Tampoco usan libros de texto y aquí venga editoriales quejicas que no ven bien que se cambien los temarios pero ellos si pueden alterar el orden para que no se reutilicen los libros. El uso del libro único de texto es algo caduco
JuanM191, conozco de cerca la situación en japón, y te puedo asegurar que no son robots, y no viven para trabajar, simplemente están acostumbrados al esfuerzo y al trabajo duro. En general, es gente con mucha mas cabeza de lo que aqui tenemos por normal; sólo hay que ver la reacción de todo el pueblo japonés ante el tsunami (apenas saqueos, trabajando todos para que la economia no caiga demasiado, los héroes de Fukushima); mientras en el Reino Unido, la hija de un millonetis asaltando una tienda.
Qué es mas terrorífico, poder controlar los bajos instintos o sucumbir a ellos sin remedio?
Junguer: en general, la visión materialista de la vida la tiene Occidente y no Oriente, la mayor parte de su filosofía se centra en el desarrollo intelectual y espiritual, el arte (sobre todo el japonés) tiende a la sencillez, y el problema de la superpoblación es relativamente reciente.
Es el materialismo exacerbado occidental sumado a la vagancia lo que hace de nuestros jóvenes lo que son: ni estudian, ni trabajan, porque no son capaces de esforzarse.
Un mal profesor de matemáticas o física es muuuuy mala cosa.
DE VERAS LES DIGO ESTO...
En España... ¿en que materias catean más los estudiantes?. A ver ... un estudio reciente y un vinculo bonito para consultarlo....
Seguro que en Inglés van decreciendo los cateados. Pero no demasiado. Y denle gracias a los videojuegos por la ligera mengua de cates en lengua anglofona y extranjera.
Básicamente porque en España se subvenciona al vago y el sistema educativo (Logse) OBLIGA a dirigir buena parte de los esfuerzos de los educadores a tales gandules.
De esta forma se inculca la idea de que ser vago es rentable, con la ayuda inestimable de las cadenas de TV de corte radical y fundamentalista de izquierdas con su programación basura.
se nos comerán crudos, tiempo al tiempo...
Vamos, "igualico" que en España....
Así nos va.
Junguer:
La disyuntiva entre vivir para trabajar o trabajar para vivir suele conducir a castigar al que quiere trabajar más para vivir mejor. Y por supuesto en beneficio del que menos trabaja pero quiere seguir viviendo igual de bien que los que más se esfuerzan.
Que cada uno opte por esforzarse lo que quiera, pero que asuma las consecuencias de sus decisiones y deje en paz a los demás cuando lleguen las vacas flacas. Vamos, la fábula de la cigarra y la hormiga.
En lo de los rufianes y el craso error de la desindustrialización, estoy completamente de acuerdo.
Ojo, porque en Corea la gran mayoría de las escuelas son públicas y el salario de un profesor de secundaria obligatoria con 15 años de antigüedad es 2,28 veces el PIB per capita, cuando la media de la OCDE es 1,26. ¿Estamos dispuestos a importar ese modelo?. No sé si a la patronal de centros privados le hará mucha gracia.
Envido a los coreanos.
Pero de lo que pasa aquí tienen la culpa tanto el sistema educativo como muchos padres. Los profesores se ven "vendidos", porque, si quieren imponer un poco de disciplina y orden, nadie les apoya.
Se pasa de curso sin aprobar todas las asignaturas. Se han suprimido las tradicionales "notas", sustituidas por chorradas buenistas como "progresa adecuadamente" y "necesita mejorar", así el niño no se "traumatiza" con los suspensos. Se ha perdido absolutamente la cultura del esfuerzo, y si un alumno insulta o veja a un profesor, las autoridades educativas dicen que "es que, claro, el niño está en una edad difícil, y hay que comprenderlo", en lugar de mandar al churumbel a su casa.
Pero es que muchos "papás" son para echarles de comer aparte. Insisten en que se apruebe al nene "para que no se les estropeen las vacaciones", protestan cada vez que se suspende a su niño, "que es muy listo, pero es que los profesores no le saben motivar"; hacen que se levante un castigo un viernes por la tarde "porque ese fin de semana tienen previsto ir a esquiar", hacen regalos carísimos y desproporcionados a los niños, les ríen todas las gracias, permiten que salgan "de marcha" con 12 y 13 años...
Así, crecen pensando que tienen derecho a todo y que nada cuesta esfuerzo. Cuando la vida se encarga de devolverlos a la realidad, normalmente el daño está hecho.