Luis de Guindos, Cristóbal Montoro y Fátima Báñez serán las tres caras de la política económica de Mariano Rajoy. En sus ministerios se prepararán las reformas que definirán el primer año del nuevo Gobierno y de las que dependerá un gran porcentaje de su éxito. Serán cambios profundos, que probablemente generen contestación en la calle y en las tribunas mediáticas de la izquierda. Tendrán que estar perfectamente coordinados. El reto es enorme y todavía quedan algunas preguntas por hacer.
De Guindos se enfrenta a la reforma bancaria más delicada de la historia de España. Su objetivo será salvar al sistema sin inyectar dinero público en ninguna entidad. Sobre su cabeza penderá siempre el estigma de Lehman Brothers (era el responsable en España de la entidad cuando quebró), por lo que cualquier cosa que huela a la entrega de dinero público a un banco será muy polémica. Rajoy dejó caer en su discurso de investidura que habrá más fusiones y que los bancos tendrán que declarar todo lo que tienen en sus balances como primer paso para la limpieza. Lo que no dijo, pero sí se ha insinuado, es que la solución que tienen en la cabeza los líderes del PP es la del banco malo. Pero a De Guindos le tocará definir la clave de la medida: ¿quién paga la factura?
Montoro será la cara menos amable del Ejecutivo, quizás a su pesar. A él le tocará sacar las tijeras y podar la estructura administrativa española. Le costará un gran esfuerzo, porque casi todos los expertos pronostican que habrá que ahorrar mucho más que los 16.500 millones anunciados hace dos días por Mariano Rajoy. Para reducir gastos, no bastará con cambios cosméticos y algunas de las grandes partidas (personal, transferencias a otras administraciones, gasto corriente, etc...) tendrán que ser recortadas. Mientras, la gran duda está en el tema de los impuestos: Rajoy siempre ha dicho que su intención es no subirlos, pero puede que a Montoro no le quede otro remedio que aumentar: IVA e Impuestos Especiales tienen todas las papeletas.
Mientras, la cara menos conocida del Gobierno, Fátima Báñez se enfrentará a uno de los retos más complicados, poner en marcha la reforma laboral que ningún Ejecutivo se ha atrevido a afrontar. Los dos temas que hay que tocar (modelos de contratación y negociación colectiva) están más allá de las líneas rojas de los sindicatos. Todo apunta a que Mariano Rajoy está decidido a llevar el ámbito de negociación a las empresas para dar flexibilidad a la economía española, aún a costa de enfrentarse a las centrales, que saben que gran parte de su poder radica en que deciden las condiciones de trabajo de miles de empleados no sindicados. En cuanto a los modelos de contratación, se repetirá hasta el infinito que simplificarlos supone abaratar el despido. Será difícil que no haya una Huelga General si se aprueba una reforma en este sentido y Báñez se podría convertir así en la bestia negra de UGT y CCOO.
Sin sorpresas
Mariano Rajoy no ha ofrecido demasiadas sorpresas en el área económica de su Gobierno. Sólo Fátima Báñez, en la cartera de Trabajo, puede considerarse una relativa desconocida para la opinión pública. Todos los demás son muy veteranos y la mayoría ya estuvo en la época de Aznar. Éste es el esquema del equipo económico de Rajoy, con el nombre completo de los nuevos ministerios:
- Luis de Guindos, ministro de Economía y Competitividad
- Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda y Administraciones Públicas
- Fátima Báñez, ministra de Empleo y Seguridad Social
- José Manuel Soria, ministro de Industria, Energía y Turismo
- Miguel Arias Cañete, ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente
- Ana Pastor, ministra de Fomento
De esta manera, el Gobierno, en su área económica, está marcado por el signo de la experiencia. Tres de los seis componentes de este grupo fueron ministros en la anterior etapa del PP en el Gobierno (Montoro, Arias Cañete y Pastor) y un cuarto, Luis de Guindos, fue secretario de Estado de Economía durante los cuatro años de la segunda legislatura de Aznar.
José Manuel Soria, por su parte, es novato en la política nacional, pero lleva ya muchos años como miembro del Ejecutivo canario y fue alcalde de Las Palmas de Gran Canaria durante ocho años (de 1995 a 2003).
Sólo Fátima Báñez puede considerarse una relativa desconocida y, desde luego, es la mayor sorpresa del grupo. Muy ligada al PP andaluz, donde fue coordinadora de Presidencia con Javier Arenas, ha trabajado en la última legislatura con Cristóbal Montoro, del que podría decirse que ha sido su mano derecha.
Los retos
Los seis nuevos ministros se enfrentarán a fuertes retos. España está inmersa en la mayor crisis económica de las últimas cinco décadas. Para enfrentarse a ella, Mariano Rajoy ha elegido un equipo de fieles, sin ningún independiente, muy del partido. Todos ellos han trabajado con el nuevo presidente desde hace años y son de su absoluta confianza.
La dramática situación general será compartida por todos, pero luego cada uno de ellos tendrá que enfrentarse a sus propios problemas. Los siguientes son las principales cuestiones a las que tendrá que responder cada ministro.
De Guindos, Economía y Competitividad: reactivar el crecimiento económico es el gran reto. Sus primeros pasos estarán marcados por la reorganización del sistema financiero y las nuevas leyes de liberalización de la economía española. En el saneamiento de bancos y cajas, parece que su elección es una apuesta por la solución del banco malo.
La segunda pata que se añade a su cartera (Competitividad) es una sorpresa relativa. De Guindos, un reconocido liberal, tendrá que conseguir que sea más sencillo hacer negocios y que España deje de ser el país de Europa donde más difícil es abrir una empresa. En esto será clave el nuevo sistema de reconocimiento a nivel nacional de autorizaciones y licencias para eliminar todos los obstáculos a la libre circulación de bienes y servicios.
Montoro, Hacienda y Administraciones Públicas: la tarea más ingrata. Será el responsable de recortar el gasto público para conseguir que el déficit en el 4,4% comprometido con Bruselas. Se enfrentará a la gran pregunta que rodea los últimos días de la presidencia de Rodríguez Zapatero. La previsión oficial ahora mismo es que el déficit será del 6%, lo que haría necesario un recorte de 16.500 millones. Muchas voces empiezan a deslizar que la cifra real estará más cerca del 8%, lo que llevaría el tijeretazo a los 40.000 millones.
Báñez, Trabajo y Seguridad Social: el día 6 de enero se acaba el plazo que Mariano Rajoy dio a sindicatos y patronal para pactar una nueva reforma laboral. Se da por supuesto que no habrá acuerdo en los temas fundamentales, por lo que Fátima Báñez será la encargada de presentar los cambios en este tema. Contrato único y negociación colectiva a nivel de empresa son las dos cuestiones más problemáticas y casi se da por seguro que habrá una Huelga General antes del verano.
Soria, Industria, Comercio y Turismo: reducir el déficit eléctrico y comenzar la reforma de los organismos reguladores (CMT, CNE,...) serán las dos principales tareas de José Manuel Soria.
Pastor, Fomento: la nueva ministra se encontrará encima de la mesa con tres grandes frentes abiertos: la privatización de Aena, el desarrollo del Plan Estratégico de Infraestructuras de Transporte (con un presupuesto menguante) y el colapso del sector de la vivienda (con un stock de cientos de miles de casas sin vender).
Arias Cañete, Agricultura: Bruselas será el centro de la actividad de Miguel Arias Cañete. La reforma de la PAC y del sistema de cuotas pesqueras serán sus dos principales campos de batalla. En el ámbito nacional, se prevé un nuevo Plan Hidrológico Nacional, pero será tan complicado como en la época de José María Aznar aprobarlo sin una gran contestación social.