Los viajeros afectados por el cese total de operaciones de la compañía aérea Spanair han acudido a las oficinas de la aerolínea situadas en el aeropuerto de Madrid Barajas para conseguir una solución que les lleve de vuelta a su lugar de destino. Los afectados consideran "indignante" que la compañía no dé ninguna explicación que solucione el problema de los viajeros.
En declaraciones a los medios, una de las afectadas que debía viajar a Bilbao, Maitane, que se enteró de que la compañía dejó de operar vuelos "gracias a la radio", ha explicado que la única solución que ofrece la compañía es reclamar mediante hojas de reclamaciones y que los propios afectados busquen vuelos en las "tarifas rescates" ofertadas por otras compañías.
Maitane ha asegurado que le ha parecido extraño que la compañía "no haya avisado nada" y que haya continuado vendiendo billetes "hasta ayer al mediodía"."Me parece bastante indignante porque ahora nadie está dando una solución de si se nos va a devolver el dinero de los vuelos cancelados y de los vuelos alternativos de otras compañías", ha sentenciado.
Otro pasajero afectado que tenía contratado un viaje de vuelta a las Islas Canarias, Miguel, ha asegurado que la compañía le envió un mensaje a las 2 de la madrugada informando de que su vuelo "estaba cancelado".
"Nos dijeron que tenemos que ir a otras compañías con las que tienen convenio (...) y pagarnos nosotros el billete", ha apuntado. Miguel ha comentado que le parece "mal" esta medida repentina aunque considera que "no lo han hecho adrede".
Un viajero que ha llegado a Madrid desde Ciudad Real para viajar a Gran Canaria, Rafael Contreras, ha asegurado que "ni siquiera" le han avisado por correo electrónico. "Tendré que buscarme otra compañía, pagar un billete y presentar la reclamación y que me devuelvan el dinero", ha argumentado este afectado.
Problemas en Palma
Además de en Barajas, decenas de viajeros afectados por la suspensión de vuelos de Spanair han buscado a lo largo del día en el aeropuerto de Palma alternativas en otras compañías para ir a sus destinos sin ninguna ayuda de la empresa catalana, que tiene cerrados sus mostradores: "Te tienes que buscar tú la vida", se queja un joven en declaraciones a Efe.
Los pasajeros que la mañana del sábado tenían billetes para volar desde el aeropuerto de Son Sant Joan a Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla hacen cola ante las oficinas de otras aerolíneas que cubren estas rutas para comprar nuevos pasajes.
Empleados de Aena les han informado de las tarifas alternativas pactadas con otras aerolíneas como Air Europa, Iberia y Vueling, aunque los afectados se quejan de que estos precios no incluyen las tasas y lamentan molestos el abandono al que se sienten sometidos por parte de Spanair.
Un joven que buscaba un billete para viajar a Barcelona ha declarado a Efe que la única información que tenía era del personal de Aena, que le ha explicado que "Spanair no vuela y no han reubicado a los viajeros en otros vuelos".
"Te tienes que buscar tú la vida. Nos han dado una hoja informativa en la que nos dicen los precios que han puesto otras compañías, pero ahí falta añadir tasas. He llamado al teléfono de Spanair ocho o diez veces y no lo cogen", se ha lamentado.
Una viajera que ha de tomar esta noche un avión de Madrid hasta Bolivia ha relatado que ha encontrado un billete para llegar a la capital, pero como las condiciones de equipaje son distintas se ha visto obligada a pagar 100 euros extra, además del nuevo pasaje.
"Es un problema muy grande", ha declarado esta mujer, quien a la pregunta de si ha obtenido alguna información por parte de Spanair responde tajante: "Nada".
Un agente de viajes responsable de la ruta de un grupo de escolares que mañana iban a volar a Barcelona para esquiar unos días en una estación pirenaica considera "una estafa" la actuación de Spanair y se queja de la escasez de plazas alternativas en otras compañías y del excesivo coste de esos billetes.
Las asociaciones de consumidores han criticado unánimemente la forma en que la compañía aérea Spanair ha suspendido sus vuelos, dejando a los usuarios indefensos, y animan a pedir indemnizaciones.