Seguimos a vueltas con la reforma laboral. Merkel la aplaude, pero los sindicatos no tanto. Temerosos de no cosechar el apoyo que les gustaría en la calle, lanzan continuas amenazas pero no concretan una convocatoria de huelga general. Lo que todas las portadas de los periódicos económicos destacan hoy, de una u otra manera, es la decisión de negociar que han tomado todas las partes. Mientras, la reforma ya ha echado a andar.
Dice el Economista que "la reforma laboral abaratará en 3.000 millones el ajuste bancario" y aclara que "las entidades deben recortar 20.000 empleos para eliminar el exceso del sector". Además, cuenta que "Báñez no cede y los sindicatos le amenazan con una huelga general" mientras la canciller alemana Angela Merkel "tacha de modélica y valiente" la reforma.
En Expansión van un paso más allá y hablan de la reforma de las pensiones. Destacan que "Bruselas pide eliminar la edad de jubilación obligatoria en Europa" y añade que "la UE quiere que pierda peso la pensión pública frente a las privadas".
En cualquier caso el tema principal de hoy en la portada de expansión es que "el Supremo da vía libre al uso de los datos de particulares" para que puedan ser empleados de forma comercial sin consentimiento de los afectados. La sentencia dice que "abre nuevas vías al comercio por Internet y a los ficheros de morosos". Añade, además, que "no se descarta que las empresas pidan la devolución de las sanciones impuestas hasta ahora".
La reforma laboral también manda en Cinco Días con el siguiente titular: "Todos quieren negociar". Destaca este diario que "Báñez, sindicatos y partidos, dispuestos a mejorar la reforma" y puntualiza que, de momento, "UGT y CCOO avisan que la norma tiene tintes inconstitucionales" además de que "las empresas podrán encadenar contratos de aprendices".
Lo que más llama la atención es que precisamente tres de los cuatro análisis que ofrece sobre la reforma laboral son favorables a la misma. En su editorial, el más aséptico, dice que debería negociarse para mejorar la norma porque "lograr consensos" es lo más importante. Luego recoge la opinión del exministro Manuel Pimentel quien considera que se trata de una "buena reforma laboral" que no merece la oposición de los sindicatos. También le da el aprobado María José Ramo Herrando (de Garrigues) quien puntualiza que la reforma "puede ayudar a la tan necesaria eficiencia de nuestro mercado de trabajo".
La única voz discordante es la de Maroto Illera, miembro de la Fundación de Jesús Caldera, Ideas, que señala que el Gobierno se equivoca con esta reforma.