Era muy esperada su comparecencia, tanto por ser la última desde un Consejo Europeo, como por la interpretación del contenido de los acuerdos alcanzados por los líderes europeos. José Luis Rodríguez Zapatero, presidente en funciones de España, ha explicado que ha estado en continua coordinación y contacto con Mariano Rajoy, para preparar y desarrollar la cumbre.
Además, se ha felicitado por los acuerdos alcanzados aunque al texto final "aún le queda recorrido". Según sus propias palabras, "la UE ha afrontado la crisis más grave, más dura y difícil desde su nacimiento". Ha sido, aseguraba "una gran prueba y tenemos que superarla. Aún nos queda la mitad del camino". En este sentido, el socialista reflexionaba: "¿Qué hemos hecho estos tres años? Pues hemos dado una respuesta a cada situación con aciertos y también con errores, que los ha habido". De este modo, los socios de la UE han recorrido, insistía "la mitad del camino" con la meta de garantizar la "sostenibilidad de la deuda".
Por otro lado, ha señalado que "una moneda común sin una unión fiscal, sin un mecanismo de defensa" tenía muchos problemas. Por eso, no le ha importado ser uno de los más entusiastas defensores del acuerdo final, incluso aunque éste suponga entregar una parte de la soberanía económica al resto de los socios.
Zapatero no se ha ido de Bruselas sin recordar el pasado. Especialmente el último año y medio, el más complicado de su vida política: "Desde abril-mayo de 2010, el esfuerzo ha sido enorme y aunque es verdad que los problemas se han extendido a varios países no podemos olvidar que es la primera vez que una unión política afronta este desafío. Una buena parte de los países ha tenido que explicar a sus ciudadanos que se presta dinero a otros países y esto no estaba en la mente de quienes hicieron la unión monetaria".
Voluntad política en los acuerdos
Antes de las preguntas de los perioditas, Zapatero ha hecho un pequeño resumen de los acuerdos alcanzados en la cumbre "que reflejan la voluntad política decidida de avanzar hacia una mayor integración económica". Sobre el pacto fiscal, aseguró que "tiene un objetivo: mejorar la eficacia de la supervisión fiscal y garantizar el equilibrio presupuestario para que en el futuro no haya problemas con la deuda soberana".
También celebroó otras dos de las medidas aprobadas: "Incorporación de la denominada regla de oro que se incorporará a normas constitucionales o leyes equivalentes y una mayor automaticidad en el procedimiento de déficit excesivo, para aumentar la previsión".
En el otro bloque de medidas, "las referidas a los mecanismos de estabilización para la lucha contra el riesgo de la deuda soberana", se adelanta a junio de 2012 la red europea de estabilidad financiera (el famoso MEDE) que tendrá una capacidad efectiva de préstamo de 500.000 millones de euros.
También han decidido "agilizar su procedimiento en la toma de decisiones: de unanimidad al 85% de la representatividad de los países". En esta cuestión, Mariano Rajoy realizó la petición expresa de que se subiera el porcentaje al 90% (para que pudiese bloquearse con el 10%, algo que daría a España este poder en solitario). Sin embargo, en esto Zapatero estaba solo en la cumbre y no ha podido lograrlo, aunque ha asegurado que también era su objetivo.
Sobre Grecia ha hecho hincapié en que se ha tratado de una excepción "en relación con la participación del sector privado, que ha sido una de las razones en la extensión de la crisis griega".
Su último consejo
Antes del turno de preguntas ha señalado que "este es mi último consejo europeo. Mi vocación europeísta es aún más firme. El presente y el futuro de España dependen en gran medida de la fortaleza y de la voluntad de unión de los europeos", concluía.