El Banco Central Europeo (BCE) ha adjudicado un total de 489.190,75 millones de euros a un tipo fijo en la primera subasta de liquidez con vencimiento a tres años celebrada por la institución, que contó con la participación de 523 entidades, informó la entidad presidida por Mario Draghi.
La cifra adjudicada supera así el récord de adjudicación de la entidad en una sola operación, establecido el 24 de junio de 2009, cuando el BCE distribuyó entre los bancos 442.240,5 millones de euros en la que fue su primera subasta de liquidez a un año, aunque en aquella ocasión contó con la participación de 1.121 entidades.
El pasado 8 de diciembre, el presidente del BCE anunció que el instituto emisor de la eurozona llevaría a cabo dos operaciones de refinanciación a tres años en forma de subasta a tipo fijo amortizable al cabo de un año que sustituirían a las operaciones a doce meses anunciadas en octubre. De este modo, aparte de la subasta celebrada este miércoles, el BCE llevará a cabo otra operación de estas características el próximo 20 de febrero de 2012.
Asimismo, el BCE decidió relajar los requisitos de los activos que acepta a los bancos como garantía para obtener liquidez en este tipo de operaciones, reduciendo el umbral del rating para ciertos valores respaldados por activos y permitiendo a los bancos centrales nacionales, como solución temporal, aceptar colaterales adicionales. Además, el Consejo de Gobierno del BCE decidió reducir la ratio de reservas exigidas a las entidades desde el 2% hasta el 1% a partir del próximo 18 de enero de 2012.
Impacto positivo en la deuda pública
El importe de la primera subasta de liquidez con vencimiento a tres años ha cumplido, e incluso superado, las expectativas de los analistas consultados por Europa Press, que condicionaban los posibles efectos positivos de la operación a que contara con una elevada participación, que cifraban en al menos por encima del umbral de los 200.000 millones.
Desde Intermoney, Jose Carlos Diez señalaba que el impacto de esta subasta del BCE ya se ha apreciado en la deuda pública periférica e incluso está llegando a los bonos corporativos y a la renta variable, aunque reconocía que hasta que la situación no mejore no se trasladará al crédito a la economía.
Por su parte, David Cano, de Analistas Financieros Internacionales, consideraba que los bancos destinarán esta financiación a numerosos usos, aunque el fundamental será adquirir deuda pública, lo que permitirá calmar la tensión en los mercados secundarios de deuda soberana. Asimismo, Cano opinaba que las entidades también utilizarán esta inyección de liquidez para emitir menos deuda y pagares y reducir los depósitos, frenando la denominada guerra del pasivo, mientras que por el contrario, es probable que poca de esta cantidad se traslade a la economía real.
En esta misma línea, Susana Felpeto, analista de Atlas Capital, precisaba que, si bien el efecto de esta inyección de liquidez puede contribuir a reducir los diferenciales de la deuda soberana, reduciendo los costes de financiación de los Estados e impulsando la renta variable, sus posibles efectos positivos sobre la economía real sólo serían perceptibles "más a largo plazo", puesto que si las entidades dedican esta liquidez a la compra de deuda pública no la dedican a conceder préstamos.
Desde IG Markets, Soledad Pellón también apuntaba que parte de este dinero se utilizará en las subastas que celebren los Tesoros de los países de la eurozona y permitirá sanear el sistema financiero, algo que ayudaría a calmar a los mercados, como se ha demostrado con la última operación celebrada este martes por el Tesoro español.