La cifra más esperada de los últimos dos meses ya es pública. Cristóbal Montoro ha dado a conocer este lunes por la tarde el dato de déficit público de 2011 que el Gobierno enviará a Bruselas. Según las cuentas de ejecución presupuestaria, el año pasado las administraciones públicas españolas acumularon unos números rojos equivalentes al 8,51% del PIB (alrededor de 90.000 millones de euros).
En concreto, el déficit del Estado alcanzó el 5,1% del PIB frente al 4,8% previsto inicialmente; mientras, la Seguridad Social registró un déficit del 0,9% frente al superávit previsto del 0,4%. Las comunidades autónomas, por su parte, registraron un déficit del 2,94% frente al 1,3% previsto, mientras que las entidades locales contabilizaron un déficit del 0,38%, 0,08 puntos por encima de la cifra estimada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (-0,3%). De esta manera, el conjunto de las administraciones públicas tuvo un déficit del 8,51% del PIB, cuando el Ejecutivo del PSOE se había comprometido con Bruselas en no superar el 6,00%.
En el análisis detallado, la Comunidad de Madrid fue la única que cumplió, con un 1,31%. La cifra contrasta con, por ejemplo, el déficit registrado por Castilla-La Mancha que se situó a la cola, con unos números rojos del 7,3%.
Al ser preguntado sobre la posibilidad de pedir a Europa una revisión en el objetivo de déficit para 2012, Montoro ha respondido tajantemente: "El objeto de la rueda de prensa es el objeto de la rueda de prensa y no me voy a mover un milímetro. El Gobierno está comprometido con la estabilidad presupuestaria y estamos comprometidos con la reducción del déficit público. Nos conviene como país, no sólo porque Europa nos haga un examen". Montoro ha calificado de "inquietante" la cifra de la desviación correspondiente a la Seguridad Social. El ministro ha llamado a hacer un "esfuerzo entre todos" sin querer desvelar si se harán nuevas reformas o subidas de impuestos adicionales.
Una cifra clave
Toda la acción, al menos en materia económica, del Gobierno de Mariano Rajoy ha girado alrededor de esta cifra. El viernes 30 de diciembre, apenas una semana después de haber llegado al poder, Soraya Sáenz de Santamaría presentaba la segunda mayor subida de impuestos de la historia de la democracia. Era la más destacada de las Medidas urgentes de orden económico y social y de corrección del déficit público, con las que el nuevo Ejecutivo quería contener la sangría de las cuentas de la Administración. Tanto en lo que hace referencia al aumento de los tributos como en los recortes, el Gobierno puso la excusa de que, en el traspaso de poderes, se había encontrado un déficit real muy superior al esperado.
El Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero siempre defendió que España cumpliría con el objetivo del 6%, que se había comprometido con Bruselas (Elena Salgado como mucho insinuó que podría haber unas décimas de diferencia con la cifra límite). Sin embargo, apenas unos días después de llegar a La Moncloa, el equipo de Mariano Rajoy acusó al anterior Ejecutivo de mentir en las cuentas públicas. Según su denuncia, la cifra real estaría alrededor del 8%, lo que obligaría a un recorte adicional al esperado (cada punto de PIB son unos 10.000 millones de euros).
Los exministros del PSOE no protestaron demasiado cuando Sáenz de Santamaría hizo este anuncio, así que todo el mundo asumió que era cierto. Pero todo se enredó cuando la agencia Reuters filtró hace unas semanas que la Comisión Europea tenía serias dudas sobre la cifra real de déficit. Al parecer, desde Bruselas se pensaba que el Gobierno estaba exagerando, para así conseguir una mejor posición en la negociación sobre el límite de déficit del año que viene (si en 2011 fue del 8%, es más fácil conseguir que la UE revise al alza el objetivo del 4,4% que sigue estando vigente en este momento). Rápidamente, el Gobierno desmintió aquella información, aunque la sombra de la duda planeaba sobre un tema muy delicado. Gran parte de la credibilidad del nuevo Gobierno parecía depender de este dato.
Ahora, con el anuncio de esta tarde de Cristóbal Montoro, todo parece aclarado. La cifra oficial de déficit en 2011 que llevará el Gobierno a Bruselas será el 8,51%. Por lo tanto, para alcanzar el 4,4%, habría que hacer recortes (o conseguir aumentos en los ingresos) por algo más de 40.000 millones de euros. Por eso, para que esta cifra sea algo más baja, durante la semana pasada, Mariano Rajoy y sus ministros aplicaron todas sus habilidades diplomáticas para conseguir que la UE aumente el objetivo de 2012 al menos hasta el 5%.