La posible pérdida de la máxima calificación crediticia (triple A) de Francia y Austria pondría en riesgo la supervivencia del actual fondo de rescate de 440.000 millones de la UE para países endeudados, que no cuenta con capital propio sino que se basa en las garantías de los países de la eurozona para captar fondos en los mercados.
El denominado fondo europeo de estabilidad financiera (FEEF) ha sido calificado con la máxima nota por las tres grandes agencias de rating gracias a la triple A que ostentaban Alemania, Francia, Austria, Países Bajos, Luxemburgo y Finlandia. Ello le permite captar fondos a bajo precio para luego prestarlos a Irlanda, Portugal y, cuando se concrete el segundo rescate, a Grecia.
De confirmarse la rebaja de la nota de Francia y Austria supondría con casi toda seguridad la degradación también del FEEF, lo que encarecería sus costes de financiación y cuestionaría los rescates en marcha. Así, si los países de la eurozona quisieran mantener la 'triple A' del fondo sin aumentar las garantías tendrían que reducir considerablemente su capacidad de préstamo, con lo que no quedarían fondos suficientes en caso de que España pidiera ayuda para sus bancos o de que Italia necesitara asistencia.
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ya avisó en diciembre de que "las consecuencias de que Francia pierda la 'triple A' para el fondo europeo de estabilidad financiera" constituyen "una cuestión importante". "Estamos trabajando activamente en todos los posibles escenarios, y no sólo en éste de Francia", explicó Draghi en una comparecencia en la Eurocámara. A su juicio, la "mejor respuesta" debe ser "acelerar" la puesta en marcha del fondo de rescate permanente, el denominado mecanismo europeo de estabilidad (MEDE). "Y la recapitalización del MEDE también debería acelerarse", ha sostenido.
El nuevo Fondo
A diferencia del actual mecanismo de rescate, el fondo permanente contará con capital desembolsado por valor de 80.000 millones, lo que le permitirá mantener con más facilidad la máxima calificación crediticia.
Los líderes europeos se han comprometido a adelantar al 1 de julio de este año la puesta en marcha del MEDE (en lugar de junio de 2013 como estaba previsto). Además, en marzo revisarán la dotación de 500.000 millones de euros de este mecanismo, aunque la canciller alemana, Angela Merkel, ya se ha negado en varias ocasiones a aumentarla, según recoge Europa Press.
El presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, pidió este jueves "hacer más" para reforzar los cortafuegos financieros de la UE contra la crisis de deuda, haciéndose eco de la preocupación del primer ministro italiano, Mario Monti. Además de los dos fondos de rescate, los países de la eurozona han acordado prestar 150.000 millones de euros al Fondo Monetario Internacional (FMI) para combatir la crisis.