El Gobierno confirmó que recibió la visita de inspectores de la Comisión Europea para “reclamar”, palabras textuales de la vicepresidenta primera, los datos de la ejecución presupuestaria de 2011. Como telón de fondo, el dato actualizado de déficit público, que la administración situó en el 8,5% en lugar del 6% que el anterior gabinete llevó a Bruselas.
Lejos de ver esta comitiva como un problema, Soraya Sáenz de Santamaría vendió este hecho como algo positivo. “Máxima información con la máxima transparencia”, afirmó. Los inspectores se reunieron con expertos de los ministerios de Economía y Hacienda y, según la versión de Moncloa, salieron más que satisfechos.
Desde la UE se trató de quitar hierro al asunto: "Es una práctica habitual con todos los países de la unión económica y monetaria y, en particular, con los países en déficit excesivo, que hoy en día representan una amplia mayoría de la UE", afirmó el portavoz de Asuntos Económicos, Amadeu Altafaj, en declaraciones a EP.
Según Sáenz de Santamaría, además de ofrecer los informes requeridos, el Ejecutivo fue un paso más allá y les dio “toda la información sobre las reformas”. No solo datos, “sino que les informamos de los mecanismos” utilizados, añadió al término del Consejo de Ministros. Unas reuniones que “fortalecen la confianza en nuestro país”, ya que los enviados de la UE -según la portavoz- pudieron conocer de primera mano que “este Gobierno hace las cosas de otra manera con unos Presupuestos austeros y realistas”.
Y todo, se encargó de reseñar, con “total transparencia en las cifras” e intentando hacer mucha pedagogía sobre el plan de acción emprendido. Precisamente, sobre las reformas, Mariano Rajoy aseguró en la víspera ante un nutrido grupo de eurodiputados del PP que son la base que confirman que España está cumpliendo con sus compromisos. Lo que falta ahora, destacó, es que la UE asuma ahora “las nuevas realidades económicas”.