Mariano Rajoy reducirá el déficit público todo lo posible y revisará partida por partida, pero considera inviable llegar al 4,4%, límite que aún hoy mantiene oficialmente la Unión Europea. El Gobierno está elaborando unas cuentas públicas que harán honor al término tijeretazo. Además de los 15.000 millones de euros que ya se ahorraron al cierre del año pasado, el equipo económico trabaja en otra poda que podría ser incluso superior a la cifra anterior. En total, 30.000 millones, lo que llevaría el déficit al entorno del 5,5%.
En Bruselas, entre negociación y negociación, el Ejecutivo confirmó lo que era un secreto a voces: "Habrá más recortes". El propio presidente ya lo avisó públicamente, afirmando que, salvo las pensiones, el resto de partidas están a expensas de volver a ser revisadas. Por ejemplo, el sueldo de los funcionarios. En principio, en voz de la vicepresidenta primera, tampoco se tocará el IVA, si bien hasta este extremo se pone en cuarentena.
El nuevo ajuste, que será concretado a finales de marzo, fue uno de los avales que Rajoy llevaba debajo del brazo para que la Unión Europea siga confiando en su palabra. El segundo es que habrá "nuevas reformas", en línea con la laboral y la financiera, muy aplaudidas por altos cargos de las instituciones como Jean-Claude Juncker, presidente del Eurogrupo. La tercera parte del argumentario del jefe del Gobierno la ocupaban las políticas destinadas a la creación de empleo.
Todas juntas forman un conglomerado de medidas para solemnizar ante el Consejo Europeo que España va a cumplir con el Pacto de Estabilidad, según el cual en 2013 el déficit público no podrá sobrepasar el 3%. Ahora bien, otra cosa es el 4,4% para este año, cifra que ni tan siquiera mentó Rajoy de puertas para adentro, según su propia versión. El equipo del presidente insistió en que reducirá "todo" lo que le sea posible sin provocar ese "crack nacional" que tanto miedo provoca en Moncloa.
A la salida de la reunión, rozando ya la media noche, el presidente hizo su primera declaración de la jornada: "Esto es un tema que no se habla aquí, no se cierra hasta junio, y nosotros presentaremos nuestros Presupuestos con arreglo a lo que nos parece razonable y sensato. A mí nadie me ha preguntado", respondió. A periodistas españoles también dijo que su exposición versó en explicar las reformas emprendidas y, en línea, cuales son los planes del Ejecutivo.
En este sentido, el presidente -cansado, pero que atendió con ganas a los informadores- emplazó a este viernes, cuando el Consejo de Ministros pondrá encima de la mesa el techo de gasto y el cuadro macroeconómico de la nación, clave para avanzar cómo de duro será el ajuste. "Estamos en una situación complicada y difícil pero creo que al final saldremos adelante, hay que hacer lo que por mucho tiempo no se hizo, ni en España ni en Europa", concluyó.
"Las circunstancias del 4,4% no están en vigor"
El Gobierno insiste en el mensaje: la realidad ha acabado por deshacer el maquillaje socialista. Donde se dijo 6% de déficit era en realidad de un 8,5 y en vez de crecimiento España se adentra a una recesión de, como mínimo, un punto. Y, en dicho contexto, Rajoy entiende que no se puede tener como referente el 4,4%. "Las circunstancias que llevaron al 4,4% ya no son las que están en vigor", confirmó Luis de Guindos, aliado del presidente en Bruselas, al término del Eurogrupo. El titular de Economía se mostró convencido de que este mensaje caló entre los socios.
De hecho, tal y como informó este diario, la administración entiende que éste no es un incumplimiento del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, ya que el compromiso fue de José Luis Rodríguez Zapatero en base a unas cuentas falseadas, pero no del actual gabinete.
Así pues, UE y España irán cada uno por su camino, que confluirá en mayo. Entonces, la Comisión analizará los documentos remitidos por Madrid sobre cómo está implantando su plan de acción y, en junio, serán evaluados por el propio Consejo. Será entonces cuando habrá decisión sobre el déficit y no antes, según De Guindos. Se trata, en voz de un asesor de Moncloa, de quemar todos los pasos, aunque el Gobierno esté trabajando desde ya con un déficit más holgado al establecido. Mientras, Durao Barroso advierte: "No se habló para nada de ningún tipo de flexibilización".
En el Gobierno admiten que el equilibrio es difícil y tiene mucho de pedagogía, la que Rajoy hizo con todo aquél con quien habló en Bruselas. Primero, con los líderes del PP europeo, incluida Angela Merkel. Después, en la cita bilateral que mantuvo con Donald Tusk, primer ministro de Polonia con el que mantiene una estrecha relación. Y, finalmente, durante su breve turno de palabra ante el Consejo Europeo, que mantuvo una larga cena de trabajo.
Confianza y certidumbre porque "nunca nadie ha hecho tanto en tan poco tiempo", se insiste en Moncloa, que pone un ejemplo: el presidente llega a la ceremonia del Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza de la Unión, que por fin se produce este viernes, con la regla de oro grabada, ni más ni menos, que en la Constitución de 1978.