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Ya es posible tener una auténtica casa inteligente

La domótica es un hecho y su precio ya no es totalmente prohibitivo; nos lo explica Fernando Luis Serna, fundador de Grupo Viphome.

¿Imagina una auténtica casa inteligente? Despertar con una luz suave mientras que las persianas suben lentamente, comienza a sonar la música y su casa tiene la temperatura perfecta. La domótica ha hecho que todo esto sea posible y que se pueda controlar, incluso desde fuera del hogar, la calefacción, la luz, la seguridad…

La domótica es un hecho y, aunque admite que quizás todavía no está al alcance de todos los bolsillos, Fernando Luis Serna, socio fundador de Grupo Viphome, explica en una entrevista a Libre Mercado que simplificar y mejorar la vida del hogar ya no resulta inaccesible.

Pregunta (P): ¿Cuándo abrió Grupo Viphome?

Respuesta (R): En agosto de 2009.

P: ¿A qué se dedica? ¿Qué es la domótica?

R: Muchas veces la palabra domótica se utiliza muy mal. Nosotros acometemos proyectos de viviendas inteligentes, con aspectos personalizados, hacemos trajes a medida. La palabra domótica significa cosas diferentes. Hay gente que no sabe muy bien lo que engloba la palabra y la usan para definir sistemas de detectores de humos o alarmas de seguridad.

Nosotros lo que hacemos es integrar las soluciones para que tengan una sola solución. Hay diferentes ámbitos: control de iluminación, alarmas, pantallas técnicas, distribución de audio, cine en casa. Si tengo un iPad, yo puedo, a través de la domótica, controlar la iluminación, la motorización, las escenas del cine que tengo en el salón...

P: ¿Por qué decidiste emprender? ¿Es vocacional? ¿A qué te dedicabas anteriormente?

R: Estuve trabajando en Ericson, pero siempre he tenido el gusanillo de montar una empresa. Me viene de familia; mi padre y mi hermano también lo hicieron. Ya en 2004 monté con otro socio una empresa de domótica. Era muy novedoso todavía. Pusimos la primera tienda de domótica en un centro comercial y también abrimos una tienda online. Pero el negocio no estaba aún bien definido.

En esa experiencia, ya nos dedicábamos principalmente a proyectos exclusivos. Siempre rehusamos hacerlo a gran escala, en grandes promociones inmobiliarias. Mi socio decidió volver a trabajar por cuenta ajena y yo retomé esta nueva empresa para hacer proyectos especiales, muy cuidados. Son proyectos de sentido común. Había una falta de profesionalidad en ese sector.

P: ¿Hay demanda para servicios de este tipo que parecen futuristas o no aptos para todos los bolsillos (pantallas táctiles, control de iluminación, motorización de persianas)?

R: Sí, lejos de lo que la gente piensa, que la domótica es del futuro, que es caro… Somos los sastres de las tecnologías y esa tecnología no siempre es cara. Puedes tener domótica por 100 euros. Es como cuando te compras un coche, hay de todos los precios. Por ejemplo, poner un sistema de calefacción que se encienda cuando estamos fuera de casa a través del móvil, apenas puede costar 90 euros. De lo que se trata al final es de dar la solución más adecuada, no la más cara ni la más barata, sino la más satisfactoria.

P: ¿Estos servicios están al alcance de cualquiera? ¿Cuál es el perfil de vuestros clientes?

R: Es un cliente que no suele ser mayor, 40-50 años principalmente, suelen tener negocio propio. El cliente de Vip Home, está bastante segmentado. Está destinado, principalmente, a una vivienda exclusiva, para un cliente de lujo, residencial. Ése suele ser nuestro cliente final.

Además acometemos todo tipo de proyectos. Dotamos recientemente a un restaurante de Salamanca de mejoras tecnológicas, domótica para controlar el sistema de iluminación, con diferentes tonalidades dependiendo del momento del día, pantallas con animaciones… En los comercios la domótica hace que el local sea más espectacular.

P: ¿Está sufriendo este negocio con la crisis o al ser un sector relacionado con el lujo se sufre menos?

R: A este tipo de domótica, que está enfocada a clientes más exclusivos, la crisis le afecta, pero menos. Pero como la domótica va muy unida al tema de la construcción, sí nos está afectando en este sentido.

P: Es un sector aún poco maduro, ¿qué necesita para crecer y reforzarse?

R: Lo que se necesitan son profesionales. Ha habido intrusismo y malas prácticas. Cuando aparece en las viviendas de nueva construcción la palabra domótica, en muchos casos el sector de la construcción quiere hacer una domótica básica. Estas instalaciones se las solía hacer el electricista, algunos serán profesionales, pero no son expertos en domótica, en telecomunicación, en protocolos…

En ocasiones, buenas soluciones de fabricantes se han instalado mal. Al cabo del tiempo los propios clientes han pedido que retiren esa domótica y esa mala praxis perjudica al sector. Con respecto a la competencia, creo que hay hueco para todos, siempre y cuando se sea profesional.

P: Todavía es un campo un poco desconocido para el usuario, ¿qué peculiaridades tiene la venta de este tipo de productos?

R: Aparte del tiempo que necesitamos para vender el producto, tenemos que dedicar mucho tiempo a explicar al cliente qué puede hacer la domótica en su vida. El sector todavía no está maduro porque quizá no hay grandes empresas que se dedican a esto. Hay dos tipos de integración tecnológica. La domótica en el ámbito de la vivienda, lo que se le ofrece al usuario es confort y seguridad, mientras que la inmótica, destinada a las empresas, se dedica a integrar tecnología a las oficinas, se busca ahorro energético.

P: ¿Cómo les explica a sus clientes potenciales los beneficios de la domótica?

R: La vivienda ha evolucionado mucho. Al principio no había electricidad, ahora los circuitos de iluminación han variado, las persianas son motorizadas, hay muchos más electrodomésticos, calefacción…

En definitiva, hoy hay demasiados elementos a controlar. La domótica te facilita controlarlos más fácilmente. Por ejemplo, un sistema con un "modo me voy de casa", y que se cierren todas las persianas, se apague la calefacción… Se tiene un control global de la vivienda tratando de hacer la vida más fácil.

P: ¿Cuántos trabajadores tenéis?

R: Nuestra forma de trabajar es diferente. En mis otras experiencias, en mi anterior empresa, teníamos varios trabajadores. Ahora tenemos especialistas en cada área técnica. Tenemos grandes colaboradores y trabajamos juntos. Además, trabajamos con otras empresas que son expertas cada una en un campo (sonido, imagen…) para ofrecer al cliente el producto global. Es una asociación de colaboración.

P: ¿Cuál es vuestra facturación aproximada?

R: El 2009 fue la promoción de la empresa, comenzó en 2010 y facturamos aproximadamente 35.000 euros. No es un negocio como una panadería, no se compra todos los días. La facturación depende del número de contratos.

En 2011, será aproximadamente de 100.000 euros. El futuro está complicado, pero somos conscientes del modelo de negocio que hemos elegido. En una larga temporada puedes no tener proyectos. Ahora tenemos un proyecto interesante para Portugal de 40 viviendas de lujo, pero el 2012 va a ser un año complicado para todos.

P: ¿El emprendedor nace o se hace?

R: El emprendedor nace en parte y se hace también, pero hay que educarlo y formarlo. Yo lo he vivido de cerca, he tenido esa suerte, pero me ha picado ese "¿y si?", y yo no quiero quedarme en nada sin saber qué hubiese pasado si… Por eso decidí emprender.

Pero también es cierto que la carrera de emprendedor no se educa. Cuando los jóvenes  salen de la carrera piensan en dos líneas de futuro: trabajar por cuenta ajena o ser funcionarios. No piensan en emprender, o muy pocos lo hacen, y eso viene desde la educación primaria.

No se educa, se está mal educando. El fin de semana el padre les da la paga, es un símil al funcionariado. En EEUU, sin embargo, los chavales trabajan, venden limonada, hacen mercadillos, reparten el periódico… Ya están emprendiendo. Es otra cultura desde que son pequeños. La educación aquí en este sentido es un cero.

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