La masiva rebaja crediticia aplicada a nueve países de la zona euro el pasado viernes por la agencia de calificación Standard & Poor's (S&P) ha supuesto un auténtico varapalo a los esfuerzos de Bruselas para tratar de contener la crisis de deuda. Y es que, la lectura del informe completo arroja grandes sombras acerca del futuro de la Unión Monetaria.
Así, entre otros puntos, concluye que los mecanismos de rescate y contención adoptados hasta el momento resultan "insuficientes"; baraja una profunda recesión de la zona euro en 2012 y una fuerte contracción del crédito; no descarta que se apliquen quitas a deuda de otros países, similares a las de Grecia; pone el acento sobre la "especial vulnerabilidad" de España e Italia, hasta el punto de poner en duda su solvencia; y, por último, arroja sombras sobre la consecución de reformas estructurales y los objetivos de reducción del déficit público en los países periféricos.
S&P rebajó en un escalón la calificación de la deuda de Francia, Austria, Malta, Eslovaquia y Eslovenia, y degradó en dos la nota de Italia, España, Portugal y Chipre. De hecho, no descarta aplicar una nueva ronda de degradaciones en los próximos meses. Pero, más allá de esta decisión, lo relevante de su análisis radica en la letra pequeña, en la que deja entrever los grandes riesgos a los que se enfrenta la Unión Monetaria.
1. Medidas insuficientes
"Las acciones de hoy son fruto de nuestra creencia de que las iniciativas políticas tomadas por los líderes europeos en las últimas semanas pueden ser insuficientes para atajar totalmente el estrés sistémico en la zona euro". Es decir, según S&P, los mecanismos adoptados hasta hora por los líderes comunitarios han fracasado en su intento de contener la crisis de deuda pública.
"Los resultados de la cumbre de la UE del 9 de diciembre de 2011, y las declaraciones posteriores de los políticos, nos llevan a creer que el acuerdo alcanzado no ha logrado un avance suficiente para afrontar plenamente los problemas financieros de la eurozona"; en concreto, "el acuerdo político no proporciona suficientes recursos adicionales o la flexibilidad requerida para reforzar las operaciones europeas de rescate, o ampliar el apoyo" a países en problemas. Por tanto, "el riesgo de un agravamiento de la crisis sigue siendo real".
2. Reformas para potenciar el crecimiento
En concreto, S&P echa en falta la configuración de un "programa sólido y solvente para aumentar el crecimiento potencial de las economías de la zona euro", más allá de las medidas de austeridad fiscal.
Así, por un lado, la denominada Cumbre del Euro se centró, básicamente, en revertir los desequilibrios fiscales mediante el refuerzo de los mecanismos de supervisión y de sanciones para cumplir los límites de déficit y deuda. S&P aplaude esta iniciativa, pero duda de su cumplimiento.
Por otro, enfatiza que la crisis del euro se debe tanto a los problemas fiscales como a los desequilibrios externos, y las divergencias de competitividad entre el núcleo de la Unión Monetaria y la llamada "periferia". Así, la "cuestión clave" consiste en la "creciente divergencia de competitividad" entre el centro y el sur de Europa.
En este sentido, llama la atención la siguiente advertencia: si bien los gobiernos han avanzado reformas estructurales para mejorar el crecimiento, su implementación dañaría los intereses de "poderosos grupos de interés nacionales, cuya resistencia podría poner en peligro el impulso de la reformas e impedir la recuperación de la confianza del mercado". Por tanto, tampoco confía al 100% en que se adopten las reformas precisas.
3. Recesión y crisis bancaria
S&P otorga una probabilidad del 40% a la llegada de una "profunda y prolongada" recesión en la zona euro, con una caída próxima al 1,5% del PIB en 2012 en su escenario base. Sin embargo, no descarta "totalmente" una contracción económica "aún más profunda y prolongada".
¿Problema? La materialización de tal escenario podría complicar, de forma sustancial, los planes de consolidación presupuestaria, en cuyo caso frenaría aún más la confianza de los inversores y, posiblemente, la recesión se agravaría al tiempo que se acentúa la contracción crediticia hacia el sector privado.
De este modo, según alerta el informe, el riesgo de una crisis bancaria "sigue siendo real" en varios países de la zona euro, como resultado del debilitamiento de las condiciones económicas y las dificultades financieras de la banca para cumplir con las nuevas exigencias de capital requeridas por las autoridades comunitarias para mediados de 2012.
4. Fondos de rescate
Tras la pérdida de la triple A de Francia, la agencia pone en duda la máxima calidad crediticia del actual Fondo de rescate europeo (EFSF, por sus siglas en inglés), en cuyo caso se encarecerá la emisión de deuda para sostener en pie a los países rescatados y, en última instancia, acabará presionando de forma sustancial las finanzas alemanas, ya que hoy por hoy Berlín es el gran garante del Fondo.
Pero aún más importante, si cabe, es su observación sobre el Fondo permanente de rescate (ESM) que entrará en vigor este año. Y es que, según la agencia, Bruselas podría conceder al ESM la "condición de acreedor preferente en caso de un incumplimiento soberano". Es decir, el resto de acreedores privados (bancos) estarían subordinados al Fondo. Esto, según el informe, contribuirá de forma duradera "al aumento de rendimientos a largo plazo de los bonos soberanos de la zona euro con menor calificación, pudiendo reducir […] su futuro acceso a los mercados".
En definitiva, este mecanismo acabará dividiendo en dos el mercado de deuda pública europea, en donde los acreedores públicos (los países rescatadores que forman el Fondo) gozarían de una posición privilegiada para cobrar en caso de reestructuración, mientras que los privados estarían sujetos a las condiciones que fije el ESM.
5. La liquidez del BCE no funcionará igual
La mayoría de inversores esperaba que el Banco Central Europeo (BCE) intensificase su programa de compra directa de deuda pública de los países más débiles (Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia). A este respecto, señala que "el BCE no ha cerrado del todo la puerta, pero sigue siendo reacio a hacerlo, salvo en circunstancias más dramáticas".
Así pues, "estas esperanzas se desinflan rápidamente", sobre todo después de que el BCE optara por reanudar el rescate de países por la puerta de atrás (carry trade). El organismo monetario reabrió la línea extraordinaria de liquidez para la banca, al igual que en 2009, a fin de que las entidades aumentar su demanda de bonos soberanos. Pero este mecanismo, al menos hasta el momento, ha obtenido un resultado parcial, ya que tan sólo parece estar funcionando en el caso de España e Italia.
Según S&P, "esta forma indirecta de apoyo al mercado de bonos soberanos puede tener éxito, pero creemos que los bancos se mantienen cautelosos" ante las crecientes dudas sobre la solvencia de los estados y ante la necesidad de reducir el tamaño de sus balances para cumplir con el aumento de las exigencias de capital.
6. España e Italia, en la picota:
S&P pone el acento sobre las dificultades económicas y financieras que atraviesan España e Italia. "La solidaridad financiera entre los Estados miembros nos parece insuficiente para [...] restaurar la confianza en la solvencia de grandes miembros de la eurozona, como Italia y España".
En concreto, la agencia no confía en que ambos países puedan hacer frente "a las posibles tensiones de sus respectivos sistemas financieros". Dicho de otro modo, pone en duda la capacidad de España e Italia para rescatar al sector financiero por sí solos, dado el deterioro de sus economías y de sus cuentas públicas. Por todo ello, "Italia y España son especialmente vulnerables al riesgo de un deterioro repentino de las condiciones del mercado".
7. Grecia, Portugal y Chipre
La deuda de Grecia, Portugal y Chipre es bono basura, según S&P. En este ámbito, la agencia no descarta un "impago desordenado" en el caso de Atenas, lo cual complicaría aún más la crisis de deuda europea.
En estos momentos, el Gobierno griego negocia con los acreedores privados un acuerdo para poder aplicar quitas voluntarias a la deuda helena, de entre el 50% y el 70%. Si no hay acuerdo, Grecia podría suspender pagos de forma unilateral, disparando todas las alertas. Mientras, si se alcanza una quita voluntaria, S&P añade que ésta se podría extender a otros países en problemas o futuros planes de rescate, a través del ESM.
8. Irlanda, el alumno aventajado
Por último, la agencia aplaude los ajustes y reformas efectuadas por Dublín. Por un lado, considera que el Gobierno va bien encaminado para reducir el déficit al 3% del PIB en 2015 y, por otro, destaca la "flexibilidad" de su economía para avanzar hacia la recuperación, a diferencia del resto periféricos. Pese a ello, mantiene su cautela, ya que su consolidación fiscal podría empeorar si se agravan las condiciones económicas externas, por lo que mantiene su rating en perspectiva negativa.