El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, se opuso a una financiación de Estados de la zona del euro con dificultades de financiación por la vía indirecta del Fondo Monetario Internacional (FMI). En un encuentro con periodistas la pasada noche en Fráncfort, Weidmann dijo que el Bundesbank está dispuesto a incrementar las líneas de crédito para el FMI, para afrontar crisis financieras, pero con severas condiciones para evitar que se produzca una financiación de Estados, algo que prohíbe el Tratado de Maastricht al Banco Central Europeo (BCE).
Aseguró que el Gobierno alemán defiende el euro como una divisa estable y calificó de absurda la idea de volver al marco alemán. El presidente del Bundesbank, que es miembro del consejo de gobierno del BCE, rechazó de nuevo la idea de que el Eurosistema se involucre más en la solución de la crisis de endeudamiento de la zona del euro con la compra ilimitada de deuda soberana.
Weidmann defendió la independencia del BCE, que podría cuestionarse con la intervención a gran escala, y consideró que el banco central vive de un capital social, que es la independencia de la política monetaria y fiscal. Instó a los países del euro a sanear sus cuentas, aplicar las reformas estructurales necesarias y mejorar la arquitectura de la Unión Monetaria.
El BCE ha comprado hasta ahora deuda soberana de los países de la zona del euro con dificultades de financiación por valor de 207.000 millones de euros. "Los únicos marcos que tiene el Bundesbank están en el museo del dinero", dijo Weidmann en alusión a la posibilidad de volver a la divisa nacional anterior y para descartar que exista un plan B.
Weidmann, que rehusó comentar si van a bajar más los tipos de interés en la zona del euro y dijo que el BCE tiene suficientes instrumentos de actuación, calificó de inadecuada la reacción que se ha producido cuando la rentabilidad de la deuda soberana italiana a diez años ha superado el 7 % ya que Italia ha vivido mucho tiempo con esos tipos de interés.
El presidente del Bundesbank se opuso a la idea de que el FMI se involucre en un programa de apoyo a Italia. "Considero inimaginable introducir un programa del FMI para Italia", dijo Weidmann, quien hizo hincapié en que se trata de otro caso al de Grecia ya que Italia tiene una industria productiva y un aparato estatal que funciona.