Alivio en la administración ante la respuesta de los mercados al nuevo objetivo de déficit público para 2012 anunciado por Mariano Rajoy, y que pasa del 4,4 al 5,8%. Después de que el viernes, poco después de la comparecencia del presidente, el bono italiano alcanzara al español y el diferencial de ambos países cerrara la semana en 310 puntos, el Gobierno esperaba con inquietud la apertura de la Bolsa.
De hecho, durante todo el fin de semana, el propio Rajoy se encargó de lanzar mensajes de tranquilidad y confianza, a la par que Moncloa filtraba que el nuevo techo de déficit había sido cerrado, en privado, con los actores clave para la economía española. "Seguir controlando el déficit público no es incompatible con defender el sentido común y nuestros intereses", dijo el presidente.
Así las cosas, este lunes, el jefe del Gobierno volvió a comparecer públicamente, junto al secretario general de la OCDE, un complaciente Ángel Gurría, una vez su equipo tuvo tiempo para analizar la evolución de los mercados. Y, si bien es cierto que el IBEX estaba en rojo y la prima de riesgo en niveles elevados, el Ejecutivo da por ganado el pulso.
Partiendo de la base de que "esto es una dificultad para nosotros", Rajoy defendió la evolución positiva de los últimos meses. "Ha estado mucho peor" y "puede cambiar", arrancó, para recordar a renglón seguido como la deuda española se coloca ahora mucho mejor que en la etapa socialista. "Es un paso en la buena dirección" pese a que "no podemos bajar la guardia".
Yendo un paso más allá, lo que reivindicó el jefe del Gobierno es su estilo de gobernar como píldora calmante en los mercados. "La clave para convencerlos es gobernar en serio", afirmó, ante el sí rotundo de Gurría. En este sentido, reiteró su paquete de reformas y su compromiso firme de llegar al 3% de déficit en 2013. Un objetivo que provocará un esfuerzo titánico al que encomió a todos, incluidas comunidades y ayuntamientos, evitando entrar en la polémica, una vez varios Ejecutivos regionales, como el de Cataluña y Andalucía, amenazan con la insumisión.