Standard & Poor´s golpea a Europa. El último mazazo ha sido al Fondo Europeo de Rescate que pierde su triple A tras las rebaja en la calificación de Francia y Austria.
Difíciles momentos para Europa. Los mecanismos que pone para solucionar los problemas en la zona euro terminan costando más debido a la escasa credibilidad que le conceden los mercados. Ahí está Grecia de la que las apuestas más solventes apuntan a que no pagará su deuda.
Standard & Poor´s ha hecho bien en poner en entredicho a numerosos países europeos. Lo que sería sorprendente es que no lo hiciera. Europa simplemente no esta a la altura del cometido y cada día que pasa aplicando parches resulta más difícil encontrar una solución definitiva.
En esta tesitura, España se encuentra en el selecto grupo de los que más se han degradado, nada menos que dos escalones. Nuestros compañeros de viaje incluyen a Chipre, Portugal e Italia.
¿Nos merecemos el varapalo que nos están dando? En mi opinión, lamentablemente, sí. A pesar de la fuerte corrección del ritmo del crecimiento de la demanda interna, la cual durante los últimos tres años ha sido siempre negativa, creando la sensación de recesión en la calle, lo cierto es que España sigue teniendo un abultado déficit por cuenta corriente que ronda el 2,5% del PIB. En otras épocas, un déficit en la balanza de pagos de ese orden de magnitud hubiera encendido todas las alarmas y creado una clara expectativa de una inminente devaluación de la peseta.
Pero, con nuestra entrada en la Unión Monetaria Europea ya no podemos recurrir a la opción de devaluación; ahora bien, la necesidad de competir sigue siendo tan apremiante como siempre. España necesita ganar competitividad y ahí, en competitividad, el mercado más necesitado de todos es el mercado de trabajo. Despejado el impasse entre sindicatos y las organizaciones empresariales, ahora le toca al Gobierno. Ojalá acierte pues la rebaja de Standard & Poor´s refleja nuestra escasa capacidad competitiva y lo poco que estamos haciendo para mejorarla.