista al artículo publicado en Cinco Días. La cuestión es si España está en una situación en la que puede salir de la crisis en la que se encuentra siguiendo políticas neo liberales que nos han llevado a ella o si por el contrario, apostamos por modelos productivos de calidad que nos posicionen en la línea de países como Alemania, Italia, Francia o los países nórdicos. No se trata de políticas de proteccionismo, sino protectoras; políticas que protejan a las empresas que siguen apostando por producir y establecerse en España y que contribuyan a la riqueza de este país. Políticas que apoyen a los emprendedores que deciden arriesgar para crear; políticas que favorezcan que los jóvenes puedan, si lo desean, quedarse a trabajar aquí, sin tener que verse obligados a desempeñar un puesto de trabajo para el que están preparados fuera de España.
Por otra parte, Sr. Rodríguez Braun, sí se fabrica. Y un empresario puede optar por fabricar barato o caro. Esa es mi libertad. Mi empresa, por ejemplo, podría conseguir costes de producción muchísimo más reducidos si lo hago fuera de España. Y he decidido que se hace aquí. ¿Por qué? Porque en mi mentalidad de empresario está la idea de crear empresa, personas y que sean remuneradas acorde con su valía. Mi empresa también tiene suscritos acuerdos con, por ejemplo, centros penitenciarios a través de los cuales los reclusos pueden aprender un oficio mientras realizan un trabajo productivo. ¿Me saldría más barato realizarlo fuera? Seguro; pero yo, libremente, he optado por eso.
Y mi reflexión no se centraba en que el Estado obligue a comprar nuestros productos, sino que potencie, defienda y, sí, proteja.
Atentamente,
Ángel Barranco, director general de Aener Energía