Alberto Núñez Feijóo disfrutó este miércoles de uno de esos momentos que gustan a todos los políticos, pero que los responsables públicos españoles no han podido saborear demasiado en los últimos años. El presidente de la Xunta aprovechó la publicación esta semana de las cifras de déficit público para sacar pecho: su comunidad es la segunda de España, tras Madrid, con los números rojos más reducidos en 2011.
En un momento en el que las cuentas públicas de las administraciones públicas están bajo sospecha, Galicia disfruta de un escenario bastante menos complicado que el resto de las autonomías. El Gobierno popular ha conseguido equilibrar unas cuentas que se desbocaron entre 2008 y 2010, gracias al crecimiento de gasto derivado de unas previsiones de ingresos del anterior Ejecutivo regional basadas en estimaciones incorrectas. Por eso, Feijóo sacó ayer pecho, ante unos datos que ningún otro presidente autonómico, excepto Esperanza Aguirre, puede presentar en estos momentos. Su diagnóstico: "Galicia es la región más solvente de España", junto con Madrid.
Además, presentó un compromiso que hará que los autónomos del resto del país envidien a sus colegas gallegos: tras cifrar en 1.500 millones los pagos efectuados en los dos primeros meses del año -obligados y facturas pendientes-, ha incidido en que Galicia, además, no se plantea pedir "a nadie" una rebaja de la factura, sino que está en condiciones de sufragar "el cien por cien. Entre marzo y abril limpiaremos todas las facturas pendientes y volveremos a ser la comunidad con menos demora de España".
Las cifras
Lo cierto es que las cifras que ha presentado el Gobierno gallego en los últimos años destacan en un panorama regional marcado por unos números rojos desbocados. En 2011, según los datos anunciados el lunes por Cristóbal Montoro, la comunidad de Núñez Feijóo fue la segunda con menos déficit (1,61%), sólo superada por Madrid (1,13%). También fue la única que se acercó al objetivo del 1,3% establecido por el Gobierno.
Este dato culmina un proceso de ajuste y ahorro que el Ejecutivo autonómico comenzó en 2009, tras la victoria del PP en las elecciones regionales. Según las cuentas del equipo de Feijóo, el Gobierno del PSOE y el BNG había previsto unos ingresos para 2008 y 2009 de unos 2.000 millones más que los que finalmente se consiguieron. Evidentemente, una desviación de esta magnitud disparó la deuda pública autonómica, que se situó en el 11,2% a finales de 2010.
A pesar de todo, el equipo de Feijóo ha conseguido que el crecimiento de la deuda en los últimos ejercicios sea inferior a la media. Este logro no ha sido sencillo. Según las cuentas de la Consejería de Hacienda, el Gobierno tuvo unos ingresos en 2011 de 500 millones de euros menos que en 2010. A pesar de esto, se consiguió reducir el déficit en unos 300 millones. Y la financiación autonómica (de la que depende el 80% de sus ingresos) está en niveles de 2004.
Para enfrentarse a esta situación, el Gobierno gallego ha aprobado tanto la regla fiscal exigida por el Ejecutivo central como una regla fiscal adicional para reforzarla. En la presentación de los Presupuestos Generales de Galicia para 2012, la consejera aseguró que "el instrumento fundamental para incorporar disciplina presupuestaria es evitar que los ingresos extraordinarios se incorporen a la estructura administrativa a través del gasto corriente". Según sus cuentas, de aplicarse esta regla fiscal en la pasada legislatura, el volumen de endeudamiento público sería ahora mismo de 2.000 millones de euros menos, lo que supondría 3,7 puntos menos en la ratio deuda/PIB, con el que Galicia sería la cuarta comunidad con menor ratio, muy por debajo del promedio actual de las autonomías.
Gasto en los Presupuestos Generales de Galicia 2005 - 2012
Para este año, los Presupuestos regionales prevén un techo de gasto de 9.135 millones, una reducción superior a los 1.000 millones respecto a las cuentas de 2009 y 2010. Tiene sentido este descenso, si se tiene en cuenta que el sistema de financiación autonómica ha rebajado las aportaciones a la comunidad gallega, desde 6.135 millones en 2009 a los 4.899 millones previstos para 2012. Entre las medidas del Gobierno de Feijóo para controlar el gasto, destaca la reducción de casi 300 millones en gastos de personal en los últimos tres años.