El problema es que los estatutos de autonomía establecen competencias sin vuelta atrás porque los nacionalistas, los únicos con visión estratégica, se aseguraron de incorporar un trinquete en la constitución: que los estatutos han de ser ratificados por referendo autonómico. Ese trinquete, que permite avanzar en un sólo sentido (hacia el desmantelamiento paulatino del estado español y la independencia), es el que da poder a los secesionistas.
Cada paso ganado por ellos en un estatuto no tiene vuelta atrás, porque no es una ley orgánica cualquiera, sino una que requiere referendo autonómico para ser modificada por otro nuevo estatuto.Son por tanto casi constituciones. Sin el trinquete del referendo autonómico, todo el tinglado secesionista se vendría abajo de la noche a la mañana, al convertirse los estatutos en leyes orgánicas como otras cualquiera.
No creo que la mayoría absoluta de rajoy sirva para mucho en este asunto.
Para colmo ya hemos visto que el tribunal constitucional puede terminar lleno de no magistrados, de puros peleles algunos directamente escogidos por los secesionistas y otros por las bandas de traidores sociatas.
D. Emilio:
aunque no discuto su buena intención, advertirle que esa pretensión suya de arreglar el problema, transformando el actual diseño del cáos autonómico por otro más reglado y concreto, tiene un fallo de diseño, y es que no cuenta con las características de la naturaleza humana y en este caso, me refiero a la de los políticos en general. Así que al rato, estaríamos en lo mismo y si piensa que las Leyes sirven como coto o parapeto, acuérdese de lo que han sido capaces de hacer últimamente con la Constitución.
En fin, perdone la vulgaridad, pero su receta me ha recordado unos versos apócrifos de Zorrilla que comienzan así: "Don Juan, don Juan, la puntita nada más que soy doncella..."
Salu2.