Si continúa esta senda, "durante el primer semestre del año que viene la Seguridad Social caerá en déficit". Quien así se expresa es el Vicepresidente Ejecutivo de FENAC y Presidente de Asuntos Laborales de CEIM, Francisco Aranda. Según los datos de la patronal española de las pymes dedicadas a la consultoría, la EPA del segundo trimestre del año próximo certificará los cinco millones y medio de desempleados, con una tasa de cobertura sensiblemente menor que un año antes "lo que añade dramatismo a la situación".
Incluso el Gobierno ya admite esta posibilidad. Octavio Granado, secretario de Estado de la Seguridad Social, ha aceptado, durante la rueda de prensa de presentación de los resultados del paro y la afiliación, que los gastos del sistema están dentro de las previsiones para 2011, aunque hay "ciertas incertidumbres" sobre si los ingresos alcanzarán el mínimo presupuestado. Eso sí, ha asegurado que incluso en este caso sería sólo en unos cientos de millones y que se compensarían con los superávit de ejercicios anteriores liquidados en éste. Hay que recordar que según las cifras de Trabajo, la Seguridad Social perdió una media de 111.782 afiliados en noviembre, cifra que duplica la de 2010, por lo que el total de ocupados se situó al finalizar el mes en algo más de diecisiete millones de cotizantes.
Las consecuencias
La pregunta que muchos ciudadanos se hacen es qué pasaría si la Seguridad Social incurriese en déficit. Como bien dice Octavio Granado, en 2011 la cantidad sería muy pequeña e incluso desde un punto de vista contable podría compensarse con los superávit de los años anteriores. Sin embargo, como también expresa con acierto Aranda, la tendencia es muy preocupante para el año que viene. Y además, supone un toque de atención sobre la sostenibilidad de todo el sistema.
La Seguridad Social es, fundamentalmente, el medio a través del que el Estado paga las pensiones contributivas de los jubilados (también cubre otras prestaciones, pero son de mucha menos importancia desde el punto de vista del gasto). De esta manera, podría decirse que el Gobierno destina cada mes parte del salario de los trabajadores para abonar las pensiones. En teoría, este dinero no se puede destinar a ningún otro fin y cuando hay superávit (como ha ocurrido en los últimos años) se va aumentando el llamado Fondo de Reserva, lo que los políticos llaman hucha de la Seguridad Social.
Como en la última década, lo recaudado a los trabajadores ha sido superior a lo pagado en pensiones, ha podido ir acumulándose una cantidad de superior a los 65.000 millones de euros en esta hucha. Si el sistema entrase en déficit en 2012 (como apuntan los últimos datos de afiliación), habría que empezar a tirar de esa cantidad. Sería una muy mala señal, porque aunque un sistema de reparto como el actual es muy difícil de sostener a largo plazo, al menos parecía que en el corto plazo el Fondo de Reserva no tendría dificultades para cuadrar las cuentas de cada ejercicio. Pues bien, en 2011, con mucha suerte los ingresos serán más o menos como los gastos; y en 2012 o se cambia la situación o los números rojos están asegurados.
Las causas del desempleo
Para cambiar la situación a corto plazo, es necesario crear empleo, para que se paguen más cotizaciones. En opinión de Aranda, el desempleo no es más que la consecuencia de que cada día siguen cerrándose empresas y que estas bajas no se ven suplidas por nuevas altas ante la tremenda incertidumbre de la situación, la falta de crédito, la morosidad y la rigidez de nuestro mercado de trabajo "que sigue favoreciendo el despido antes que la flexibilidad interna".
Según el líder de las pequeñas y medianas consultoras españolas, es necesario actuar con la máxima urgencia para crear un clima que favorezca la actividad empresarial, especialmente la de las pymes. Para ello es fundamental favorecer la entrada al empleo, "y eso sólo se consigue situando la indemnización por despido en los niveles de la UE, para evitar que el empresario se arruine y, por lo tanto, ya no pueda continuar con su actividad o poner en marcha otra nueva que vuelva a generar empleo".
Por eso es clave incorporar el contrato único indefinido con indemnización proporcional de 20 días por año trabajado y un máximo de un año. Según Aranda, "de esta forma lograríamos reducir también la abultada temporalidad que padecemos empresas y trabajadores". Otro de los aspectos de la modernización del sistema laboral pasa, en opinión de FENAC, por fomentar la empleabilidad de los trabajadores a través de una formación eficaz y con resultados evaluables.