El primer Consejo de Ministros de Mariano Rajoy aprobó la que posiblemente se convierta en la medida más polémica de todo su mandato: una subida de impuestos que incluye un fuerte aumento del IRPF (hasta el 7% para las rentas más altas). Desde entonces, se han sucedido las columnas, análisis y comentarios sobre lo acertado de lo decidido por el Gobierno. Y entre todas estas discusiones destaca la que se centra en si era necesario tocar precisamente esa figura impositiva (el IRPF).
Numerosos economistas piensan que habría sido menos distorsionador haber decretado un nuevo aumento del IVA. Este lunes, prácticamente todo el PP en pleno ha salido a defender el Impuestazo de Mariano Rajoy, tanto en su magnitud como en su forma: Cristóbal Montoro y María Dolores de Cospedal han afirmado que la subida del pasado día 30 es la más justa posible porque protege a los más débiles. De hecho, el nuevo ministro de Hacienda ha asegurado que subir el IVA es "profundamente injusto". ¿Es cierta esta afirmación?
Los siguientes son los argumentos a favor y en contra de cada medida:
El coste
Lo primero que hay que hacer es saber cuánto habría que subir el IVA para recaudar los 5.300 millones que el Gobierno quiere sacar de su aumento en el IRPF. Los expertos calculan que cada punto de este tributo es equivalente a unos 2.500 millones de recaudación extra. Por lo tanto, con 2-3 puntos de incremento del IVA se recaudaría lo mismo que con todo el aumento en el Impuesto sobre la Renta.
A favor del IVA
El primer argumento a favor de subir los impuestos indirectos es que implican una menor distorsión en la generación de ahorro y la creación de riqueza. Los individuos y las familias pueden decidir consumir menos o cambiar su cesta de la compra a productos más baratos para protegerse de un incremento en el IVA, pero la mayoría no puede hacer nada para evitar un IRPF más elevado. España necesita cerrar sus malas inversiones y generar crecimiento en nuevos sectores económicos. Una subida del IRPF (que, además, se ceba tanto con las rentas del trabajo como con las del capital) desincentiva la creación de riqueza por un lado y la acumulación de ahorro por otro. Y esto es justo lo que en estos momentos no requiere la economía española.
En los últimos días, el discurso del PP ha recurrido a argumentos tradicionales de los partidos de izquierda: que "paguen más los que más tienen", "proteger a los desfavorecidos" o "repartir las cargas". Pero esta retórica es peligrosa, porque también transmite la idea de que se castiga precisamente a aquellos que están trabajando y generando riqueza, mientras se deja intactos a los perceptores de subsidios de una u otra clase.
En segundo lugar, hay que recordar que el IVA iguala a todos los consumidores; mientras que el IRPF, sin embargo, es un impuesto que recae fundamentalmente sobre los que cobran nóminas, propietarios y ahorradores. Una subida en la Renta castiga especialmente a estos tres colectivos. Los que están atados a sus posesiones o a su trabajo se sienten maltratados por una medida que otros colectivos sí pueden eludir (y hay que tener en cuenta que éste es un país con un generalizado fraude fiscal)
Por otro lado, España es uno de los países de Europa con un IVA más reducido: un 18% en su nivel más elevado. En Francia el tipo máximo es del 19,6%, en Alemania es del 19%, en Italia del 20 y en Dinamarca del 25%.
Además, casi todos los expertos coinciden en que la economía española necesita una devaluación que haga sus exportaciones algo más competitivas respecto a las de los países de su entorno. subir el IVA penaliza las importaciones, pero no las ventas al exterior, por lo que en cierto sentido la medida tendría algunos de los efectos de una devaluación interna. Para que esta medida tuviera efectos plenos, podría combinarse con una rebaja en las cotizaciones sociales que pagan los empresarios. Con esta mezcla, se beneficiarían los márgenes empresariales, los precios no subirían tanto y se facilitaría la contratación de los trabajadores.
A favor del IRPF
Los argumentos a favor de la subida en el IRPF están resumidos en las palabras de Cristóbal Montoro: como las rentas más bajas no pagan IRPF pero sí consumen una parte muy importante de sus ingresos, subir el IVA les perjudica especialmente a ellos. Al incrementar el Impuesto sobre la Renta, los más perjudicados son los que más ganan (o al menos los que más declaran a Hacienda), que según el Gobierno deben ser los que soporten la carga más pesada de la salida de la crisis.
Además, los que creen que no debería subirse el IVA aluden al daño que haría en el consumo. Evidentemente, incrementar este tributo tendría un impacto directo en los precios, lo que se traduciría en un menos gasto familiar. A corto plazo, esto podría provocar una recaída de la actividad económica.
Ni uno ni otro
Por último, hay que recordar algo obvio pero que a veces parece olvidarse en el fragor de la discusión: no sería necesario aumentar ningún impuesto si se redujese el gasto público en la medida necesaria. Es difícil recortar 40.000 millones de euros en un solo año, pero existen grandes partidas que podrían eliminarse sin demasiados problemas. Por ejemplo, las políticas activas de empleo, los famosos cursillos del paro que tienen una efectividad muy cuestionable, suponen unos 8.000 millones de euros al año (dos mil más de lo previsto en las subidas de impuestos). Y no es el único apartado en el que podría introducirse la tijera con relativa facilidad sin que los ciudadanos lo perciban en demasía.